«Imagine the Future is Watching You» (Imagina que el futuro te está observando), de Heidi Rondak

En este retrato, una mujer mira al objetivo. Es impactante, tiene los pómulos altos, unos labios gruesos y unos ojos tan oscuros que son casi negros. La luz le refleja en la frente y en el puente de la nariz, y el lado derecho de la cara está en la sombra.

Lleva un elaborado elemento decorativo en la cabeza. A ambos lados, a la altura de los ojos, hay unos dispositivos redondos que parecen cámaras, con luces rojas circulares en el centro, que miran al espectador. Los dispositivos están conectados por unos cables que parecen tallos de plantas. En la parte superior de la cabeza, tiene unas formas ovaladas pálidas y musgosas. Parecen ser unos brotes de flores, o incluso hongos.

Lleva una blusa de color claro con un cuello subido. Parece que el musgo verde y la hierba crecen de la tela. Esta figura inquietante e inusual, una mezcla simbiótica de tecnología y naturaleza, se sitúa sobre un fondo negro.

Lleva una blusa de color claro con un cuello subido. Parece que el musgo verde y la hierba crecen de la tela. Esta figura inquietante e inusual, una mezcla simbiótica de tecnología y naturaleza, se sitúa sobre un fondo negro.

Me llamo Heidi Rondak y soy fotógrafa de moda. Aunque esta imagen puede parecer una fotografía ―incluso se parece un poco a mis trabajos―, no lo es. No había cámara, ni estudio, y la modelo no existe.

Generé esta imagen con inteligencia artificial (o IA) en enero de 2024.

Con la IA generativa, se pueden crear imágenes como esta, utilizando indicaciones en formato texto. Para crear una imagen en uno de estos programas, solo hay que empezar la entrada con la palabra «Imagina».

Como sugiere la palabra, invita a crear una imagen que representa un mundo o un futuro que aún no existen. Intento utilizarlo para realizar imágenes de un futuro técnico, medioambiental y social, repleto de esperanzas y sueños, fusionándose en un único encuadre.

La IA generativa aprende de lo que ya existe. Y estos programas están inspirados en una gran colección de contenido e información que ya existe, desde ciencia ficción hasta películas, libros y mucho más. El potencial de lo que ya pueden producir es casi ilimitado.

La creación de imágenes como esta demuestra lo potente y atractiva que puede llegar a ser la IA. Pero esta tecnología también viene con dudas y desafíos.

Entre otras cosas, nos obliga a reconsiderar la creatividad, lo que significa y cómo la usamos para expresarnos.

La esencia de la creatividad reside en nuestra capacidad de combinar conceptos que existen de diferentes maneras. Así es como imaginamos algo nuevo: combinando ideas y elementos que ya conocemos para realizar creaciones visionarias y diferentes.

En función de tu opinión, la IA puede ser una amenaza para la creatividad humana o puede mejorarla.

Y aunque el programa que utilicé se centra en la creación de imágenes, la IA generativa también nos hace cuestionarnos las palabras que utilizamos.

Esto se debe a que tenemos que utilizar el lenguaje escrito para dar vida a una imagen. Es fascinante, porque desafía nuestra comprensión y aplicación de palabras, especialmente cuando la imagen generada por la IA no produce la imagen que habíamos imaginado.

Los significados de las palabras pueden variar mucho; dependen de las definiciones personales, del contexto en el que se encuentran y de otros innumerables factores. Los programas de IA a menudo entienden las palabras de forma muy literal, lo que nos obliga a cambiar la perspectiva y a adaptarnos al aprendizaje de la máquina.

La velocidad a la que se ha desarrollado e implementado la IA en todos los ámbitos de la vida y del trabajo preocupa a algunas personas de cara al futuro, pero yo soy optimista al respecto.

Esta imagen es un ejemplo de esa visión positiva. Muestra cómo la naturaleza siempre formará parte de la identidad humana, aunque la tecnología tenga un papel cada vez más importante en nuestras vidas. La tecnología de esta imagen no es intrusiva, forma parte de ella, y los elementos naturales coexisten perfectamente.

Quizás la parte más inusual de la imagen son los dispositivos que lleva en el lateral de la cabeza. Parecen cámaras con forma de ojo, que nos vigilan a ambos lados de su cara simétrica. Sin embargo, su expresión confiada y empoderada nos indica que no son un obstáculo, sino que forman parte de ella.

Los objetivos futuristas miran hacia el espectador, con una intención desconocida. Parece que la tecnología nos está observando, no necesariamente de forma amenazante; quizás quiera aprender de nosotros o mejorar nuestras vidas.

La imagen es una interacción de perspectivas, algo que les encanta a los fotógrafos. Tal vez algún día, las cámaras se usen como accesorios o se fijen al cuerpo para ayudar a mejorar nuestra limitada capacidad de visión.

Sea cual sea el futuro, como fotógrafa, no puedo imaginarlo sin la cámara. Y no importa lo lejos que llegue la IA; nunca la sustituirá. La cámara no nos pide que imaginemos porque no es necesario. Retrata lo que ya existe, lo real y tangible.

En mi trabajo, me gusta experimentar con el potencial de la IA porque creo que puede mejorarla. Puedo utilizar la tecnología como un componente básico o para mejorar imágenes que ya existen.

Y aunque la fotografía nunca se sustituirá por imágenes generadas por IA, esta puede inspirarnos a ampliar aún más los límites de las imágenes.

Como la mayoría de las herramientas, se trata de lo que hacemos con ella. La IA puede facilitar el proceso creativo de creación de conceptos y cimentar los objetivos creativos, o incluso mejorarlos mediante una visualización temprana.

A veces, sueño con sesiones de fotos que aún no he hecho. Y es entonces cuando recurro a la IA para hacerme una idea. Me ayuda a imaginar una realidad que todavía no ha sucedido. Me ayuda a imaginar el futuro.

Más información sobre la embajadora de Canon Heidi Rondak 