Captura del deporte extremo salto BASE con cámaras EOS Cinema de Canon

El director Regan Hall comparte con nosotros cómo la EOS C500 Mark II, la EOS C300 Mark III y la EOS R5 de Canon ofrecen una nueva perspectiva sobre la grabación de deportes de aventura.
Un hombre grabando en una montaña en los Alpes suizos con una cámara EOS Cinema de Canon.

El último proyecto del director neozelandés y británico Regan Hall es una serie documental sobre deportes extremos que busca capturar el espíritu humano detrás de la increíble acción. Su primera película, la única que se ha grabado hasta ahora debido a la pandemia de COVID-19 y cumpliendo con las reglas impuestas en Suiza, Croacia e Italia en ese momento, se centra en el salto BASE. «La comunidad del salto BASE no estaba acostumbrada a ver un equipo de cine con cámaras aprobadas por Netflix en los puntos de salida, por lo que resultó toda una aventura», nos cuenta Regan. «Disfrutamos de unas vistas extremadamente bonitas».

Escalando una cumbre, con las montañas suizas cubiertas de nieve de fondo, un grupo de amantes de la adrenalina se dirigen al borde de la cima y después saltan, planeando por el cielo con la única ayuda de sus trajes. A esto se le llama salto BASE con traje aéreo, uno de los deportes extremos más temerarios y peligrosos.

BASE son las siglas en inglés de las cuatro categorías de objetos fijos desde los que las personas saltan: buildings, antennas, spans y earth (edificios, antenas, puentes y la tierra o en este caso acantilados, respectivamente). Después de hacer caída libre, los saltadores despliegan un paracaídas. Sin embargo, el deporte se hace aún más extremo cuando se utiliza un traje aéreo. Tras el salto, el traje aéreo se infla, lo que permite a los saltadores conseguir un vuelo de propulsión humana, haciendo caída libre durante más tiempo antes de abrir el paracaídas.

«El salto BASE es un deporte de locos para quien lo mire desde fuera», nos cuenta el director Regan Hall, que se unió, junto con un pequeño equipo, a una acción cargada de adrenalina en los Alpes para su nueva serie documental sobre deportes extremos. Además de dirigir largometrajes y series de televisión, como «Fast Girls», «Ash vs Evil Dead» y el cortometraje ambientado en Bagdad, «3 Hours», Regan ha pasado la última década trabajando en anuncios publicitarios de moda y belleza, fotografiando a personas como Rihanna y Halle Berry para algunas marcas, entre las que se incluyen Versace y Revlon. Pero su verdadero amor es la narración en formato largo.

«Era mi oportunidad de aplicar mis habilidades visuales y de narración a un tema que se suele ver únicamente en la fotografía de deportes o en vídeos de un minuto en Instagram», afirma. «Quería profundizar en las historias humanas complejas que hay detrás de esos vídeos a toda velocidad».

Grabar con una EOS C500 Mark II, una EOS C300 Mark III y una EOS R5 de Canon le ofreció a Regan y a su equipo, que viajó también a Croacia y a Italia para la sesión, un pack cinematográfico compacto para capturar la acción de vuelo.

A Canon Cinema EOS camera with a 30-105mm lens.

Una configuración cinematográfica flexible

«Para esta sesión, algunos de los requisitos eran singulares», afirma el director de fotografía Marek Klucar, un cineasta eslovaco que lleva mucho tiempo colaborando con Regan. «Teníamos que ser un equipo muy minimalista y discreto, y llevar el equipo a ubicaciones a las que solo se podía acceder a pie, sin dejar de ofrecer un gran valor de producción... Canon consiguió cumplir todos los requisitos».

Al principio, Marek se interesó por la EOS C500 Mark II de Canon por su reducido tamaño y por sus capacidades de enfoque automático. «Al utilizar objetivos para fotografías combinados con el enfoque automático Dual Pixel, ya no hacía falta contar con un ayudante de cámara», afirma. «El sensor Full Frame fue también fundamental para conseguir imágenes con una profundidad de campo fantástica, incluso combinado con objetivos gran angular».

A medida que el proyecto se desarrollaba, se añadieron a la producción la EOS C300 Mark III de Canon, la EOS R5 y un conjunto de objetivos, incluidos Sumire Prime y zooms de cine. «Teníamos alrededor de cinco configuraciones de cámara diferentes, todas personalizadas según la situación», dice Regan. «El objetivo era conseguir imágenes cinematográficas con una configuración de acción para documentales».

