Las imágenes de naturaleza de Valda Bailey abarcan desde escenas impresionistas de árboles en flor hasta imágenes abstractas de naturaleza muerta con una composición estudiada. Aunque lo parezca, Valda no utiliza pintura ni lienzos para producir sus obras, sino que están creadas casi por completo mediante la cámara EOS R5 de Canon, con un hábil uso de las exposiciones múltiples y el movimiento intencionado de la cámara.
Valda, que comenzó su carrera artística como pintora, lleva 15 años en el mundo de la fotografía. Al principio se dedicaba a la fotografía urbana, pero en 2012, tras ver una imagen realizada por el profesional Chris Friel con ICM, descubrió que había una forma totalmente nueva de crear imágenes que quería explorar.
«Fue como si se me encendiera una bombilla, porque las imágenes que creaba Chris tenían una calidad plana y pictórica», recuerda. «Solía pensar en la fotografía de paisaje como imágenes de calendario, puestas de sol color albaricoque y mares de espuma blanca y, aunque admiraba la habilidad para crear esas imágenes, no me convencían. Desde el momento en que vi las imágenes de Chris, supe que era algo que tenía que perseguir, saber cómo se hacía y conseguir que me funcionara. Me lancé de cabeza».
Desde entonces, Valda ha desarrollado unas impresionantes obras mediante el uso de exposiciones múltiples y los modos de combinación de sus cámaras Canon. Sus imágenes se han expuesto en galerías de toda Europa y Estados Unidos, y ha publicado dos libros: «Fragile» en 2016 y «We May As Well Dance» en 2021. También enseña sus técnicas de creación de imágenes en talleres junto con el fotógrafo Doug Chinnery.
Arte digital: obras abstractas de exposición múltiple con la EOS R5 de Canon
Exploración del sujeto
La mayoría de las obras de Valda exploran la naturaleza y los paisajes, a pesar de que estos sujetos suelen ser bastante difíciles de fotografiar con exposiciones múltiples. «Me encanta salir al exterior, pero con bastante frecuencia, a menos que la luz sea espectacular, te enfrentas a verdes, marrones, grises y azules lodosos, todos con tonos muy similares», comenta.
«Cuando salgo, me fijo en los contrastes y en los valores tonales tanto como en el sujeto. Es importante tener la mente abierta: paseo y veo lo que hay, lo que me va a gustar».
Aproximadamente el 80-90 % de las imágenes de Valda se crean en la cámara. Cuando trabaja de esta manera, explora continuamente el sujeto y prueba una gran variedad de enfoques. «Trabajo con todas las opciones que puedo cuando tengo delante un objeto, sea un árbol, una montaña o un lago», comenta.
«Por lo general, me quedo allí entre 45 minutos y una hora. Para obtener buenas imágenes con exposición múltiple, hay que tener una mentalidad que te permita experimentar y jugar porque puedes tener una idea, pero nunca sabrás con certeza cómo van a quedar las imágenes cuando se combinen».
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Elección del equipo adecuado
Durante varios años, Valda creó sus obras con una EOS 5D Mark IV (véase la imagen final) y una EOS 5DS R, pero ahora trabaja con su EOS R5 de Canon. Su objetivo principal es el EF 70-300mm f/4-5.6L IS USM de Canon. «Me encanta este objetivo porque se centra con rapidez en lo que me interesa», afirma. «Me gusta cómo comprime al sujeto y reduce la abertura a f/45, algo muy útil para el ICM. Una abertura de tan solo f/45 deja pasar muy poca luz. Excepto en los días más luminosos, me permite mantener el obturador abierto durante un segundo o más para poder crear desenfoque. Así no necesito un filtro ND, porque me da mucha pereza cargar con el equipo y cuantas menos piezas lleve conmigo, mejor».
El RF 70-200mm F4L IS USM de Canon es otra opción fantástica para la exposición múltiple de imágenes abstractas.
Valda también utiliza un objetivo TS-E 45mm f/2.8 que le permite controlar mejor el desenfoque de sus imágenes, y un objetivo EF 24-70mm f/2.8L USM de Canon (al que ahora sucede el EF 24-70mm f/2.8L II USM) cuando quiere un ángulo de visión más amplio.
Acopla sus objetivos a la EOS R5 mediante el adaptador de montura de filtro drop-in EF-EOS R de Canon, en el que inserta un filtro de densidad neutra si lo lleva. De nuevo, esto le permite realizar exposiciones más largas sin que los blancos y las luces se vean afectados, por lo que también es útil para el ICM.
Utilizar la EOS R5 presenta varias ventajas. «Es más ligera que la EOS 5DS R, tiene un mayor rango dinámico y el procesador más rápido hace que las imágenes se combinen inmediatamente en la pantalla LCD», afirma Valda con entusiasmo.
