ARTÍCULO

Entre bastidores: las entrevistas de «Woman»

A woman wears a silken headscarf with brown, green and red floral patterns.
El desarrollo de «Woman» se basó en cientos de entrevistas con mujeres de todas las edades y de diversas culturas del mundo. © Marco Strullu

La oficina de Hope Production en la ribera del Sena (París) está a pleno rendimiento. Cuando los conocimos, el equipo estaba rodando «Woman», la secuela del épico documental de Yann Arthus-Bertrand, «Human». Está codirigido por Anastasia Mikova y, al igual que su predecesor, se centrará en entrevistas íntimas en primera persona rodadas por todo el mundo.

En una de las paredes de la oficina cuelga un mapa con las ubicaciones de rodaje del equipo compuesto casi por completo por mujeres. Trabajan frenéticamente, hablando por teléfono, escribiendo en sus ordenadores y escapándose al estudio interno para hacer entrevistas. Da la sensación de que está ocurriendo algo importante.

Para cuando termine el rodaje, el equipo habrá pasado por casi 50 países, acumulando cientos de horas de metraje de entrevistas. Un equipo formado por periodistas y cineastas pasa unas dos o tres semanas en cada país para rodar hasta 25 entrevistas. Los productores también trabajan estrechamente con periodistas, investigadores y ONG sobre el terreno con meses de antelación para encontrar y preparar a mujeres con historias relevantes. Algunas de ellas son personas anónimas y «ordinarias» que jamás habían sido entrevistadas, mientras que otras son figuras públicas pioneras, como la activista en educación Malala Yousafzai o la política mozambiqueña Graça Machel.

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Cada entrevista seguía unas directrices, que incluían unas 50 preguntas comunes para cada mujer, además de otras específicas centradas en asuntos propios del país en cuestión: temas como el aborto en Irlanda o el genocidio en Ruanda, por ejemplo. La primera pregunta siempre era la misma: «Háblame de un recuerdo de tu infancia». Esta pregunta sirve para establecer el tono de lo que es un intenso proceso de introspección, según nos cuenta Anastasia, quien supervisaba las entrevistas del documental mientras Yann creaba las secuencias visuales para entrelazarlas. «La idea era adentrarse en lo más profundo de una misma para intentar comprender quién eres», explica.

«Hay un "antes" y un "después" de la entrevista muy claros», añade Saskia Weber, una de las periodistas involucradas en la película. Hasta ahora ha entrevistado a mujeres en Irlanda, México, Ruanda y París. «Después de la entrevista nos abrazamos, lloramos, reímos... Algunas me dicen que es la primera vez que cuentan su historia. Recuerdo a una mujer irlandesa que me contó que la habían violado. Jamás se lo había dicho a nadie, ni siquiera a su marido ni a su familia. Se sintió tan aliviada que me dijo: "Ahora voy a intentar darle un giro a mi vida"».

El trabajo de un entrevistador es sacar a la luz estas historias personales que han forjado la vida de estas mujeres; historias que las hacen únicas y que comparten con otras mujeres de todo el mundo. Rara vez alguien se abre de inmediato y comparte su historia sin tapujos; normalmente necesitan un tiempo para relajarse y olvidarse de la cámara. Por eso la mayoría de las entrevistas duran una o dos horas.

Sin embargo, Anastasia asegura que cuando has encontrado «la historia», lo sabes al momento. El ambiente de la sala cambia radicalmente. «He pasado por 30 o 40 países diferentes con "Human" y ahora con "Woman"», cuenta. «A menudo desconocía el idioma, pero a veces, con la ayuda del intérprete, podía sentir que algo estaba pasando. Esos son los momentos que saldrán en la película».

An African-American woman wears traditional clothing.
Las entrevistas se llevaron a cabo en localizaciones como Irlanda, México, Ruanda, París o Nueva York, donde se grabó a Alice Lesepen. © Marco Strullu

Todo el metraje se ha rodado en 4K o una resolución superior. «Ahora el 4K es el mínimo para una cinta tan ambiciosa como esta. Los detalles de la piel se ven increíbles con un buen objetivo», nos cuenta Marco Strullu, de Hope Production, encargado de todo el equipo. «La EOS C300 Mark II de Canon es una elección muy buena. Es una cámara fácil de usar, no demasiado grande y la relación calidad-tamaño de las tomas diarias es estupenda, sobre todo si necesitas cierta calidad y vas a grabar miles de horas de vídeo».

