Imprimir y exponer retratos de moda con Jade Keshia Gordon

Demostrar de lo que eres capaz da buenos resultados en todos los trabajos, y más aún si tu trabajo tiene una naturaleza visual. Crear y colgar impresiones de gran formato puede ayudar a los fotógrafos que tienen su propio estudio a sorprender a los clientes actuales y potenciales.

Puedes utilizar tu lugar de trabajo como espacio de exposición libre en el que demostrar tus habilidades, promocionar tu estilo y tu técnica e incluso aprovechar la oportunidad para vender impresiones. Eso es lo que hizo la fotógrafa de moda y belleza Jade Keshia Gordon, que fundó JKG Photography en Londres en 2010. Uno de los secretos del éxito de Jade ha sido siempre su enfoque experimental, que le llevaba a materializar ideas conceptuales en imágenes extraordinarias que destacan entre la multitud. No obstante, transmitir ese mensaje a los clientes potenciales y reforzar a la vez sus habilidades de cara a los clientes actuales puede ser un proceso complicado.

Para impulsar el negocio, inspirar a sus clientes y fomentar su propia creatividad, Jade crea impresiones de gran formato para exponer en el estudio gracias a la PIXMA PRO-200 de Canon, una impresora profesional para fotógrafos. En este artículo, nos cuenta su experiencia en el mundo de la impresión y el éxito que está viviendo.

Alrededor de un año después de crear su propio estudio, Jade pensó que colocar impresiones de gran formato en las paredes le daría un toque de color y le permitiría embarcarse en una nueva aventura. «Mi trabajo consiste en enviar imágenes digitales a los clientes, por lo que nunca he tenido realmente la necesidad de imprimirlas», afirma. «El estudio se veía bastante vacío, así que pensé en hacer algunas impresiones grandes y me decanté por la PIXMA PRO-200 de Canon. Lo primero que me sorprendió fue lo mucho que contribuye tanto al hecho de fotografiar como en el proceso de posproducción. Saltó a la vista inmediatamente que tenía que calibrar mi monitor y que tenía que mejorar mis técnicas de edición».

«Cuando me ocupé de eso, descubrí que crear impresiones era una forma genial de exponer mi trabajo y un gran recurso de marketing y publicidad. También le da a mi estudio un aspecto más acogedor y agradable, en lugar de ser simplemente una gran sala blanca vacía».

Salta a la vista cómo la PIXMA PRO-200 de Canon puede ser la mejor amiga de un fotógrafo con mucho trabajo. Su sistema de 8 tintas permite reproducir una amplia gama de colores con una excelente fidelidad, tanto para impresiones en color como en blanco y negro. Es muy rápida debido a que usa tintas colorantes en lugar de pigmentadas. Cuando el tiempo y la velocidad son esenciales, las impresiones en color A3 solo tardan 90 segundos. Además, como las tintas colorantes se absorben por completo bajo la capa superior protectora de los papeles fotográficos con brillo y satinados, las impresiones se secan en cuanto salen de la impresora.

Jade cree que la reproducción del color y la gama tonal de la PIXMA PRO-200 de Canon son perfectas para cuando necesita hacer impresiones de la más alta calidad a partir de sus fotografías de moda y belleza. «Los colores transmiten emociones y las impresiones con brillo tienen una chispa que me encanta», comenta. «Para darle un toque de creatividad, he hecho impresiones con varias imágenes en una única hoja de papel. El software Professional Print & Layout de Canon (disponible para descargar de forma gratuita) es ideal para diseñar impresiones de varias imágenes y añadir bordes, lo que puede darles una nueva dimensión y un aspecto increíble al exponerlas».

«También me encanta la precisión del color de la impresora», continúa. «Es un elemento vital para mis trabajos de fotografía de moda y belleza, especialmente en lo que se refiere a los tonos de piel y la reproducción fiel de los productos cosméticos. Sin duda, he aprendido la lección de que es fundamental calibrar el monitor».

«Creo que también es un gran consejo prestar atención a los niveles de nitidez al editar las imágenes en posproducción», sugiere Jade. «Me he dado cuenta de que darle un poco más de nitidez a mis impresiones les da un toque especial. La elección del papel también es importante. El papel brillante combina mejor con las imágenes impactantes en las que quiero que destaquen los colores brillantes, mientras que los papeles mate y para bellas artes son excelentes para reflejar la riqueza de las texturas. Por ejemplo, descubrí que el papel para bellas artes hacía que cobraran vida las impresiones de algunas de mis imágenes de una modelo con una chaqueta de piel sintética. Mi recomendación es comprar muestras de diferentes papeles y hacer pequeñas impresiones para ver la comparación entre el aspecto y el tacto finales».

A veces es bueno crear impresiones de un tema específico para colgarlas juntas en la pared y Jade quería crear una serie de impresiones que contaran la historia de su estudio. «He hecho todo tipo de sesiones distintas durante el primer año del estudio, así que está bien exponer esa diversidad enmarcándolo todo en un tema central», explica. «También he añadido imágenes de moda y belleza hechas fuera del estudio que complementan el trabajo que se hace en el estudio y añaden un toque de profundidad que amplía un poco los horizontes. Ha funcionado especialmente bien colgar juntas impresiones basadas en conceptos similares o con una paleta de colores similar. Se trata de buscar un equilibrio entre querer exponer tanta variedad como sea posible y mantener a la vez una cierta uniformidad».

«Muchos fotógrafos crean impresiones para venderlas, pero yo realmente no me dedico a eso», afirma Jade. «Lo que yo quiero es colgar las impresiones en la pared y mostrar a los clientes cómo se verá el producto final. En comparación con las imágenes en pantalla, las impresiones ayudan a los clientes a visualizar el concepto si van a utilizar mis imágenes en revistas u otro tipo de publicaciones, así como en vallas publicitarias. Evidentemente, también demuestran mis habilidades, mi técnica y mi estilo como fotógrafa, y lo que pueden esperar de mi estudio».

Desde una perspectiva personal, Jade cree que las impresiones fotográficas tienen un poder real. «Mi amor por las impresiones comenzó al hojear los álbumes de fotos de mi infancia», recuerda. «Las impresiones tienen un factor tangible de felicidad que no transmiten las imágenes digitales. Incluso cuando era una adolescente solía llevarme una cámara digital al salir con mis amigos, pero es el hecho de hacer series de impresiones para regalar y conservar lo que me permite conectar de verdad con esos momentos y evocar los recuerdos que tanto aprecio. Las imágenes digitales se pierden entre la multitud».

Tras comenzar su proyecto de creación de impresiones para su estudio, Jade comenta: «Me picó el gusanillo de la impresión. Tengo ganas de imprimir más imágenes con temáticas diferentes y quiero experimentar con la creación de collages. Hay muchas cosas que me gustaría hacer con la PIXMA PRO-200 de Canon, pero la mayor lección que he aprendido al utilizarla es que ahora creo que todo el mundo debería imprimir sus fotografías al menos unas cuantas veces al año. Las impresiones reales fomentan la creatividad y hacen que te enamores más de la fotografía».