Las imágenes de alimentos deliciosos están a la orden del día, ya sea en anuncios de productos y supermercados, en las redes sociales de cocineros famosos e influencers o en las páginas de libros de recetas, periódicos y revistas.
Las mejores fotografías destacan por su atractiva iluminación y diseño, con colores, texturas y composiciones muy cuidados que dotan a los sujetos de un aspecto realmente apetitoso. Este estilo siempre se ha basado en la fotografía de imágenes estáticas de naturaleza muerta. Sin embargo, cada vez es más frecuente que los creadores de contenido de redes sociales como TikTok, Instagram o Pinterest incorporen movimiento en sus imágenes para hacerlas más dinámicas e impactantes. Esta tendencia se ha trasladado inevitablemente al sector publicitario, donde la incorporación del movimiento resulta esencial a la hora de captar la atención de los consumidores e impulsar las ventas de cualquier producto.
La popularidad de la fotografía gastronómica se ha traducido en nuevas oportunidades de empleo para profesionales del sector, como la creación de imágenes y contenido destinado a redes sociales. Hayley Sargent es la directora creativa de Powerhouse, un estudio de producción de contenido especializado en fotografía gastronómica con sede en Leeds, Reino Unido. Entre sus clientes podemos encontrar prestigiosas cadenas de supermercados y productores de alimentos. David Loftus no solo ha sido uno de los fotógrafos gastronómicos más destacados del Reino Unido durante más de 20 años, sino que además posee experiencia en la fotografía de otros géneros, como retratos, viajes, moda y estilo de vida. A continuación, ambos profesionales nos explican por qué agregan movimiento a sus imágenes y cómo lo logran.
Alimentos en movimiento: formas asombrosas de dar vida a tus imágenes gastronómicas
Hayley Sargent: grabación en stop-motion
Hayley ha trabajado como fotógrafa y videógrafa profesional durante cuatro años, y cada vez son más los clientes que le solicitan cortometrajes en stop-motion, especialmente para sus redes sociales. Su pasión por el stop-motion se remonta a su infancia, cuando empezó a hacer sus primeras creaciones. «El stop-motion tiene un algo mágico», afirma. «Es como pedirle al espectador que te acompañe en una aventura y que deje volar su imaginación. Posee un matiz divertido que logra captar la atención de la gente, quizá mejor que otros medios».
Los cortometrajes comerciales en stop-motion de Hayley van desde clips de cinco segundos hasta animaciones más largas y detalladas que muestran, por ejemplo, cómo preparar pasta casera o granola. Hayley considera que el stop-motion posee un atractivo único y muy diferente al de los vídeos convencionales.
«Por lo general, no mirarías un vídeo en stop-motion para aprender algo. Si lo haces, es porque te resulta inspirador», destaca. «Cuando trabajo en un guion gráfico o pienso en ideas para mis proyectos, siempre me pregunto de qué forma puedo hacer que resulte divertido. Por ejemplo, puedes hacer que la comida aparezca flotando en el encuadre, algo imposible en la vida real, y exagerar ciertos elementos aportarles un toque de magia. En eso consiste el stop-motion».
El proceso creativo generalmente comienza con un breve resumen en el que se solicita una animación en stop-motion de una receta en particular, o cómo crear un cóctel o un batido específicos. Hayley plantea una serie de ideas y, si son adecuadas, crea un guion gráfico en el que planifica cada toma.
¿Tienes un equipo de Canon?
El equipo de Canon que Hayley utiliza incluye una EOS 5D Mark IV, su predecesora, la EOS 5D Mark III, y una EOS 5DS junto con el objetivo EF 70-200mm f/2.8L IS II USM (al que ahora sucede el EF 70-200mm f/2.8L IS III USM) o el EF 50mm f/1.4 USM. «Prefiero trabajar con objetivos de focal fija porque aportan más nitidez», explica. «Además, si el anillo de enfoque de un objetivo zoom se cae o se afloja aunque sea un poco, el punto focal cambia, algo que se aprecia bastante al montar la animación en stop-motion. Con un objetivo de focal fija no tienes que preocuparte por eso, ya que hay menos probabilidades de que se produzcan variaciones. Por otro lado, todo mi equipo tiene lleva acoplados una serie de pesos para mantenerlo totalmente estable y evitar los movimientos al cambiar de toma».
Para iluminar sus animaciones en stop-motion, Hayley utiliza un flash junto con luces de tungsteno de un conjunto de luces continuas de estudio. «Según las indicaciones del encargo, me gusta agregar un toque de luz y calidez a mi trabajo para que el espectador se sienta transportado», comenta.
