«Una de las mayores dificultades de fotografiar en el Ártico es la tentación de centrarse únicamente en la belleza del paisaje», comenta Paolo. «Tienes que refrenarte para poder ir más allá de los clichés y las imágenes pintorescas». Una vez que Paolo comprendió cómo trabajar en la blanca inmensidad, pudo empezar a capturar fotografías de todo tipo.
«Cuando llegas todo te parece increíble», afirma. «La luna está ahí para ti, pero, al día siguiente, te das cuenta de todo sigue en el mismo sitio. En vez de capturar tomas de todas las situaciones, traté de comprenderlas e interactuar con ellas.
Por eso es clave volver a los mismos lugares varias veces», añade. «Cuanto más viajes, más dirás "vamos a esperar" para luego hacer tus tomas. Se trata de aminorar la marcha y capturar imágenes "trascendentes"».
Para su próximo destino, Paolo tiene intención de visitar Alaska, pero a su debido tiempo. «El círculo ártico es muy vasto, y aún me quedan mucho por visitar y fotografiar aquí. No tengo prisa».