El fotógrafo comercial Keith Cooper está convencido de que imprimir tus fotos «afectará a tu forma de fotografiar, incluso si no estás pensando conscientemente en ello».
El fundador de Northlight Images es un experto en impresión fotográfica y afirma que la impresión ha mejorado enormemente su propia fotografía y ha cambiado la forma en que captura. Además, está convencido de que todos los fotógrafos pueden obtener las mismas recompensas. Estos son seis consejos prácticos de impresión que puedes seguir para comprobar los beneficios por ti mismo.
ARTÍCULO
Seis formas en las que la impresión puede hacerte mejor fotógrafo
1. Captura para imprimir
Fotografiar pensando en la impresión te obligará a considerar si la posible imagen está a la altura. Si una foto está subexpuesta o sobreexpuesta, como la imagen anterior del cisne, los detalles complejos que son cruciales para una impresión de calidad se pueden perder y no hay nada que puedas hacer en el software de edición para recuperarlos.
«Una impresión es básicamente diferente de una imagen en pantalla. Tiene una sensación física que puede hacer que interpretes la imagen de otra forma. Si ves la impresión como el punto final, puede que seas más consciente de la composición y el mensaje que hay detrás de la foto», afirma Keith.
En opinión de Keith, observar una imagen en la parte posterior de una cámara o en la pantalla de un ordenador es solo un paso intermedio. El producto final es la impresión. Por lo tanto, es un error preocuparse demasiado por perfeccionar la imagen en pantalla y luego pulsar simplemente el botón de impresión.
«Una vez que empiezas a ver la impresión como el paso final del proceso, aporta una dimensión totalmente diferente a tu fotografía. Cambia tu forma de pensar en la composición; cambia tu forma de pensar en lo que estás viendo y en el aspecto que tendrá como impresión».
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2. Vuelve al blanco y negro
Para ser más consciente de cómo fotografías, Keith recomienda que mientras haces fotos en color, pienses en la impresión en blanco y negro. «Cuando empiezas a imprimir en blanco y negro, te obliga a pensar en los colores, la composición, el sujeto y cómo se relacionan las tonalidades entre sí. Si eliminas el color, empiezas a pensar en la luz y la sombra, algo que tiene un efecto profundo en tu fotografía».
Hay muchas formas de convertir una imagen a blanco y negro, pero es probable que consigas los mejores resultados si tu impresora tiene un modo específico de conversión a blanco y negro, como la opción de impresión de fotos en blanco y negro de la imagePROGRAF PRO-300 de Canon. Professional Print & Layout (PPL) de Canon también cuenta con un modo específico de impresión de fotos en blanco y negro que mejora la calidad de las impresiones monocromo. PPL funciona como software independiente o como complemento a través del software de imagen Digital Photo Professional (DPP) de Canon o de Adobe Photoshop y Lightroom.
Independientemente del método que utilices, tendrá un impacto, según Keith. «Los detalles de la creación de una impresión afectarán a tu forma de fotografiar, incluso aunque no pienses conscientemente en ello», comenta. «Es lo mismo que cuando la gente aprende los aspectos técnicos de la fotografía, que en su mayoría acaban por olvidar. Solo utilizas los conocimientos que necesitas, pero eso marca una diferencia y distingue tu fotografía de la de otras personas. Estas habilidades se acumulan con el tiempo y conforman la base sobre la que se asienta tu creatividad».
3. Elimina los errores comunes
Las personas que se están iniciando en la impresión a menudo se quejan de que lo que ven en pantalla no coincide con lo que obtienen en el papel. Por algún motivo, las impresiones suelen parecer más oscuras que las imágenes en pantalla. «La respuesta es casi siempre que tu pantalla tiene demasiado brillo», afirma Keith. «Lo ideal es calibrar el monitor. Si ajustas con precisión el monitor, eliminas una fuente de error».
En un mundo ideal, debes adoptar un flujo de trabajo con una gestión integral del color, desde la cámara hasta la impresora. Los kits de calibración pueden ayudar a garantizar que tu monitor muestre los colores con precisión, mientras que un sistema de gestión del color de nivel profesional te permitirá crear perfiles personalizados para cámaras, monitores, proyectores e impresoras.