Hayley utiliza un software de edición y procesa sus imágenes en formato JPG, pues necesita que los archivos tengan un tamaño reducido para poder publicar los vídeos en redes sociales. A continuación, y dependiendo de los detalles del encargo, une las imágenes individuales en Adobe® Photoshop®, o bien en Adobe® Premiere® Pro si se necesita agregar sonido o movimiento durante la posproducción.
«Adobe Premiere Pro cuenta con herramientas para acelerar la historia o ralentizarla durante ciertas partes de la receta», añade Hayley. «Una de las primeras cosas que hago durante la edición es comprobar que la iluminación sea uniforme, pero solo tras haberme asegurado de que no haya habido movimientos indeseados en el set, aunque también lo controlo durante el proceso de captura».
«A veces, los flashes pueden producir variaciones en la exposición, un detalle que, por muy pequeño que sea, se aprecia en ocasiones al reproducir la animación. Por suerte, los programas de edición permiten comprobar el ajuste de exposición de toda la animación».
Según su propia experiencia profesional, Hayley considera que los vídeos en stop-motion de corta duración logran captar la atención de la gente con más facilidad. «Si no engancha al espectador en los primeros tres segundos, lo más probable es que lo ignoren. La clave consiste en captar su atención de alguna forma para que vean el vídeo hasta el final».
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David Loftus: fotografía de alimentos suspendidos en el aire
Las imágenes de David han dado vida a más de 100 libros de cocineros y autores culinarios, entre los que se incluyen algunos superventas de Jamie Oliver y Rachel Khoo. También ha dirigido anuncios de comida para televisión y colabora con muchas marcas de alto nivel.
Sus imágenes de comida presentan una composición muy meticulosa y suelen estar iluminadas mediante luz natural y reflectores. Sin embargo, durante un rodaje publicitario reciente, le pidieron que hiciera algo totalmente distinto: fotografiar comida suspendida en el aire e iluminada con un flash.
Este encargo de Kenwood, un fabricante británico de electrodomésticos de cocina, consistía en realizar una serie de retratos de seis jóvenes modelos haciendo de chefs. «La idea era que los ingredientes aparecieran dando vueltas sobre sus cabezas, como en una batidora», comenta David. «Decidí fotografiar con una profundidad de campo reducida, algo que, en cierto modo, es mi firma personal, así que todos los elementos que había justo delante de sus ojos presentaban una gran nitidez, mientras que los ingredientes del fondo y en primer plano se veían algo más difusos».
Primero, David retrató a los modelos en un estudio frente a un fondo negro, como si estuviesen cocinando. Después vino la parte más engorrosa: fotografiar la comida en el aire. Para ello, David y su equipo decidieron ponerse unos trajes de protección.
Al no haber ninguna luz encendida en el estudio, la sesión se realizó en la más completa oscuridad mientras el equipo de David y su cliente observaban los resultados en una pantalla. Sus ayudantes arrojaban comida o líquido al área enfocada por la cámara de forma sincronizada con el disparo de dos grandes flashes con una configuración de 1/8000 s, además de un contraluz para lograr brillos y destellos en las zonas luminosas.
Según el cliente, los archivos debían ser de 50 MP, así que David utilizó principalmente el cuerpo de una EOS 5DS junto con un objetivo EF 85mm f/1.2L II USM de Canon enfocado manualmente a un punto fijo. Este objetivo le permitió lograr la profundidad de campo reducida que necesitaba y mantener las distancias entre la comida y, sobre todo, la cámara. «Usé un EF 85mm f/1.2L II USM para que la perspectiva fuese la misma en todas las tomas y lograr una sensación de profundidad entre nosotros y el fondo», comenta. «Me permitió obtener unas imágenes magníficas durante esta sesión», destaca. «Fue increíble».
Los resultados eran impredecibles, pero también sorprendentes. «La imagen de todos esos alimentos y líquidos volando por el aire era extraordinaria», comenta David. «La leche se veía increíble, y el azúcar glas salía precioso. Era como observar a una bandada de estorninos. Lo más complicado fue sacar los sujetos nítidos con suficiente desenfoque como para aportar profundidad».
Durante los más de tres días que les llevó completar esta sesión, David y su equipo usaron más de 100 combinaciones de alimentos. Para evitar malgastar comida, cogían los ingredientes al vuelo. Los que no lograban atrapar se deslizaban por unas láminas de plástico hasta una piscina infantil.
Finalmente, David organizó y editó todas las fotografías durante la fase de posproducción para conseguir imágenes espectaculares con un gran número de ingredientes y líquidos volando alrededor de los modelos.
El cliente quedó encantado con los resultados y, aunque fue algo completamente distinto a lo que estaba acostumbrado, David también disfrutó con este proyecto. «De todos los proyectos en los que he trabajado, este ha sido el que más he disfrutado», afirma.
• Adobe® Photoshop® es una marca comercial o marca comercial registrada de Adobe en Estados Unidos y otros países.