El encuadre es otro factor importante. «Nos decantamos por el encuadre más amplio que nos ofrecía la EOS C300 Mark II: 4096 x 2160», explica Marco. «Con esta relación de 1,89, podíamos capturar algo más del fondo que en UHD, cuya relación es de 1,77. De esta manera, si posproducimos la películas en 1,77, tenemos la opción de desplazar la escena un poco».

Para cada entrevista, también grabábamos algo de metraje contextual. Elegíamos la casa de la persona a la que íbamos a entrevistar, su lugar de trabajo... algún lugar importante para ella. En muchos casos usamos una EOS 5D Mark IV de Canon como cámara B, y aprovechamos Canon Log para crear metraje lo más parecido posible al de las cámaras de cine EOS, además de para capturar el rango dinámico más amplio posible (12 pasos a ISO 400), lo que nos ayudaba a garantizar unos resultados naturales en situaciones de alto contraste como el entorno de la entrevista, con la entrevistada intensamente iluminada sobre un fondo negro.

A blonde woman wears a black leather jacket, red lipstick and heart-shaped gold necklace.
Captura de Anne Moilanen, de Finlandia, durante un momento distendido. La variedad de temas tratados durante las entrevistas de «Woman» suscitaron todo tipo de reacciones y emociones. © Marco Strullu
Filmmaker Alice Aedy on the coast of Kiribati holding a Canon EOS C300 Mark II.

Las imágenes pueden cambiar el mundo

Inspirada por una foto desgarradora, la realizadora de documentales Alice Aedy está decidida a marcar la diferencia con la EOS C300 Mark II de Canon.

Al grabar en tantos países de todo el mundo, con condiciones de iluminación potencialmente muy dispares, y con tantos equipos humanos implicados, mantener en la medida de lo posible la uniformidad del metraje es fundamental. A tal efecto, Hope Production se basó en un documento de protocolo de rodaje de 24 páginas extremadamente detallado en el que se especificaban los requisitos exactos, incluidos los ajustes de cámara, la iluminación y la distribución precisa del estudio. De esta forma, independientemente de dónde grabaran, ya fuera en aldeas rurales o enormes ciudades, la configuración del estudio improvisado siempre sería la misma para garantizar la uniformidad del metraje. Para las entrevistas, se colocó una EOS C300 Mark II con un objetivo EF 70-200mm f/2.8L IS II USM de Canon a unos 2,6 metros de la silla de las entrevistadas. La sala siempre estaba oscura y en silencio, con un telón de fondo negro. Allí estaban la mujer entrevistada, la entrevistadora, un cinematógrafo y, a veces, un intérprete.

«Si hablo el idioma», explica Saskia, «simplemente me coloco detrás de la cámara y hablo cara a cara con la mujer. Si no, planteo la pregunta en inglés o en francés para que el intérprete la traduzca. Lleva su tiempo. Dependiendo del país, si la mujer ve o no la televisión, las reacciones son bastante variopintas. Algunas ni siquiera comprenden el concepto de una cámara».

Todas las entrevistas las condujeron periodistas mujeres. Fue una decisión deliberada de Anastasia. «Hablamos sobre el periodo, sobre la sexualidad, la relación con el propio cuerpo... Son temas sobre los que muchas mujeres no se abrirían igual ante un hombre», afirma. Sin embargo, varios de los cinematógrafos eran hombres. «En determinadas culturas, es fundamental que solo haya mujeres en la sala, mientras que en otras contar con un hombre en el equipo es una ventaja, ya que necesitas el permiso del marido de la entrevistada», continúa. «Tener a un hombre por allí puede resultar reconfortante».

Two cinematographers look at a monitor on the top of a Canon video camera with long lens.
Además de las entrevistas, todas grabadas de la misma manera, rodamos escenas contextuales en exteriores, en las distintas localizaciones del mundo donde las realizábamos. Aquí, el equipo de la República del Congo prepara una toma con una cámara de cine EOS C300 Mark II y un objetivo EF 200-400mm f/4L IS USM Extender 1.4x de Canon. © Marco Strullu

Dicho esto, jamás censuran ninguna pregunta por el entorno cultural, por controvertidos que sean los temas. «Cuando llegamos a un país», relata Anastasia, «la o el intérprete o intermediario suele decir algo como "Esto... en nuestro país no hablamos de esas cosas", a lo que respondemos: "Cierto...". Durante la entrevista, haces las preguntas igualmente, a lo que te replican: "No, me temo que no puedo traducir eso", pero tú insistes. Por supuesto, hay mujeres que se sienten un poco extrañadas o atónitas, pero no hacemos excepciones, y nunca me ha pasado que una mujer se cerrara en banda. Te das cuenta de que son temas de los que nunca se habla, pero una vez que empiezan tienen mucho que contar».

