La transmisión en directo, ahora parte crucial de la producción de vídeo moderna, se presenta de varias maneras, desde una configuración de vlogging con una sola cámara hasta transmisiones en directo multicámara más complejas para ponencias académicas o eventos en lugares de culto. Por otra parte, existen diversos flujos de trabajo de transmisión en directo, pero la configuración básica requiere una cámara, un micrófono, un ordenador y un codificador de hardware o software para convertir el vídeo a un formato compatible con streaming. En el apartado de la distribución, necesitarás una plataforma de transmisión que te permita emitir tu vídeo y una conexión a Internet estable.
Si bien es cierto que puedes usar cualquier cámara para la transmisión en directo, una videocámara profesional es una gran solución todo en uno, dada la flexibilidad que le otorgan su zoom óptico integrado, sus terminales XLR para audio profesional, su suministro eléctrico y su amplia conectividad. Además de ofrecer una salida HDMI, videocámaras Canon como la XA75 y la XA70 incorporan una salida SDI más robusta y una conexión USB-C compatible con el estándar USB Video Class (UVC) que a la cámara compatible con los principales programas de software de streaming sin necesidad de drivers adicionales.
Modelos como la videocámara Canon XF605 o la cámara PTZ Canon CR-N500 también incorporan un puerto Ethernet para la transmisión vía protocolo de Internet (IP). Conectar la cámara a una red de área local (LAN) y usar una solución de software de streaming en directo basado en IP permite transmitir vídeo de alta calidad de forma más eficiente a distancias más largas con más cámaras y menos cables. En última instancia, será la velocidad de bits de transmisión (es decir, cuántos bits de información se envían cada segundo a la plataforma de streaming), habitualmente expresada en megabits por segundo (Mbps) para el vídeo, lo que determinará la calidad de tu transmisión en directo. La resolución y velocidad de grabación del vídeo, así como la velocidad de subida a Internet afectan a la velocidad de bits, y las plataformas de streaming ofrecen a su vez diferentes recomendaciones para este valor.
Existen diversos métodos de entrega de transmisiones en directo codificadas, como el protocolo de mensajería en tiempo real (RTMP) o el de transporte seguro y fiable (SRT). RTMP es un protocolo consolidado que permite la transmisión de alta calidad y baja latencia. La latencia se define como el retraso desde que la cámara capta el vídeo hasta que la transmisión llega a los espectadores. Una latencia alta puede suponer un problema si pretendes interactuar con el público, pero una latencia baja puede generar un búfer de reproducción mayor. SRT es un nuevo y popular protocolo de transmisión que ofrece conectividad estable de alta calidad y requiere menos transmisión de datos que RTMP.