Detrás de las cámaras: qué ha aprendido Jonas Bendiksen de fotografiar comunidades aisladas

«En mi caso, la fotografía siempre ha sido la herramienta con la que exploro las cosas por las que siento curiosidad», afirma el fotógrafo de Magnum Photos Jonas Bendiksen. «El origen de todos mis proyectos son las preguntas que me hago sobre la sociedad en algún momento. Normalmente, acabo fijándome en algún tipo de comunidad marginal o en alguien que se mantiene al margen de la sociedad».

«Satellites» (Satélites) (2006), un reportaje que requirió 7 años de trabajo, se centraba en comunidades aisladas en la periferia de la antigua Unión Soviética. A este trabajo le siguió «The Places We Live» (Los lugares que habitamos) (2008), para el que Jonas fotografió durante tres años a los habitantes de los suburbios de India, Kenia, Indonesia y Venezuela.

Aunque ambos proyectos versan sobre vidas marginales, Jonas afirma que se trata casi de una coincidencia. «Digamos que persigo las cosas que me interesan y solo después descubro que tienen algo en común», comenta. «Pero eso es más bien una coincidencia. No se trata de una estrategia».

La idea de fotografiar la comunidad

Uno de los mesías de la actualidad que documentó Jonas fue Visarión, un expolicía de tráfico que afirma que en 1990 tuvo la revelación de que, en realidad, es el Mesías cristiano reencarnado. Cuenta con alrededor de 5000 seguidores, que viven en una comunidad independiente, con colegios e iglesias, en una zona remota del sur de Siberia.

La historia de Visarión fue una pieza clave en el proyecto global de «The Last Testament» (El último testamento). «La primera vez que oí hablar de él fue por el año 2000, cuando trabajaba como autónomo en Rusia», recuerda Jonas. «Hacia 2013 empezó a atraerme la idea de crear imágenes sobre la religión, así que decidí comprobar si aún seguía por ahí. No me resultó muy difícil encontrarlo y entonces empecé a toparme resultados en Internet de otros casos. Así fue como el proyecto empezó a tomar forma».

Jonas escribió a la organización de Visarión y preguntó si podía fotografiar la comunidad. A lo largo del año siguiente, realizó varias visitas, de unos 10 días cada una. Durante todo el proceso, pensó que era importante acercarse a Visarión y sus seguidores con una actitud abierta y sin prejuicios.

Jonas capturó todas las imágenes con luz natural y decidió trabajar con una EOS 5D Mark III de Canon (a la que ahora sucede la EOS 5D Mark IV de Canon), en parte por su rendimiento en condiciones de poca iluminación. «He utilizado todas las cámaras de la serie 5D», afirma. «Una de las grandes ventajas que me proporcionó pasarme a esta cámara es que me permite capturar escenas con poca luz que antes no habría podido fotografiar. También me gusta el aspecto que presentan los archivos: se ven reales, orgánicos».

Otra razón por la que eligió la EOS 5D Mark III de Canon fue su cuerpo robusto y hermético. «En el invierno siberiano, las condiciones de trabajo eran bastante complicadas», recuerda. «Hice algunas fotos de la celebración de Navidad de la comunidad, que tiene lugar el 14 de enero porque es el cumpleaños de Visarión. Era una peregrinación en el exterior y las temperaturas cayeron hasta los -30 °C. Sabía que la EOS 5D Mark III funcionaría bien en esas condiciones».

A pesar de ello, Jonas tuvo que manejar la cámara con cuidado. «Me dediqué a sacar y guardar la cámara en la chaqueta según era necesario», comenta. «Siempre fotografío en modo manual, por costumbre, así que tenía que utilizar todos los diales y botones con unos guantes gigantes puestos».

Una vida apartada

Al recordar su experiencia con la Iglesia del Último Testamento, Jonas afirma que lo que más le impresionó fue la percepción que tuvo de la comunidad.

«Casi que sentía que mi hogar no me ataba, podría irme a vivir allí fácilmente», comenta. «Me conmovió la comunidad y su forma de vida y, por un tiempo al menos, pude entender qué se siente al tener fe. Llegué a un punto en que realmente lo podía sentir. En cierto modo, fue una misión cumplida para mí.

«La reacción de casi todo el mundo es pensar que son raros y poco convencionales, pero cuanto más investigaba, más me costaba discernir qué es lo que hace a sus convicciones y su Mesías menos plausibles que cualquier otra creencia».

Jonas afirma que el proyecto también le enseñó algo sobre sí mismo. «Esta gente tiene el temple y la fortaleza, y a veces la valentía, para no vivir dentro de la sociedad», dice. «Creo que a algo dentro de mí le incomoda que viva de forma convencional. La vida apartada es algo admirable y, en parte, eso es lo que me fascina».