El amor de John Wambugu por la fotografía va más allá de tomar fotos y grabar películas. Lo está utilizando como medio para financiar proyectos educativos, crear trabajos y cambiar vidas.
Cuando John Wambugu llegó para fotografiar una campaña de inmunización en el condado de Baringo (Kenia), quedó impactado de inmediato por la devastación que encontró.
Graduado en estudios empresariales y comunicación para el desarrollo, además de en una escuela de cine, estuvo en el país con UNICEF para una hacer sesión fotográfica. Su vida cambió para siempre en cuanto llegó al lago Baringo, que se había desbordado e inundado la zona, dejando a la población totalmente destrozada.
«Un pueblo entero y una escuela habían quedado sumergidos», recuerda. «Y ahí estaba, haciendo fotos e intentando sacarles una sonrisa en un momento tan duro».
Inspirado, al mismo tiempo, por la causa de la organización con la que estaba y por la extrema pobreza que lo rodeaba, John vio la oportunidad de marcar una diferencia tangible. Por eso, empezó un viaje humanitario increíble en la zona que le ha llevado toda una década.
«Me dije a mí mismo en ese momento que había experimentado lo peor y lo mejor del mundo humanitario a través de la cámara», dice.
Sentando las bases con el programa Miraisha de Canon
El primer trabajo de John fue crear una organización sin ánimo de lucro con el objetivo de capacitar a las comunidades para el desarrollo sostenible, llamada MindMe International. Luego, continuó presentándose al programa Miraisha de Canon, donde obtuvo formación bajo la tutela del embajador de Canon Gary Knight.
«Canon es una marca que me encanta desde que pude tener en mis manos una cámara, por lo que el programa Miraisha fue una gran oportunidad de aprendizaje para mí», comenta. «Y poco después de empezarlo, vi que avanzaba rápidamente en la función de profesor como formador de Canon».
Una cámara no es solo para tenerla en la mano. Debe encarnar quién eres y lo que sientes como persona».
Esta cualificación le llevó a África, donde compartió lo que había aprendido con otros futuros formadores durante la implementación del programa de un país a otro. «Me di cuenta de que podía usar mi nueva plataforma para hablar con los jóvenes sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, por qué es importante adoptarlos y asumir la responsabilidad de lo que está ocurriendo en sus comunidades utilizando el poder de la cámara», dice John.
«Una cámara no es solo para tenerla en la mano. Debe encarnar quién eres y lo que sientes como persona. Porque, al fin y al cabo, son los sentimientos (tristeza, alegría o emoción) los que se unen y pueden verse y expresarse en una fotografía».
Una nueva Laibu Mtaani en Nairobi
El programa Miraisha fue un paso crucial para John y su carrera, ya que le permitió abrir una tienda de productos Canon y usar parte de las ganancias para financiar MindMe International.
Pero ese solo fue el inicio de su trabajo en África. Sus viajes continentales le llevaron a los asentamientos precarios de Mathare en Nairobi, un área hogar de medio millón de personas y unos 70 000 niños.
«La mayoría de estos niños no van a la escuela y, como resultado, acaban en la delincuencia a una edad muy temprana», relata. «Después de la escuela, a menudo los veía ir a una casa de una sola habitación (donde vive una familia de seis o siete en una cama) y sentarse en el suelo para hacer sus deberes».
Tenían el deseo de recibir educación y creía firmemente que, como alguien que ya se había beneficiado de la educación, tenía la responsabilidad de ayudar.
«Por eso, desde los primeros días de mis encargos, empecé a ahorrar el 20 % de mis ingresos para devolvérselo a estas comunidades. Es algo que sigo haciendo hoy».
Ese 20 % se tradujo en 6000 $ que John utilizó para llevar a Mathare su primera «Laibu Mtaani», o biblioteca comunitaria: un espacio en el que los niños y estudiantes de la zona se reúnen y tienen acceso a libros, tablets e Internet.
Transformando la zona para las futuras generaciones
John recuerda los retos iniciales que supuso poner en marcha su proyecto de Laibu Mtaani. «Mathare es un lugar que no tiene infraestructura eléctrica y en el que hay niveles extremadamente altos de delincuencia», dice. «En los suburbios, a las siete de la tarde, puedes ver luz, pero no puedes ver con ella porque todo son conexiones ilegales».
Encontró la respuesta en los paneles solares, que consiguió instalar con la ayuda de un equipo de jóvenes que habían acogido el proyecto. «La comunidad da forma al proyecto», dice John. «Era uno de los lugares más peligrosos de los suburbios, así que me reuní con un grupo de jóvenes que estaban dispuestos a dejar la delincuencia y les dije: "Podéis ser algo. Podéis ser responsables de los niños de la comunidad y transformar todo este espacio"».
Desde entonces, su custodia ha supuesto un descenso de los índices de delincuencia en la zona, gracias a lo cual los niños de Mathare tienen un acceso muy necesario a la Laibu Mtaani después de la escuela para hacer sus deberes. Como resultado, algunos de ellos están consiguiendo becas en escuelas nacionales del país.
«También hemos podido ayudar a algunas niñas a volver a la escuela tras dejarla debido a un embarazo juvenil», comparte John. «Hemos comprado juguetes para sus hijos, para que las madres puedan venir y concentrarse en sus libros».
Lo que puedo decir con seguridad es que todo empieza con el pequeño paso de preocuparte por otra persona. Intentar hacer un pequeño cambio que se convierta en algo grande».
Más recientemente, la Laibu Mtaani ha empezado a acoger a organizaciones como Canon y sus talleres Miraisha, creando nuevas oportunidades para ayudar a los jóvenes a aprender nuevas habilidades y formarse en fotografía, vídeo e impresión profesional.
Es un modelo de desarrollo comunitario que John quiere llevar a las comunidades marginadas de los 47 condados de Kenia. Un modelo que quiere conseguir usando contenedores de envío refabricados con energía solar, pero también llevar más allá de Kenia a Nigeria, Ghana, Sudán del Sur e India.
Y aunque John ya no trabaja en su tienda de fotografía, su viaje con Canon continúa. Actualmente lidera el equipo de Professional Imaging de la marca en el este de África, donde sigue contribuyendo al trabajo de MindMe International, que desempeñó un papel especialmente importante en la alimentación de las comunidades durante la pandemia de COVID-19.
«Para mí, ese es el poder de la cámara», dice. «No soy una persona de 80 años que lo ha visto todo, pero lo que puedo decir con seguridad es que todo empieza con el pequeño paso de preocuparte por otra persona. Intentar hacer un pequeño cambio que se convierta en algo grande».
John, MindMe International y el proyecto Laibu Mtaani han sido reconocidos por distinguidas organizaciones y organismos, lo que incluye los galardones WHDO United Nations SDGs Community Service Award y Youth United Nations SDGs Goodwill Advocate. John también fue nominado en 2021 en la lista de Jóvenes Líderes Globales del Foro Económico Mundial.
Descubre todo sobre el programa Miraisha de Canon
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