El cineasta de Nollywood Daniel Ehimen comenzó a trabajar en producción de sonido para eventos en directo, pero se dio cuenta de que había «una desconexión entre la cantidad de altavoces con los que había cargar para instalarlos en un estadio y el sueldo que se recibía a cambio». Perfeccionó sus habilidades de composición con la fotografía de moda antes de aprender el lenguaje del cine en un programa de tutoría. © Daniel Ehimen
El cine es una gran industria en Nigeria. Según un informe del Instituto de Estadística de la UNESCO, los países en vías de desarrollo representaron el 59 % de la producción mundial de películas en 2015, y la emergente industria cinematográfica en Nigeria contribuyó a impulsar este crecimiento. En 2010, el país produjo 1074 películas en todo el año, lo que convirtió a la industria cinematográfica nigeriana en una de las más prolíficas del mundo. Por esta razón se la conoce como «Nollywood» y se cita a menudo como la segunda en términos de producción, después de Bollywood.
Pero, ¿qué se esconde detrás de este éxito? ¿Cómo han podido mantener los cineastas en Nigeria un ritmo tan acelerado de producción cinematográfica? ¿Y qué significa el apodo «Nollywood» para quienes trabajan en la industria?
«Yo lo describiría como una consciencia colectiva independiente», afirma el director y cineasta Daniel Ehimen, que ha trabajado en largometrajes, anuncios y documentales. «En Hollywood y en Bollywood, hay una estructura con mucha especialización, varios gremios, sindicatos y códigos de prácticas. Nosotros no tenemos nada de eso. En Nollywood, tienes que llevar a cabo muchos trabajos diferentes a la vez».