Trabajar con los modos de exposición múltiple
Hay dos opciones disponibles en el menú de exposición múltiple de la EOS R5 de Canon. La opción de control de exposición múltiple (Func/Ctrl) que utiliza Valda, y a través de la cual se accede a los modos de combinación, permite realizar exposiciones múltiples de forma gradual mientras se comprueban los resultados. También existe un modo de disparos en serie para las exposiciones múltiples de sujetos en movimiento. Además, conviene tener en cuenta que en algunos objetivos no es posible realizar exposiciones múltiples.
Hay cuatro modos de combinación: Additive (Aditivo), Average (Promedio), Bright (Brillo) y Dark (Oscuro). Básicamente, al fotografiar una secuencia, el modo Bright (Brillo) da prioridad a los tonos más brillantes cuando se combinan con otras imágenes, mientras que el modo Dark (Oscuro) da prioridad a los tonos más oscuros. Estos modos pueden producir fuertes bloques de color y abstracción gráfica. El modo Average (Promedio) no da prioridad a ningún valor tonal específico y produce un resultado más suave e impresionista.
Con estos tres modos la cámara producirá automáticamente un resultado final con una exposición perfecta. Sin embargo, aunque el modo Additive (Aditivo) funciona de forma similar al modo Average (Promedio), en este modo cada imagen se combina en una secuencia sin el ajuste de exposición en la cámara, por lo que cualquier ajuste tiene que realizarse manualmente.
Al fotografiar una secuencia en Func/Ctrl, cada modo ofrece la oportunidad de revisar el resultado y eliminar una imagen que no te guste para volver a tomarla. Puedes tomar un máximo de nueve imágenes en una secuencia; si quieres combinar más imágenes puedes guardar una secuencia completa, utilizarla como imagen base y poner más imágenes encima.
«Si utilizas los modos de combinación correctamente, puedes recortar muchos detalles extraños y crear una fuerte abstracción», comenta. «Por lo general, cuanto más se fotografía, más caótica se vuelve la imagen y menos se puede controlar. Para mí, el punto ideal se encuentra entre tres y cinco imágenes para una composición, pero depende del sujeto».
Ella aconseja simplificar las cosas. «Si empiezas con algo como una sombra en la pared, te haces una idea de lo que hace la cámara mientras trabajas en una secuencia», comenta. «También hay que fijarse en los valores tonales y ver cómo cae la luz sobre un sujeto, además de dedicar unos 15 o 20 minutos a observar el sujeto y probar diferentes enfoques. Intenta cambiar el ángulo de la cámara, el balance de blancos y la compensación de exposición, ya que todo ello repercute en la imagen final».
«No es fácil y no es para todo el mundo, pero a mí personalmente me gusta el reto que supone y disfruto mucho de la habilidad expresionista, ya que puedes transmitir emociones o sentimientos solo con manipular los colores de una forma que quizás un fotógrafo convencional no puede. Me entusiasma haber encontrado esta técnica. Tiene muchas posibilidades y mi sensación es que nunca voy a dejar de aprender».
Exposición doble: una historia de personas y lugares
Posproducción y el resultado final
Valda toma varias imágenes con exposición múltiple mientras trabaja sobre el terreno (por lo general, unas 30 o 40) y solo cuando ve los resultados en una pantalla de ordenador puede identificar las que le gustan y decidir qué labor de posproducción hay que realizar. Utiliza Adobe Photoshop y Adobe Lightroom*.
«Últimamente utilizo más Lightroom porque han cambiado las herramientas de máscara para poder editar selectivamente ciertos valores tonales y colores», comenta Valda. «Seguramente la mayor cantidad de tiempo en este punto del proceso se dedica a manipular los colores».
«Lo que más me gusta de esta forma de fotografiar es que puedo elegir los colores que me gustan, no me siento limitada por lo que la naturaleza me ha puesto delante. Aun así, debo conseguir que los colores se adapten a mí y manipular los controles deslizantes de color en Lightroom es lo que me permite ser muy creativa».
En cuanto a sus impresiones artísticas, Valda utiliza la impresora fotográfica profesional de gran formato imagePROGRAF PRO-4000 de Canon para producir imágenes de hasta 150 x 100 cm (60 x 40 pulgadas). En la actualidad, imprime las imágenes en papel Hahnemühle FineArt Inkjet de 500 g para una exposición y les da un acabado a mano con cera y barniz.
«Mis obras se venden en varias galerías, así que necesito producir impresiones», comenta. «Mi impresora Canon es muy fiable: los inyectores de tinta no se obstruyen e incluso si no la he utilizado durante unas semanas, puedo ponerla en marcha y ya está lista».
«Como fotógrafo, te pasas la vida detrás de una cámara o un ordenador y tener algo táctil y tangible al final es de vital importancia. Imprimir siempre es muy emocionante. Para mí, es la última pieza del rompecabezas».
*Adobe, Lightroom y Photoshop son marcas comerciales o marcas comerciales registradas de Adobe en Estados Unidos y otros países.