La grabación de la historia del equipo Tam Tam implicó seguir la acción rápida en la cancha de baloncesto, así como capturar la conversación entre el entrenador y los jugadores. El director de fotografía Salama Abdo montó una de sus cámaras EOS C300 Mark II de Canon (a la que ahora sucede la EOS C300 Mark III) en un cardán para grabar la jugada desde todos los ángulos sin perder la fluidez del material. De los objetivos EF 70-200mm f/2.8L IS II USM (al que ahora sucede el EF 70-200mm f/2.8L IS III USM) y el EF 16-35mm f/2.8L II USM (al que ahora sucede el EF 16-35mm f/2.8L III USM) de Canon que utilizó, afirma: «Me sorprende lo nítidos que son, y están hechos de materiales estupendos». © Francesca Tosarelli
«El baloncesto es una gran bendición para mí. Siento que nací para jugarlo», comenta King, de 19 años, que se siente como en casa en la cancha de la ciudad costera de Castel Volturno (Italia).
Pero como hijo de inmigrantes, según la ley italiana, no ha nacido para practicar este deporte. En Italia, los hijos de inmigrantes no tienen derecho a la ciudadanía desde su nacimiento. Sin pasaporte ni carné de identidad, se les considera extranjeros a ojos de la ley, y se les puede negar la oportunidad de competir.
La ciudad natal de King, Castel Volturno, al norte de Nápoles, acoge a decenas de miles de familias de inmigrantes procedentes de países de África Occidental, como Nigeria y Ghana. Aquí, muchos viven al margen de la sociedad italiana, sin papeles y en la pobreza. La delincuencia está muy extendida y la mafia domina las calles.