El embajador de Canon Richard Walch produce sus propias impresiones fotográficas personalizadas con su impresora Canon imagePROGRAF PRO-1000 y las utiliza para entablar relaciones con clientes y crear oportunidades de negocio. © Richard Walch
Cuando era adolescente, Richard Walch soñaba con viajar por el mundo como un snowboarder profesional. Aunque esto no pasó, logró combinar sus dos principales pasiones para convertirse en fotógrafo de deportes de invierno y publicidad, y ha trabajado para clientes como Red Bull, Apple, Audi y BMW, además de ganar varios premios. La creación de sus propias impresiones fotográficas personalizadas es una parte fundamental de su negocio, ya que le ayuda a destacar entre la multitud y le sirve como un reclamo único para retener clientes y atraer a nuevas empresas.
A pesar de haber desarrollado una clientela fiel a lo largo de los años, considera que entablar y conservar buenas relaciones con los clientes se ha convertido en todo un reto desde que la pandemia redujo las reuniones presenciales. Además, añade: «Ahora los fotógrafos, como todo el mundo, compiten por un trozo de pastel mucho más pequeño, pero mi impresora Canon imagePROGRAF PRO-1000 me da ventaja».
«Cuando hago una sesión para un cliente, me gusta crear una hermosa impresión, enmarcarla y regalársela. La impresión no forma parte de mis servicios, pero regalar una impresión de gran formato y hecha a mano le da un toque personal. Es una forma de decir: "Gracias por el proyecto. Me ha encantado trabajar contigo.". Es de gran ayuda para entablar una relación estrecha y asegurar la continuidad del negocio. Si le doy al cliente una nueva impresión después de cada proyecto, empezará a crear su propia colección privada».