Conocemos la premisa en que se basa The Confession Tapes, pero ¿podrías explicarnos más detalladamente de qué trata la serie?
The Confession Tapes repasa seis casos de asesinato que tuvieron lugar en Estados Unidos entre los años 1980 y principios de los 2000. En cada uno de estos casos, los acusados fueron condenados con base en una confesión de la que más adelante se retractaron alegando que habían sido manipulados y convencidos de que debían declararse culpables. La serie explora la posibilidad de hacer una falsa confesión bajo coacción como consecuencia del interrogatorio y, fundamentalmente, tortura psicológica.
¿Cómo pasaste a formar parte de este proyecto?
Kelly Loundenberg, la creadora y directora, me envió su proyecto y, cuando me lo explicó, no dudé ni un instante en unirme a ella. La idea me encantó. Eso fue unos seis meses antes de empezar con la producción.
¿Existía algún encargo para la serie antes de que empezarais a trabajar?
No. James Graves, el productor ejecutivo, puso a Kelly en contacto con Netflix. Acudió a una reunión para presentarles la serie, y la idea les encantó. A esas alturas ya llevaba unos 11 meses de investigación y estaba entrevistando a Larry DeLisle ─un hombre acusado de matar a sus cuatro hijos lanzando el coche al río Detroit en el año 1989─ para el séptimo episodio de la serie, «Río abajo».
Como directora de fotografía, ¿cuáles eran tus objetivos a nivel cinematográfico?
Quería que el espectador tuviera la sensación de que estaba siendo interrogado. Quería que la audiencia se pusiera en la piel del sujeto durante unos instantes. ¿Qué harías? ¿Cómo reaccionarías? ¿Qué le dirías a la policía si estuvieras en su lugar? La serie gira en torno a recuerdos falsos y cómo nuestra mente puede jugarnos una mala pasada. Tal como el abogado de apelaciones de Karen Boes, una de las condenadas, dice en el episodio de su cliente: «Todos tenemos un límite». Hay un punto en que a todos se nos puede manipular para que recordemos algo que no es verdad. En el caso de Karen, que está cumpliendo cadena perpetua sin libertad condicional, acabó admitiendo el asesinato de su hija de 14 años.
¿Queríais llegar a alguna conclusión sobre la inocencia de los condenados o se trataba más de plantear preguntas difíciles de responder?
Kelly tiene muy claro que todo el mundo debe poder dar su opinión, y no interfiere en forma alguna en la representación de los hechos ni en las personas que entrevista. Prefiere que sean los espectadores quienes saquen sus propias conclusiones basándose en lo que ven antes que intentar presentarles su opinión sobre los hechos.