En la cima de una montaña con vistas a Mónaco, con ocho cámaras Canon colocadas en conjunto, fue una sesión atípica incluso para el fotógrafo de deportes de motor Frits van Eldik. En cuanto salieron los coches, activó las cámaras a la vez en un par de segundos y con eso terminó su labor. Durante los numerosos años en los que ha fotografiado el Gran Premio de Mónaco, Frits siempre ha soñado con captar un ángulo diferente desde una cima a más de 2 km de distancia. Pero no era consciente de que esta sesión también supondría un cambio total en su carrera.
«Volvíamos a casa en coche y empecé a echar un vistazo a las imágenes en mi portátil, pero no estaba demasiado conforme con el resultado», cuenta Frits. «Al día siguiente, las vi en una pantalla más grande y ya fue otra cosa». Sin embargo, podía sentir que necesitaba verlas de otra forma para lograr su sueño de verdad. Mandó una imagen de prueba a Canon para imprimirla en un tamaño de 1,4 x 1 m en una imagePROGRAF PRO-4000 (a la que ahora sucede el modelo Canon imagePROGRAF PRO-4100S). «Fuimos a tomarnos un café y, cuando volvimos a los 20 minutos, la impresión era tan impresionante y tan detallada», recuerda. «Para mí, era la única forma de poner a prueba la calidad de la cámara, el objetivo y el reto al que me enfrenté en Mónaco».
Antes de esto, Frits no había dedicado mucho tiempo a imprimir sus imágenes, pero ver esta impresión en 2018 lo cambió todo. «Me empezó a interesar mucho cuando vi la calidad que ofrecían las impresoras de Canon», cuenta. Frits, un fotógrafo de deportes de motor reconocido y experimentado que fotografió su primer Gran Premio en 1989, lleva inmortalizando carreras importantes de Fórmula 1 y MotoGP toda su carrera, en su mayoría para clientes editoriales. En la actualidad, ha diversificado su negocio, de forma que ahora gana la mayor parte de sus ingresos vendiendo impresiones de sus imágenes.
Frits van Eldik nos habla sobre la diversificación de su negocio mediante la impresión
Enamoramiento con la impresión
Después de que Mónaco le abriera los ojos sobre el potencial de la impresión, Frits empezó a experimentar en casa con impresoras Canon. No empezó a vender impresiones de inmediato, pero sí se las regaló a amigos y clientes, y disfrutó al ver sus reacciones. «Tras un fin de semana apasionante y agotador en un circuito, no hay una sensación mejor que sentarte con un café, echar un vistazo a tus imágenes e imprimirlas», cuenta Frits. «La magia se produce cuando enseñas esa imagen a alguien (un vecino o un posible cliente) y también se emociona. Puede que ya hayan visto esas imágenes, algunos puede que las hayan visto de pasada en un teléfono, pero la reacción que tienes al ver algo en papel es completamente diferente a verlo en un portátil. Por alguna razón, la impresión crea una emoción más fuerte».
Con un calendario repleto de eventos de deportes de motor por todo el mundo, no fue hasta que la pandemia de la COVID-19 paralizó el mundo que Frits tuvo tiempo de centrarse realmente en la impresión. «No podía viajar y no había eventos, así que no tenía nada que hacer», recuerda. «Como estaba en casa y tenía dos impresoras, pensé: "Vamos a intentar aprovecharlas al máximo". Y me enamoré de la calidad de las imágenes».
Frits, que solía ganar bastante de las revistas y los periódicos, ha sido testigo del desplome de las tarifas de los clientes editoriales durante años. Con una nueva pasión por la impresión, empezó a planteárselo como una nueva fuente de ingresos. «Ya no podía ganarme la vida de la fotografía como hasta ese momento», cuenta. «La COVID-19 me hizo empezar con la impresión y, cuando vi la ilusión de la gente, me di cuenta de que había un interés en comprar mis imágenes. En la actualidad, gano más dinero de las impresiones que de los medios de comunicación, así que le he dado la vuelta».
Ahora, de vuelta a fotografiar eventos, Frits ha descubierto un nuevo ritmo. Empieza señalando las imágenes que considera que podrían quedar bien en impresiones mientras va trabajando. Cuando la temporada de carreras termina en invierno, se centra en la impresión. En muchos aspectos, ha cerrado un ciclo, habiendo tenido su primera oportunidad de fotografiar carreras, revelando las imágenes por la noche y después vendiéndoselas a los pilotos en el circuito a la mañana siguiente. Afirma que hay un paralelismo definitivo entre revelar imágenes e imprimir una imagen digital. «Antes hacía impresiones de fotos con un toque antiguo, pero ahora prefiero sentarme con un café y el portátil, y hacer magia con la impresora».
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Cómo hacer que las imágenes impresas brillen
En casa, Frits tiene una impresora de gran formato Canon imagePROGRAF PRO-2000 y el modelo más compacto Canon imagePROGRAF PRO-1000. Suele recurrir a la impresora más grande para reproducir impresiones más grandes y atractivas, pero, a la hora de experimentar cuando prueba distintas impresiones, utiliza la imagePROGRAF PRO-1000. «La imagePROGRAF PRO-2000 es mucho más grande, pero las imágenes salen de una bobina, por lo que es muy fácil de usar», cuenta Frits. «La imagePROGRAF PRO-1000 tiene el mismo cabezal de impresión, por lo que las imágenes tienen la misma calidad, pero es más práctica para el uso diario».
