Escalando una cumbre, con las montañas suizas cubiertas de nieve de fondo, un grupo de amantes de la adrenalina se dirigen al borde de la cima y después saltan, planeando por el cielo con la única ayuda de sus trajes. A esto se le llama salto BASE con traje aéreo, uno de los deportes extremos más temerarios y peligrosos.
BASE son las siglas en inglés de las cuatro categorías de objetos fijos desde los que las personas saltan: buildings, antennas, spans y earth (edificios, antenas, puentes y la tierra o en este caso acantilados, respectivamente). Después de hacer caída libre, los saltadores despliegan un paracaídas. Sin embargo, el deporte se hace aún más extremo cuando se utiliza un traje aéreo. Tras el salto, el traje aéreo se infla, lo que permite a los saltadores conseguir un vuelo de propulsión humana, haciendo caída libre durante más tiempo antes de abrir el paracaídas.
«El salto BASE es un deporte de locos para quien lo mire desde fuera», nos cuenta el director Regan Hall, que se unió, junto con un pequeño equipo, a una acción cargada de adrenalina en los Alpes para su nueva serie documental sobre deportes extremos. Además de dirigir largometrajes y series de televisión, como «Fast Girls», «Ash vs Evil Dead» y el cortometraje ambientado en Bagdad, «3 Hours», Regan ha pasado la última década trabajando en anuncios publicitarios de moda y belleza, fotografiando a personas como Rihanna y Halle Berry para algunas marcas, entre las que se incluyen Versace y Revlon. Pero su verdadero amor es la narración en formato largo.
«Era mi oportunidad de aplicar mis habilidades visuales y de narración a un tema que se suele ver únicamente en la fotografía de deportes o en vídeos de un minuto en Instagram», afirma. «Quería profundizar en las historias humanas complejas que hay detrás de esos vídeos a toda velocidad».
Grabar con una EOS C500 Mark II, una EOS C300 Mark III y una EOS R5 de Canon le ofreció a Regan y a su equipo, que viajó también a Croacia y a Italia para la sesión, un pack cinematográfico compacto para capturar la acción de vuelo.
Captura del deporte extremo salto BASE con cámaras EOS Cinema de Canon
Una configuración cinematográfica flexible
«Para esta sesión, algunos de los requisitos eran singulares», afirma el director de fotografía Marek Klucar, un cineasta eslovaco que lleva mucho tiempo colaborando con Regan. «Teníamos que ser un equipo muy minimalista y discreto, y llevar el equipo a ubicaciones a las que solo se podía acceder a pie, sin dejar de ofrecer un gran valor de producción... Canon consiguió cumplir todos los requisitos».
Al principio, Marek se interesó por la EOS C500 Mark II de Canon por su reducido tamaño y por sus capacidades de enfoque automático. «Al utilizar objetivos para fotografías combinados con el enfoque automático Dual Pixel, ya no hacía falta contar con un ayudante de cámara», afirma. «El sensor Full Frame fue también fundamental para conseguir imágenes con una profundidad de campo fantástica, incluso combinado con objetivos gran angular».
A medida que el proyecto se desarrollaba, se añadieron a la producción la EOS C300 Mark III de Canon, la EOS R5 y un conjunto de objetivos, incluidos Sumire Prime y zooms de cine. «Teníamos alrededor de cinco configuraciones de cámara diferentes, todas personalizadas según la situación», dice Regan. «El objetivo era conseguir imágenes cinematográficas con una configuración de acción para documentales».
La EOS C300 Mark III de Canon se convirtió rápidamente en su cuerpo principal, a menudo combinada con un objetivo CN-E30-105mm T2.8 L S/SP de Canon para capturar a los temerarios en el cielo. «La EOS C300 Mark III se complementa perfectamente con la EOS C500 Mark II, con sus increíbles 16 pasos de rango dinámico y cámara lenta de hasta 120 fps», afirma Marek, a quien también le encantó el hecho de que ambas cámaras cuenten con la aprobación de Netflix para realizar contenido para ellos. «La cámara Super 35 mm combinada con el objetivo zoom de cine compacto nos proporcionó unas longitudes focales del zoom fantásticas para documentales. Para conseguir fotografías maravillosas, cambiábamos a los Sumire Prime, que nos proporcionaban un bokeh suave y tonos de piel atractivos».
Rodaron en Cinema RAW Light con las dos cámaras EOS Cinema. Además, grabar proxies en 2K permitió que el equipo revisara las tomas diarias a pesar de su ubicación remota. «Finalizaremos esto en 4K, y no solo se trata de tener la resolución, sino también la calidad cinematográfica», dice Regan. «Es ahí donde la tecnología de la cámara y la estética de los objetivos de Canon se combinan a la perfección».
