«El gran Lebowski» (1998) está ambientada en la soleada ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, y no en la gris y lluviosa Londres de Reino Unido. Sin embargo, para su primer largometraje, «Big Smoke», el cineasta graduado Otis Tree está canalizando el espíritu de la película de culto de los hermanos Cohen hacia una nueva dirección. «Es una comedia de terror en la que los personajes están constantemente paranoicos, dudando de sí mismos», nos cuenta Otis, hablándonos de «Big Smoke». «Otra gran inspiración es “The Wicker Man”. La película está ambientada en el solsticio de invierno y buscamos ese ambiente pagano, a pesar de la estética moderna y urbana».
Otis, que nació en el este de Londres, consiguió su primera proyección en un festival con solo 13 años, en el festival de cine BFI Future Film Festival. Desde que se graduó, en verano de 2020, ha conseguido reconocimientos impresionantes. Ganó el premio 2020 Emerging Talent en el festival CINECITY Festival, en Brighton, por su cortometraje «Destructors». También trabajó para el director de fotografía Ben Wheeler en una producción televisiva de alto nivel para Euston Films. Le hemos preguntado sobre las perspectivas que adquirió como estudiante y cómo las ha utilizado para ayudarle a despegar su carrera profesional cinematográfica.
De estudiante a director de fotografía: conoce al joven cineasta Otis Tree
Ahora mismo estás trabajando en tu primer largometraje, «Big Smoke». ¿En qué fase te encuentras?
«He escrito toda la película, que ha pasado por varios borradores. He rodado una película de “prueba de concepto” corta, que he financiado yo mismo, para capturar la esencia de este largometraje. Ahora estoy presentándola en diferentes sitios. El mayor desafío es la barrera inicial entre el sector y tú. Al principio parece infranqueable, pero es un camino lento. Tienes que mantener esos contactos y seguir insistiendo a las personas».
¿Nos puedes contar más sobre qué has tenido en cuenta de forma visual y técnica para la película, y cómo te estás basando en lo que has aprendido de tus trabajos anteriores?
«Normalmente grabo sin trípode. Empecé siendo un cineasta que rodaba en movimiento y grababa el guion completo por orden. Con esta, casi todas las tomas están realizadas con un trípode, con movimientos de cámara limitados. Estoy intentando hacer las cosas de forma sencilla. Cuando echo la vista atrás a mi película final de graduación, “Destructors”, la escena de apertura era ridícula, estaba hecha como con 100 tomas. Esta vez, estoy intentando hacerla con tres tomas como máximo. En lugar de mover la cámara, hago zoom con el objetivo. He visto muchas películas de Stanley Kubrick, prestando atención a la naturaleza metódica de la ubicación de la cámara y a la cantidad de tiempo que te obliga a ver una toma. Como cineasta joven, pruebas algo nuevo cada 30 segundos, y una de las mejores cosas que he aprendido es la importancia de la coherencia de los tonos. En general, como artista, quiero ser más reservado. En lugar de utilizar trucos de cámara sofisticados, me centro en la actuación y en los personajes».
¿Cuáles son tus planes para conseguir fondos para «Big Smoke» y distribuirla?
«En la universidad, aprendimos sobre el “crowdfunding”, una práctica que llevé un poco a cabo para “Destructors”. Es un enfoque interesante, porque se consigue control creativo y autonomía totales con el dinero. Lo que de verdad me gustaría es conseguir algún tipo de beca o el menor número de fuentes de fondos que sea posible para el proceso de producción, y después, a la hora de la distribución, estaría abierto a cualquier cosa. Solo quiero sacarla a la luz, ya sea a través de festivales o streaming online. Mi prioridad es conservar el mayor control posible de la visión final, así que no sé si hacerla demasiado grande. Me acabo de graduar y es mi primer largometraje, creo que tiene mérito intentar hacerlo de la forma más independiente posible».
¿Tienes un equipo de Canon?
Recientemente has tenido la oportunidad de realizar fotografías promocionales para «Big Smoke» utilizando la EOS R5 de Canon. ¿Cómo ha sido la experiencia?
