¿Qué tipo de objetivos sueles usar con tu EOS 5D Mark II de Canon?
«Me encanta el EF 50mm f/1.2L USM de Canon para los retratos; ofrece una calidad fantástica y lo uso tanto como puedo por su versatilidad para otras aplicaciones. También uso el EF 35mm f/1.4L II USM para temas más generales y tomas documentales. El objetivo pancake EF 40mm f/2.8 STM aligera el peso de la cámara y resulta ideal para hacerla más discreta».
¿Es cierto que aprendiste submarinismo solo para poder fotografiar el naufragio del MV Dara personalmente?
«Pues sí. Investigando un poco, conocí a unos submarinistas que sabían dónde estaban los restos, así que aprendí a hacer submarinismo y les pedí que me lo enseñaran. Era la primera vez que me sumergía en algo que no fuera una piscina, pero estuvo genial. Por fin estaba nadando entre los restos que llevaba tres meses investigando; fue una sensación emotiva e indescriptiblemente impresionante. Las imágenes submarinas del naufragio, intercaladas en el libro con fotos de la ciudad como yo la había visto, ayudan a reflexionar sobre conceptos como el recuerdo, el ahogamiento y el pasado».
«Para las tomas bajo el agua utilicé una EOS 5D Mark II de Canon con una carcasa sumergible especial: básicamente una bolsa de plástico gruesa. Apenas podía pulsar el obturador y, como no tenía acceso a los controles, tuve que trabajar en automático. No me quedaba otra que confiar en las capacidades de la cámara en automático; como poco, sería algo menos de lo que preocuparme.
«Por otro lado, antes de zambullirme tenía que hacerme una idea aproximada de lo oscuro que estaría el fondo, ya que no iba a poder modificar el valor ISO allí abajo. Por eso era la cámara ideal para la ocasión, sin duda».
¿Te costó mucho irrumpir en el sector de la fotografía y triunfar en el delicado arte del mundo documental? ¿Cómo superaste esos retos?
«Me introduje en el mundo de la fotografía principalmente desde el periodismo. Al principio, solo trabajaba para periódicos y revistas. Creo que, con el tiempo, el medio se me quedó pequeño. La forma en que se usa fotografía hoy en día no valora lo suficiente la labor del fotógrafo; está más orientado a ilustrar la historia, a rellenar huecos. Por eso, en cuanto tuve la oportunidad, empecé a trabajar con otro tipo de clientes».
«Por ejemplo, un encargo que hice para un par de festivales de fotografía en Brighton (Inglaterra) y Bombay (India), y otro para la Ciudad de la Cultura de Hull (Inglaterra), me llenaron mucho más. El motivo es que me ofrecían mayor libertad para hacer algo que de verdad me importaba».
«En cuanto a los retos, creo que a todos nos cuesta; no hay un camino establecido. No obstante, tenemos que seguir buscando oportunidades, diferentes formas de presentarnos, idealmente de maneras poco ortodoxas, ¡que a lo tradicional ya se dedica mucha gente!»