Ambas imprimen a una resolución máxima de 2400 ppp y utilizan doce tintas de pigmento LUCIA PRO. La imagePROGRAF PRO-2000 te permite imprimir en papeles de hasta 6 x 2 m de tamaño. Frits imprime principalmente en papel mate, sobre todo sus características imágenes en blanco y negro, pero la imagePROGRAF PRO-2000 cuenta con dos bobinas de papel, por lo que le resulta muy fácil cambiar a papel brillante cuando lo necesita.
«En torno a un 85 % del tiempo, imprimo en papel mate», afirma Frits. «Pero a veces pruebo a jugar con la luz de mis fotos y utilizo faros para crear imágenes artísticas y coloridas». Al combinar movimiento, luz y velocidades de obturación lentas, estas tomas creativas en las que Frits pinta con luz destacan entre las fotos de circuitos más tradicionales. «Si en una imagen hay luz y mucho movimiento, no queda tan bien en papel mate. En papel brillante, se ve básicamente como lo que verías en una pantalla».
A la hora de preparar imágenes para imprimirlas, el «gran cambio» y uno de los aspectos más gratificantes para Frits ha sido tener la oportunidad de editar sus imágenes. «Antes me ganaba la vida vendiendo mis imágenes a revistas, periódicos y libros, pero no podía editar las imágenes: tienes que captar la imagen y enviarla tal cual», explica. «Ahora puedo mejorar un poco más mis imágenes para imprimirlas y eliminar los elementos del fondo que no me interesan o añadir más contraste o saturación».
Frits cuenta que, aunque las imágenes más grandes llaman la atención, una impresión de cualquier tamaño puede valer también. «La gente reacciona de forma más efusiva cuanto más grande es la imagen», añade. «Por lo que, cuando tienes una impresión de al menos 1 m de alta, es genial». Las impresiones de carteles se pueden realizar en una impresora de gran formato como el modelo Canon imagePROGRAF PRO-4100s. «Pero una impresión no tiene que ser enorme para ser impresionante», añade Frits. «Para mí, imprimir en A2 con la imagePROGRAF PRO-2000 es suficiente. Es fácil de manejar y fácil de enviar si tienes que enviárselo a alguien. Tener una imagen en papel me parece mágico».
«Mi impresora me da ventaja»
Desarrollo de nuevas estrategias empresariales de impresión
La creación de impresiones le ha dado a Frits la oportunidad de repasar con regularidad su archivo de 30 años para dar vida a imágenes olvidadas y recordar algunas favoritas que los editores pasaron por alto en el pasado. «Podría hacer esto durante años y sacar imágenes de mis archivos», ríe Frits. «Aunque no volviera a hacer ninguna foto más, tendría impresiones de sobra para vender». Pero Frits no tiene intención de abandonar las cámaras y va a seguir inmortalizando deportes de motor con potentes cámaras mirrorless, como la EOS R5 y la EOS R3 de Canon.
Sus gustos también han cambiado con los años, por lo que Frits aprecia su archivo desde una nueva perspectiva. «Miras una imagen y te preguntas por qué no llegaste a utilizarla nunca», comenta. Tras años de estar a merced de editores de imágenes, Frits también está disfrutando especialmente de tener un control editorial total. «Las revistas a veces no utilizan las imágenes que más te habían gustado, pero tú puedes elegir por ti mismo qué quieres imprimir, y eso me encanta».
Una lección importante que Frits ha aprendido en su recorrido con la impresión es que es mejor mostrar y vender obras impresas en persona, en lugar de online. Frits ha descubierto que puedes captar la imaginación de las personas cuando ven y sienten las imágenes impresas, ya sea sosteniendo las impresiones en sus manos o viendo las fotografías colgadas en la pared. Esto le ha llevado a hablar con galerías sobre colaboraciones (aunque se llevan una parte de las ventas), a colgar fotografías en tiendas y a planear una exposición sobre un Gran Premio. También se centra en la exclusividad: limitar el número de impresiones que hace para aumentar su valor como productos independientes.
Si buscas avanzar en un mercado saturado, la diversificación de tu oferta es clave. Para ir un paso más allá, Frits ha convertido sus imágenes en paneles de luz personalizados para dar vida a sus fotos y crear una estética prácticamente de pantalla digital. Además de destacar, estas iluminaciones con un balance de color perfecto imponen un precio más elevado que las impresiones estándar. Esta fuente de ingresos adicional ha animado aún más a Frits a fotografiar con la impresión en mente, y a priorizar las tomas nocturnas y las carreras de resistencia porque las condiciones quedan muy bien con el formato.
En lugar de sentarse y desarrollar un plan empresarial, Frits aprendió a base de ensayo y error, y afirma que sigue siendo un proceso más bien de descubrimiento. Su consejo para otros fotógrafos es que prueben la impresión. «Hay todo un mercado», cuenta. «Si eres un fotógrafo de paisaje o naturaleza, ya hay incluso más negocio. Por lo general, a todo el mundo le gustan las impresiones, y no creo que pase solo con las mías. Considero que cualquier imagen que esté bien hecha debe imprimirse».
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