La EOS C300 Mark III de Canon se convirtió rápidamente en su cuerpo principal, a menudo combinada con un objetivo CN-E30-105mm T2.8 L S/SP de Canon para capturar a los temerarios en el cielo. «La EOS C300 Mark III se complementa perfectamente con la EOS C500 Mark II, con sus increíbles 16 pasos de rango dinámico y cámara lenta de hasta 120 fps», afirma Marek, a quien también le encantó el hecho de que ambas cámaras cuenten con la aprobación de Netflix para realizar contenido para ellos. «La cámara Super 35 mm combinada con el objetivo zoom de cine compacto nos proporcionó unas longitudes focales del zoom fantásticas para documentales. Para conseguir fotografías maravillosas, cambiábamos a los Sumire Prime, que nos proporcionaban un bokeh suave y tonos de piel atractivos».

Rodaron en Cinema RAW Light con las dos cámaras EOS Cinema. Además, grabar proxies en 2K permitió que el equipo revisara las tomas diarias a pesar de su ubicación remota. «Finalizaremos esto en 4K, y no solo se trata de tener la resolución, sino también la calidad cinematográfica», dice Regan. «Es ahí donde la tecnología de la cámara y la estética de los objetivos de Canon se combinan a la perfección».

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Un hombre grabando con una cámara de Canon y una mujer sosteniendo un micrófono de jirafa en un día luminoso en los Alpes suizos.

Lauterbrunnen, en los Alpes suizos, atrae a los entusiastas de los deportes de aventura, gracias a sus vistas impresionantes y al valle amplio y abierto con descensos escarpados, perfecto para el salto BASE y la fotografía de acción.

Una silueta con un traje aéreo salta hacia el abismo en los Alpes suizos mientras dos miembros del equipo lo graban desde lo alto del acantilado.

Tener un equipo lo suficientemente ligero y portátil para llevarlo a través de terrenos elevados, escarpados y a menudo estrechos, pero que siguiera ofreciendo una calidad cinematográfica, era absolutamente fundamental. «Los saltadores BASE bajaban por el camino más corto, pero nosotros tuvimos que dar una caminata ascendiendo y descendiendo con el equipo», dice Regan. Imagen de Chris McDougall

El lado humano de un deporte temerario

La naturaleza del salto BASE es perfecta para fotografiar escenas épicas, y la ubicación alpina de Lauterbrunnen, un municipio localizado en las montañas suizas, no era ninguna excepción. «Lauterbrunnen es una meca del deporte de aventura», dice Regan. «Es un valle enorme y precioso con descensos escarpados a cada lado y casas dignas de una postal navideña».

Es también el hogar de Chris McDougall, el saltador BASE veterano y galardonado paracaidista. «No hay muchos veteranos en este deporte porque es muy peligroso», afirma Regan. «Al principio, parece una persona muy libre que actúa como si no hubiera un mañana. Pero cuando lo conoces mejor, te das cuenta de que es un saltador muy serio y metódico que ha dedicado sus últimos años a enseñar a una nueva generación de saltadores formas seguras de realizar este deporte».

Chris lleva realizando salto BASE más de 20 años, y la película muestra sus altibajos, incluyendo la muerte de muchos de sus amigos cercanos y de una de sus parejas. «En su vida ha experimentado tanto triunfos como desgracias», dice Regan.

El cineasta Ben Sherlock con la EOS C500 Mark II de Canon.

Comparación de dos de las mejores cámaras cinematográficas

El realizador de documentales Ben Sherlock analiza el rendimiento sobre el terreno de la Super 35 mm EOS C300 Mark III y la Full Frame EOS C500 Mark II de Canon.
Un hombre de pie llevando un traje aéreo en un saliente de una montaña en los Alpes suizos. Se pueden ver varias cumbres nevadas detrás de él en la distancia.

La historia de Chris McDougall, un saltador BASE veterano y galardonado paracaidista, forma la espina dorsal de la película, que es parte de una serie más amplia sobre qué motiva a los deportistas extremos. «Chris fue maravilloso cuando nos contó la historia de su vida», dice Regan. Imagen de Richard Davies

Un hombre grabando con una cámara EOS Cinema de Canon y un teleobjetivo en un trípode.