No obstante, las cosas no siempre van como la seda... «Recuerdo a una mujer que estaba muy emocionada por que la entrevistáramos, pero que no pudo», cuenta Marion Gaborit, que trabajó como entrevistadora y cineasta en Bélgica, Rumanía, Francia y Filipinas. «Jamás llegó a responder a mis preguntas. Le pregunté por su divorcio y se puso a hablar sobre el nacimiento de su hija. Me rendí a los 45 minutos».

A veces, las mujeres deciden que no quieren que usemos sus entrevistas, decisión que siempre respetamos. «Una mujer me contó unas historias fascinantes», recuerda Saskia. «Relataba que cuando se quedó embarazada por décima vez, se puso de parto mientras jugaba a las cartas. Entonces, le dijo al bebé: "¡Relájate, que tengo que terminar la partida!". Una semana después, me dijo: "Lo siento, pero no quiero que uséis mi entrevista", así que no lo hicimos».

A large group of women play African drums in a marketplace, while being filmed.
Grabación de un grupo de mujeres percusionistas en Brazzaville, República del Congo. Se puede apreciar al director Yann Arthus-Bertrand a la derecha del todo, con una camiseta blanca. © Marco Strullu

En la mayoría de los casos, la entrevista supone una experiencia gratificante tanto para la entrevistada como la entrevistadora. «He aprendido mucho con este proyecto», declara Marion. «Me considero afortunada porque no solo compartimos palabras durante la entrevista; es un momento muy especial», confirma Saskia. «Antes de empezar a trabajar en "Woman" estaba yendo a un terapeuta, pero lo dejé», nos cuenta. «Al entrevistar a estas mujeres, empecé a ganar confianza en mí misma. Ellas me dieron fuerzas».

En París, una de las pocas mujeres taxista de la ciudad, Clochette, acaba de terminar su entrevista con Saskia, grabada por Marion. «Ha ido genial», dice sonriendo. «Ha sido una experiencia fabulosa, muy enriquecedora. Y también lo será para las mujeres que vean la película». Saskia cree que la cinta puede fomentar un cambio positivo: «Mi esperanza», comenta, «es que todo el mundo que vea el documental encuentre una historia que le haga cambiar su actitud hacia las mujeres de su familia, de su trabajo, en la calle, en el metro... en cualquier parte».

Escrito por Rachel Segal Hamilton


Equipo para el proyecto «Woman»

El mejor equipo para filmar un documental internacional

Two men and a woman look at the back of a Canon video camera with a long lens.

Cámaras

Canon EOS C300 Mark II

La EOS C300 Mark II graba sorprendentes vídeos 4K/Full HD con unos increíbles 15 pasos de rango dinámico. Su formato XF-AVC a 410 megabits por segundo logra, en palabras de Thomas Lavergne, director de posproducción de «Woman», «el equilibrio perfecto entre calidad y tamaño».

Canon EOS 5D Mark IV

Esta réflex de fotograma completo de 30,4 MP es capaz de captar material con un increíble nivel de detalle incluso en situaciones de contraste extremo, y el vídeo 4K ofrece metraje de ultra alta definición en el estándar DCI (4096 x 2160). Esta fue la opción elegida como cámara B para el rodaje de «Woman», donde la función Canon Log se encargó de ofrecer metraje lo más parecido al obtenido con las cámaras de cine EOS y de capturar un rango dinámico amplio.

Objetivos

Canon EF 70-200mm f/2.8L IS II USM

Un teleobjetivo zoom todoterreno con un diseño duradero, un estabilizador de imagen de cuatro pasos y elementos de objetivo de dispersión ultra baja para garantizar un alto contraste y colores naturales. En el proyecto de rodaje de «Woman» este fue el objetivo elegido, con la C300 Mark II situada a 2,6 metros de la silla de la persona entrevistada.

Canon EF 200-400mm f/4L IS USM Extender 1.4x

Un objetivo de calidad profesional de 200-400 mm f/4 con teleconvertidor 1,4x incorporado que aumenta las longitudes focales hasta 280-560 mm. El estabilizador de imagen de cuatro pasos maximiza la nitidez, y los controles intuitivos mejoran el manejo. El equipo de «Woman» utilizó este objetivo para capturar parte del metraje contextual exterior.

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