En todo el Reino Unido, pequeñas áreas de terreno se están convirtiendo en los llamados «minibosques», como parte de un proyecto organizado por Earthwatch Europe y con la orgullosa colaboración de Canon. Así es como están llevando la biodiversidad y un poco de magia a las comunidades urbanas.
Henlys Corner es uno de los lugares más ajetreados, caóticos y ruidosos del norte de Londres. Situado en el corazón del municipio de Barnet en la capital, este es el cruce en el que rutas clave como la carretera de Finchley, la A1 y la circunvalación del norte convergen en un enorme espacio del clásico caos de tráfico de Londres.
Es un lugar bastante extraño para cultivar cualquier tipo de vegetación, por no decir un bosque. Es un área en la que no suele haber mucha paz y tranquilidad, hay solo una parte relativamente pequeña de terreno verde que no puede hacer demasiado para aislarte de las caóticas rutas que la rodean.
Pero en el último año, eso ha empezado a cambiar. Una nueva iniciativa llamada Tiny Forest ha estado trabajando para plantar un nuevo bosque del tamaño de una pista de tenis justo detrás de Henlys Corner y así crear un nuevo espacio comunitario en la más modesta de las ubicaciones.
Dirigido por el grupo medioambiental Earthwatch Europe y el gobierno de Barnet, en el proyecto, habitantes de todas las edades han participado en la creación de un nuevo oasis verde y tranquilo del que se benefician las personas y la naturaleza.
Forjando una nueva generación de científicos ciudadanos
Lanzado en marzo de 2020, el proyecto Tiny Forest tiene como objetivo trasladar a las áreas urbanas los beneficios de un bosque, desde la cubierta arbórea para la fauna hasta la mayor diversidad, los menores niveles de carbono y la reducción de las inundaciones.
Con la ayuda de Canon, la iniciativa se ha concebido específicamente con la sostenibilidad en mente. «El cambio climático y la crisis de biodiversidad están afectando bastante a las personas y a su forma de vivir», explica Daniel Hayhow, que lidera la investigación en biodiversidad urbana en Earthwatch Europe.
«Durante los últimos tres años, nuestro objetivo ha sido demostrar que la ciencia es para todos. Y lo hacemos creando comunidades de "científicos ciudadanos" que no solo participan en la plantación de estos bosques en miniatura, sino que también se ocupan de ellos y analizan su progreso».
El cambio climático y la crisis de biodiversidad están afectando bastante a las personas y a su forma de vivir».
Pero no es precisamente un proceso sencillo. Antes de que una comunidad participe, Earthwatch debe elegir primero una ubicación para el bosque y después prepararla basándose en el trabajo del botánico japonés Akira Miyawaki. «En general, buscamos áreas en las que no haya un espacio disponible para espacios verdes de alta calidad», dice Daniel. «No se reduce solo a la ubicación, sino también a lo fácil que es llegar a estos lugares».
Una vez que se decide, en Earthwatch se ponen en marcha para preparar el suelo y probar si tiene nutrientes. «Cuando hacemos la prueba del suelo, usamos esa información para elegir los árboles. Cada bosque tiene una lista de especies de árboles específica que son adecuados para ese sitio», explica Daniel. «Esto se debe a que si solo plantas 600 árboles y arbustos cualquiera, es probable que no sobrevivan allí. Al mismo tiempo, nos gusta plantar lo que debería crecer allí, especies nativas, que son las más adecuadas para la biodiversidad de la zona».
Salvar el bosque de Barnet del calor
Mientras se sientan las bases de un minibosque, es momento de hablar con los habitantes de la zona.
Personas de todas las partes de la comunidad dedican voluntariamente su tiempo al bosque, desde niños pequeños hasta ciudadanos mayores, y de todas las edades. Luego, se reúnen en el sitio y ayudan primero a plantar y luego a cuidar su bosque, todo bajo la cuidadosa vigilancia de los «Tree Keepers», los líderes de Tiny Forest sobre el terreno de Earthwatch.
En el caso del municipio de Borough en Londres, el «Tree Keeper» es Paul Salman, cuya misión es sacar a las personas de sus hogares y llevarlos a «la vida al aire libre de su comunidad».
«A la gente le encanta la plantación», dice, recordando el día en el que empezaron a trabajar en Barnet, donde acudieron más de 100 personas de la zona. «¡Había muchísimo barro! Pero a todos les encantó ir resbalándose, y había gente de centros escolares, amigos, familiares, personas de calles cercanas, etc.».
En cada sesión, llevábamos cubos de agua desde el arroyo local hasta los árboles. Para mí, fue algo muy impactante».
Pero los esfuerzos no se limitan a la plantación. La presencia de Paul supone que el vecindario siempre participa en la conservación del minibosque de Barnet. Fue algo totalmente crítico en 2022, cuando en el Reino Unido se registró el verano más caluroso justo pocos meses después de plantar el bosque.
Comenta que el calor era muy intenso, pero la comunidad de Barnet afrontó el reto de la forma más increíble. «Sufrimos la peor sequía de este país», continúa. «De repente, se convirtió en un gran punto de atención para nosotros».
«La gente se reunía para regarlo. En cada sesión, llevábamos cubos de agua desde el arroyo local hasta los árboles. Puede que salváramos unos cuantos árboles en el proceso, pero fue un inicio muy difícil».
Un nuevo hogar para la fauna local
Con más de 200 minibosques ya plantados en el Reino Unido, Earthwatch está poniendo cada vez más énfasis en su conservación y en el impacto que tienen en su comunidad.
Una forma de hacerlo es a través de un proyecto llamado «Citizen Science», que consiste en que los vecindarios locales recopilen datos sobre su bosque y los comuniquen a Earthwatch. Pueden utilizarlos para entender las implicaciones más amplias que cada bosque está teniendo en la áreas urbanas.
Estas actividades de recopilación de datos se comparten también con toda la comunidad. Paul bromea: «No importa si tienes seis años u ochenta, a todos nos encanta identificar y contar bichos raros».
No importa si tienes seis años u ochenta, a todos nos encanta identificar y contar bichos raros».
«También medimos la altura y el contorno de un árbol para calcular cuánto carbono se está capturando. También hay actividades más contemplativas, como contar cuántas mariposas ves en cinco minutos».
Tras celebrar el tercer cumpleaños de Tiny Forest (y el primero del bosque de Barnet), Daniel dice que está deseando ver cómo se unen los datos de esta red de «laboratorios vivientes». «El año que viene va a ser fantástico, porque tenemos un buen grupo de bosques en proceso», comenta.
«Tienen tres años y crecen muy rápido. En nuestro bosque más antiguo, algunos de los árboles miden hasta cuatro metros. Tendremos unos 25 bosques en los que la cubierta empezará a cerrarse y el ecosistema del bosque empezará a funcionar de verdad».
«No solo se convertirán en un lugar agradable para la comunidad, sino también en el nuevo hogar de la fauna de la ciudad».
Además de apoyar la iniciativa Tiny Forest, recientemente nos asociamos con Earthwatch para lanzar un concurso de fotografía de naturaleza urbana, que celebra los espacios verdes urbanos del Reino Unido y sus habitantes salvajes. ¡Participa hoy mismo!
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