Nicola Cavalazzi, un operador de cámara de la película, capturando saltadores BASE que planean por el cielo, con una cámara y un teleobjetivo de Canon. «El objetivo EF 200-400mm f/4L IS USM Extender 1.4x de Canon se convirtió en un zoom de gran calidad muy útil. Nos permitió estar en el acantilado opuesto o sentarnos en el valle grabando a los saltadores desde el suelo», nos cuenta Regan.

El mejor momento para saltar es al amanecer y con la puesta de sol, cuando el viento está más calmado, así que el equipo tuvo que madrugar para subir durante 45 minutos los peligrosos puertos de montaña hasta llegar a los puntos de salida de los saltadores. En lo alto de estas montañas, la EOS R5 de Canon brilló con luz propia gracias a la velocidad de bits elevada, la alta resolución y el seguimiento facial incluidos dentro de su reducido tamaño. «Una cámara montada en un cardán nos permitió crear movimientos de seguimiento cinematográficos incluso en mitad de un bosque o en un acantilado», afirma Regan.

Grabar en 8K, con proxies en 4K, implicaba tener que trabajar con grandes tamaños de archivo, pero garantizaba que las grabaciones se ajustaran a las cámaras de cine. «Todas las cámaras funcionaron muy bien juntas», continua Regan. «El hardware y las cámaras se complementan perfectamente».

Los saltadores venían en torrentes, por lo que el equipo tuvo cerca de 30 minutos de grabación intensa, seguidos de unas pocas horas de espera. «Así que, además de la tensión y el drama mientras las personas saltaban, también pudimos disfrutar de la tranquilidad de los Alpes suizos», afirma Regan.

Tres hombres reunidos entre los árboles grabando una entrevista, con una caja de luz y una cámara de Canon colocada en un trípode.

Además de escenas de acción, el equipo también grabó entrevistas alrededor de una hoguera, capturando grabaciones envolventes que hacían buen uso de las cualidades cinematográficas de la EOS C500 Mark II de Canon.

Un hombre sosteniendo una cámara EOS R5 de Canon con un objetivo EF 24-70mm.

La EOS R5 de Canon, impresionante tanto para vídeo como para fotografía de acción y de deportes, ofreció al equipo documental el AF de seguimiento facial para mantener los sujetos enfocados de forma nítida. «También es una cámara estupenda para tenerla montada en un cardán, para utilizarla como cámara de vídeo de reserva o para realizar fotografías impresionantes», dice Regan.

Nuevas perspectivas cinematográficas

Además de las tomas a toda velocidad, el equipo también realizó entrevistas y grabaciones a cámara lenta alrededor de una hoguera con la EOS C500 Mark II de Canon. «Conseguimos colores, chispas y destellos preciosos, lo que aportó más ambiente», nos cuenta Regan. «Es la ventaja de contar con un kit como este, te permite crear bokeh y profundidad de campo cinematográficos, evocadores y a cámara lenta, que no estaban disponibles para los profesionales de la grabación de documentales hace tres o cuatro años. Es muy emocionante».

Regan espera haber podido mostrar una perspectiva diferente de este deporte, ya que cree que se suele tergiversar online y en la fotografía de deportes. «Piensas que es una aventura fantástica y emocionante, pero cuando hablas con personas como Chris, descubres el trauma, el sufrimiento y la preocupación que hay detrás de la alegría, la euforia y la adrenalina».

Es la primera de una serie de películas planificadas que el equipo está realizando, basada en el turismo de aventura y en personalidades de todo el mundo, aunque el proyecto está ahora mismo en espera por la pandemia de COVID-19. Cuando se relajen las restricciones de viaje, Regan estará esperando para continuar con un esfuerzo que combina dos de sus grandes pasiones: el cine y la aventura al aire libre.

«Soy de Nueva Zelanda, y crecí adorando la naturaleza y el aire libre. Siempre me ha encantado ir de un lado a otro, especialmente con una cámara a cuestas».

Sin embargo, incluso con su enorme experiencia, esta sesión presentaba dificultades únicas. «Odio las alturas», comenta riendo. «En algún momento, cuando estaba en el borde de un precipicio con una EOS C300 Mark III de Canon colocada en el hombro, pensaba: "¿Qué estoy haciendo?" Tuve que aguantarme, después de todo, estaba rodeado de una docena de personas que estaban a punto de saltar de esa montaña. Fue una forma fantástica de aumentar mi espíritu aventurero».

Lucy Fulford

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