«Utilicé la EOS R5 de Canon y el objetivo Canon RF 50mm F1.2L USM. Me encantó su sencillez. La tuve a mi lado durante toda la sesión. Había leído y visto muchas cosas online sobre la R5 antes, así que tenía muchas ganas de probarla. Fue increíble. Es increíble tener una cámara tan útil y con ese tamaño. El tamaño cambia la forma de fotografiar. Te proporciona más velocidad y versatilidad. Es menos intimidante para los actores, lo que me permitió capturar preciosos momentos espontáneos. El enfoque automático también me dejó anonadado. El hecho de que a f/1,2 se mantuviera en los ojos de la persona, sin importar lo que hiciera o donde fuera, era una locura. Y los resultados del objetivo RF 50mm F1.2 tenían la nitidez perfecta».
¿Qué curso hiciste en la universidad y qué aprendiste?
«No fui a la universidad para aprender sobre cine. Hay tantos recursos online que ya me había aprendido por mi cuenta todo el software que necesitaba conocer. Se trataba de tener tiempo para cometer errores y practicar el arte del cine. Empecé en un curso de imágenes en movimiento, que tenía un enfoque basado en el arte, pero no estaba muy contento, así que cambié a un curso más centrado en el sector, en una universidad diferente, más pequeña y personal, la Screen and Film School, en Brighton. En mi curso anterior no nos indicaban nada sobre cómo ganar dinero cuando se acabara el curso, lo que puede resultar una filosofía perjudicial. Aprender a venderme a mí mismo y a hacerme hueco en la máquina de hacer dinero que es el sector cinematográfico fue muy útil.
«Algo que aprendí por mí mismo desde muy joven fue a reconocer mi valor. Hay muchos cineastas jóvenes trabajando gratis».
Entre los dos cursos, pasaste un año en el sector ayudando al director Tyrone Lebon y trabajando en la empresa de producción DoBeDo. ¿Qué ventajas te proporcionó?
«Fue un cambio radical con respecto a ser estudiante y tener una clase a la semana. Al encontrarte en un escenario del mundo real, aprendes más en un día que en cualquier curso con solo responder a clientes reales. Tyrone graba todo utilizando el modo analógico. Su trabajo es una locura, no es el tipo de cosas corporativas que crees que vas a acabar haciendo después de la universidad. Fue fantástico ver a alguien ganándose la vida haciendo algo divertido».
Conceptos básicos de la cinematografía para conseguir unos resultados profesionales
Es obvio que estás en los primeros pasos de tu carrera profesional, pero ¿puedes definir tu estilo como cineasta?
«Sigue cambiando, pero en general, una vez que he pasado por los tres pasos intensos de escribir, rodar y editar, mi estilo siempre acaba siendo más etéreo y fantasioso de que lo que imaginé al principio. Me gusta rodar en película, y eso no se traduce especialmente en cine de bajo presupuesto porque es muy caro. A menudo persigo algunas de esas características, rodando con objetivos vintage y alejándome de un aspecto demasiado nítido. Rodé “Destructors” con objetivos caros para Super 35 que cogí prestados de la universidad, pero anteriormente he comprado objetivos de plástico baratos de 20 £ online».
Debe haber sido raro hacer despegar tu carrera profesional cinematográfica en mitad de una pandemia. ¿Cómo lo has afrontado?
«Hay aspectos positivos y negativos. Ir a festivales online no es lo mismo, pero que el mundo se haya congelado desde que me gradué me ha dado muchísimo tiempo. He conseguido trabajos como autónomo de forma constante entre confinamiento y confinamiento. He grabado vídeos musicales, ayudado a fotógrafos a realizar imágenes de stock e incluso documentado la restauración de una obra de arte. Si me hubiera adentrado directamente en el “mundo real”, hubiera sido muy intenso, y quizás no hubiera tenido tiempo de escribir el largometraje y hacer la prueba de concepto de esta forma».
¿Cuál es tu consejo para los cineastas estudiantes que van unos pasos por detrás de ti en este viaje?
«Aprecia todo lo que tienes en la universidad: el equipo, los cuidados, las personas a tu alrededor. Creo que lo que lo que más ha dado sus frutos ha sido mantener las conexiones. Está bien encontrar un buen mentor, pero también seguir en contacto con tus compañeros. ¡Nunca se sabe dónde terminaréis todos!».
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