El siguiente paso, según Keith, especialmente si eres nuevo en la impresión o has comprado una nueva impresora, es crear impresiones de prueba. «Puede que te resulte tedioso, pero si imprimes tus propias fotos primero y salen mal, no sabrás si es la impresora, el papel o si tiene más que ver con la fotografía y el proceso de edición», dice.
Las impresiones de prueba pueden ayudarte a evaluar el detalle fino a una variedad de niveles de brillo y contraste, linealidad y calidad de imagen. Hay montones de impresiones de prueba gratuitas disponibles online, con instrucciones para usarlas.
Cómo imprimir con éxito con las funciones de pruebas de rectificación o en papel
4. Juzga con la luz adecuada
«El papel tiene un rango tonal algo limitado en comparación con un monitor. Al imprimir una foto, el contraste general de la imagen se comprime. Pero, si se hace bien, no lo notarás. Si se hace mal, se pueden perder detalles en las sombras y las altas luces».
«Con la ayuda del software, tomas la amplia gama tonal de la imagen original de la cámara, la gama ligeramente más pequeña que obtienes del monitor y haces que funcione con la mayor compresión de la impresión final. Es por eso por lo que necesitas observar de verdad las impresiones para ver si funcionan o no».
Keith afirma que es importante evaluar las impresiones bajo la luz con la que normalmente las verás. Si las miras bajo la luz del día, parecerán mucho más brillantes que bajo la iluminación normal de una habitación y la gama de tonos aumentará. «La impresión puede parecer estupenda a la luz del día, con muchos detalles, pero si la llevas al interior y entra en juego la compresión, pierde detalle y no tiene el énfasis adecuado», comenta Keith.
«Cuando comparas las impresiones con las imágenes en pantalla, nunca las pones lado a lado», añade. «Me he dado cuenta de que el sistema de gestión del color de la visión humana se restablece al girar la cabeza. Coloca la impresión a 90° para que tengas que girar la cabeza al cambiar entre la imagen en pantalla y la impresión. Es mucho más fácil juzgar los resultados de esa manera».
5. Olvídate de la pantalla
La reproducción de los colores es otra área en la que las imágenes pueden tener un aspecto diferente en la pantalla y en la impresión. Las impresoras de alta calidad como la imagePROGRAF PRO-300 de Canon tienen una gama o espacio de color más amplios que los últimos monitores de gama amplia. Pero incluso las mejores impresoras tendrán una gama de colores ligeramente diferente a la que se ve en una pantalla.
«Una pantalla emite luz, una impresión la refleja. Siempre va a haber un desajuste entre las dos», explica Keith. «Hay algunos colores que no encajan bien con la gama de una pantalla y otros que son buenos en la pantalla pero no se imprimen tan bien. Los monitores son buenos para mostrar colores realmente brillantes que simplemente no se pueden obtener con tinta en el papel, mientras que las impresiones pueden funcionar mejor para los azules realmente oscuros, por ejemplo. La clave para imprimir correctamente es editar teniendo en cuenta la impresión, en lugar de la imagen en pantalla».
6. Evalúa cada paso
Keith señala que la buena fotografía exige examinar todo el proceso, y la impresión es tan buena como el eslabón más débil de la cadena. «Esa cadena se remonta a un punto antes incluso de que tomes la cámara: pensar en lo que vas a fotografiar y cómo vas a hacerlo», dice Keith. «Cuanto más piensas en cada eslabón durante la captura, la edición y la impresión, más te das cuenta de cómo puede ayudarte el proceso completo a ganar puntos como fotógrafo».
En definitiva, cree que la impresión es el paso final lógico del proceso fotográfico completo. ¿Pero por qué no llevarlo a cabo en un laboratorio? «Nunca he enviado nada a un laboratorio desde los días de los carretes», comenta Keith. «Para mí, crear mi propia impresión me ofrece un control total del proceso y también me enseña lo que es importante y lo que no. La razón por la que le digo a la gente que la impresión puede mejorar su fotografía es porque ha mejorado enormemente la mía».