El fotógrafo de naturaleza Oliver Wright utiliza una cámara Canon EOS R5 para crear sus características fotos macro con apilamiento de enfoque, en las que combina varias tomas de forma inteligente con variaciones de enfoque matizadas para amplificar la profundidad y el detalle. «Me encanta la EOS R5», dice. «Es un equipo espectacular y revolucionario en lo que respecta a algunas de sus funciones. Me ha resultado muy útil con mi estilo concreto: imágenes con apilamiento de enfoque captadas con luz natural. El tamaño de los archivos que obtienes es enorme, por si quieres imprimir algo grande». Imagen tomada con una cámara Canon EOS R5 con un adaptador de montura Canon EF-EOS R y un objetivo Canon MP-E 65mm f/2.8 1-5x Macro Photo, con una configuración de exposición de 1/125 s a f/5,6 e ISO 1600. © Oliver Wright
La magia de las fotografías macro reside en su capacidad para transportar al espectador a otro mundo y mostrar un sujeto que supera la realidad. Pero convertir tu pasión por lo diminuto en una aventura rentable requiere algo más que entusiasmo.
Oliver Wright, un fotógrafo de naturaleza británico procedente de Leeds (Reino Unido), pasó de la gestión de proyectos a la fotografía tras renunciar a su trabajo voluntariamente. Pese a las dudas iniciales sobre las prospectivas financieras de la fotografía macro, siguió fotografiando en este género en su tiempo libre mientras aceptaba otros trabajos remunerados, como bodas. Un correo inesperado de Canon, en el que se mostraban impresionados por su trabajo macro, supuso un punto de inflexión para su carrera. Le invitaron para hablar en eventos de Canon, lo que le llevó a colaborar con la revista BBC Wildlife, The New York Times, The Independent y mucho más.
Oliver anima a los aspirantes a fotógrafos a captar sujetos que les gusten mientras desarrollan su negocio. «Básicamente hacía cualquier cosa que se me presentaba, hasta que maduré como fotógrafo profesional y comencé a entablar relaciones con grandes empresas. A cualquiera que esté trabajando en esa transición le diría que es muy importante asegurarte de hacer la fotografía que te guste, y para mí era la macro».
Tina Eisen, una fotógrafa de belleza y moda alemana afincada en Buckinghamshire (Reino Unido), dice que su salto a la fotografía macro surgió durante el confinamiento por la COVID-19. Al no poder colaborar con un equipo, exploró el uso de su propio rostro como lienzo, lo que le despertó una nueva pasión por la fotografía macro y dio lugar a un útil nicho de negocio. Su forma única de contar historias a través de pequeños detalles, como los labios, ha atraído a clientes como Max Factor, Sephora y Harvey Nichols, además de a otras marcas y publicaciones internacionales. «La fotografía macro se presta muy bien al sector del maquillaje», comenta. «Le da a las marcas la oportunidad de mostrar sus productos de cerca sobre la piel, y captar así texturas y la composición con mucho más detalle».
En este artículo, Tina y Oliver comparten sus secretos para crear un negocio de fotografía macro de éxito.