Cuando paisajes impresionantes y escenas de acción se dan la mano: el mundo de Lorenz Holder

La pequeña y sombría silueta de un snowboarder contra un enigmático cielo de tonos verdosos; un skater usando un viaducto de ladrillos rojos para impulsarse en el aire: las imágenes del embajador de Canon Lorenz Holder resultan impactantes por diversas razones, pero lo más llamativo es cómo la presencia de los deportistas resulta casi anecdótica. La atención se centra en sus impresionantes fondos, ya sea un paisaje cubierto de nieve o las líneas nítidas de una estructura poco común.

«Siempre he intentado hacer cosas que nadie más había probado antes», comenta Lorenz. «Quiero que la gente se pregunte cómo he logrado hacer esto o aquello. Lo más divertido de la fotografía es tratar de ser original y descubrir que no hay límites. Cuando se te ocurre una idea y tratas de ponerla en práctica, a veces tienes algo de suerte y otras simplemente no funciona, en cuyo caso, toca empezar desde el principio».

La pasión de Lorenz por conseguir imágenes rompedoras, así como su estilo y técnica únicos, son lo que le convierten en el profesional ideal para el Redline Challenge. A continuación, nos explica cómo se ha labrado una carrera combinando la fotografía artística con la de acción, y dónde encuentra inspiración para captar sus tomas más creativas.

Lorenz ha ganado dos veces el premio Red Bull Illume, el famoso concurso internacional dedicado a deportes de aventura y acción, aunque para él, la foto ideal de acción deportiva incluye un toque artístico. «Debe ser una imagen que la gente quiera colgar en la pared de su casa, incluso si en ella no apareciera un deportista. Si el entorno que creas es genial y consigues integrar al atleta, lograrás la foto de acción perfecta».

Según señala, la clave reside en la ubicación y el entorno, desde lagos cubiertos de niebla e impactantes cadenas montañosas hasta grandes edificios y calles lúgubres. «Yo no escojo estas escenas. Más bien, son ellas las que me escogen a mí», explica. «Si prestas atención a todo lo que te rodea, es posible que veas oportunidades creativas en cualquier parte. Por ejemplo, a veces camino por la ciudad y me fijo en un grupo de chavales patinando en una azotea o echando el rato y me surge una idea. O quizás me tope con un paisaje que sería perfecto para una fotografía de acción. Basta con que tenga algún detalle que me fascine».

Lorenz siempre trata de superarse y aprovechar al máximo su equipo mientras fotografía en entornos con condiciones adversas y capta escenas de acción impredecibles que ponen a prueba sus reflejos y las capacidades de enfoque de su cámara. Sin embargo, es a la hora de ajustar la composición de forma precisa cuando sobrepasa todos los límites. «Son muchas las tomas en las que he llegado a pensar que el resultado final no se parecería en nada a lo que tenía en mente», afirma. «En mi caso, el principal desafío es tener la paciencia necesaria para dar con la imagen perfecta».

Una de las fotografías más llamativas de Lorenz es la de un skater realizando una serie de piruetas entre los arcos del viaducto de Balcombe, en la región inglesa de Sussex Occidental. Tras ver una imagen de la estructura en Internet, le impresionaron sus formas concéntricas. Lorenz consideró que se trataba de un lugar fantástico para fotografiar a un skater en acción debido a que los soportes de la estructura recordaban a un «medio-tubo».

En las imágenes de Lorenz, los sujetos suelen aparecer con un tamaño reducido o perfilados, lo que requiere un equipo preciso y avanzado capaz de crear la composición adecuada. Lorenz ha sido usuario de Canon desde que probó una EOS 30 hace dos décadas. En los últimos años, su cámara de referencia ha sido la EOS 5D Mark IV de Canon. «Me encanta lo intuitiva que es», destaca. «Cuando la tengo en las manos, no necesito pensar en la distribución de los botones, ya que es muy cómoda. Es como si formara parte de mí. Además, su calidad de imagen es increíble», añade. «Me permite fotografiar en condiciones de baja iluminación y cuenta con un magnífico rango dinámico».

El objetivo favorito de Lorenz es el EF 70-200mm f/2.8L IS II USM de Canon (al que ahora sucede el EF 70-200mm f/2.8L IS III USM). «Al aumentar el zoom ligeramente, reduces la profundidad de campo». «De esta forma, los elementos que están un poco alejados se acercan más al sujeto, algo esencial a la hora de definir el estilo de mi fotografía. Si solo pudiera utilizar un objetivo el resto de mi vida, sería este».

Recientemente, Lorenz ha estado fotografiando con la cámara mirrorless Full Frame EOS R5 de Canon, un sistema que siempre ha logrado estar a la altura sin importar sus exigencias. Esto es algo que también se traslada a los aspectos más desconocidos de su diseño. «Si tienes que disparar en mitad de una tormenta de nieve y necesitas cambiar el objetivo en una cámara mirrorless tradicional, es posible que el sensor acabe dañado, ya que el centro queda expuesto», comenta. «La EOS R5 cierra el obturador automáticamente para protegerlo».

En cuanto a la captura de escenas de acción, Lorenz quedó igualmente impresionado con el impecable rendimiento y manejo de la EOS R5 a 20 fps. «Como fotógrafo de acción, es fantástico poder contar con frecuencias de fotogramas tan altas», señala. «El peso y el tamaño de la EOS R5 son perfectos. Su diseño hermético es incluso mejor que el de la EOS 5D Mark IV».

El sistema de estabilización de imagen del cuerpo de la EOS R5, que ofrece ocho pasos de protección frente a la trepidación, también es un aspecto muy atractivo, especialmente al fotografiar sin trípode, algo a lo que Lorenz no está muy acostumbrado. «Suelo fotografiar con un trípode», comenta. «El problema es que pesan demasiado y no siempre puedo llevar uno conmigo, sobre todo al tener que avanzar por un campo cubierto de nieve. Por eso me llama bastante el sistema de estabilización de imagen. ¡De hecho, espero poder olvidarme del trípode durante un tiempo!».

A pesar de sus logros, Lorenz no ha cejado en su empeño de llevar su fotografía un paso más allá. «Siempre ando en busca de la imagen perfecta. Hay veces que no puedo dormir por las noches pensando fotografías. Es lo que me motiva, así que imagino que no va a parar».

En cuanto a su imagen ideal: «Me encantaría poder viajar por las ciudades de Europa junto a un ciclista de BMX», comenta. «Si pudiera acceder a cualquier sitio, fotografiaría el interior o la azotea de todos los edificios que me inspiraran. Normalmente, acceder a ciertos sitios requiere permisos que cuesta mucho obtener o simplemente está prohibido. No puedes meter una BMX en un museo, por ejemplo... Ese sería mi sueño, aunque lo veo imposible».

¿Imposible? Esa palabra no existe en el vocabulario de Lorenz. «No me limito a seguir un manual ni nada por el estilo», comenta. «Solo sigo mi instinto. Siempre trato de visualizar la imagen final y conseguir que la composición sea perfecta antes de fotografiar. Entonces, cuando lo tengo todo preparado, es cuestión de esperar a que surja el momento ideal».