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El lado humano de un deporte temerario
La naturaleza del salto BASE es perfecta para fotografiar escenas épicas, y la ubicación alpina de Lauterbrunnen, un municipio localizado en las montañas suizas, no era ninguna excepción. «Lauterbrunnen es una meca del deporte de aventura», dice Regan. «Es un valle enorme y precioso con descensos escarpados a cada lado y casas dignas de una postal navideña».
Es también el hogar de Chris McDougall, el saltador BASE veterano y galardonado paracaidista. «No hay muchos veteranos en este deporte porque es muy peligroso», afirma Regan. «Al principio, parece una persona muy libre que actúa como si no hubiera un mañana. Pero cuando lo conoces mejor, te das cuenta de que es un saltador muy serio y metódico que ha dedicado sus últimos años a enseñar a una nueva generación de saltadores formas seguras de realizar este deporte».
Chris lleva realizando salto BASE más de 20 años, y la película muestra sus altibajos, incluyendo la muerte de muchos de sus amigos cercanos y de una de sus parejas. «En su vida ha experimentado tanto triunfos como desgracias», dice Regan.
Comparación de dos de las mejores cámaras cinematográficas
El mejor momento para saltar es al amanecer y con la puesta de sol, cuando el viento está más calmado, así que el equipo tuvo que madrugar para subir durante 45 minutos los peligrosos puertos de montaña hasta llegar a los puntos de salida de los saltadores. En lo alto de estas montañas, la EOS R5 de Canon brilló con luz propia gracias a la velocidad de bits elevada, la alta resolución y el seguimiento facial incluidos dentro de su reducido tamaño. «Una cámara montada en un cardán nos permitió crear movimientos de seguimiento cinematográficos incluso en mitad de un bosque o en un acantilado», afirma Regan.
Grabar en 8K, con proxies en 4K, implicaba tener que trabajar con grandes tamaños de archivo, pero garantizaba que las grabaciones se ajustaran a las cámaras de cine. «Todas las cámaras funcionaron muy bien juntas», continua Regan. «El hardware y las cámaras se complementan perfectamente».
Los saltadores venían en torrentes, por lo que el equipo tuvo cerca de 30 minutos de grabación intensa, seguidos de unas pocas horas de espera. «Así que, además de la tensión y el drama mientras las personas saltaban, también pudimos disfrutar de la tranquilidad de los Alpes suizos», afirma Regan.
Nuevas perspectivas cinematográficas
Además de las tomas a toda velocidad, el equipo también realizó entrevistas y grabaciones a cámara lenta alrededor de una hoguera con la EOS C500 Mark II de Canon. «Conseguimos colores, chispas y destellos preciosos, lo que aportó más ambiente», nos cuenta Regan. «Es la ventaja de contar con un kit como este, te permite crear bokeh y profundidad de campo cinematográficos, evocadores y a cámara lenta, que no estaban disponibles para los profesionales de la grabación de documentales hace tres o cuatro años. Es muy emocionante».
Regan espera haber podido mostrar una perspectiva diferente de este deporte, ya que cree que se suele tergiversar online y en la fotografía de deportes. «Piensas que es una aventura fantástica y emocionante, pero cuando hablas con personas como Chris, descubres el trauma, el sufrimiento y la preocupación que hay detrás de la alegría, la euforia y la adrenalina».
Es la primera de una serie de películas planificadas que el equipo está realizando, basada en el turismo de aventura y en personalidades de todo el mundo, aunque el proyecto está ahora mismo en espera por la pandemia de COVID-19. Cuando se relajen las restricciones de viaje, Regan estará esperando para continuar con un esfuerzo que combina dos de sus grandes pasiones: el cine y la aventura al aire libre.
«Soy de Nueva Zelanda, y crecí adorando la naturaleza y el aire libre. Siempre me ha encantado ir de un lado a otro, especialmente con una cámara a cuestas».
Sin embargo, incluso con su enorme experiencia, esta sesión presentaba dificultades únicas. «Odio las alturas», comenta riendo. «En algún momento, cuando estaba en el borde de un precipicio con una EOS C300 Mark III de Canon colocada en el hombro, pensaba: "¿Qué estoy haciendo?" Tuve que aguantarme, después de todo, estaba rodeado de una docena de personas que estaban a punto de saltar de esa montaña. Fue una forma fantástica de aumentar mi espíritu aventurero».