El embajador de Canon y un apasionado de la conservación, Robert Marc Lehmann, vio a una joven foca gris con un sedal enrollado en el cuello, lo que puso de relieve las peligrosas e imprevistas consecuencias de la pesca. Imagen tomada con una cámara Canon EOS R5 Mark II y un objetivo Canon RF 100-500mm F4.5-7.1 L IS USM, con una configuración de exposición de 1/6400 s a f/7,1 e ISO 1600. © Robert Marc Lehmann
En un lugar no revelado de la costa atlántica de Francia, el embajador de Canon, Robert Marc Lehmann, emprendió una misión especial. Como biólogo marino titulado, ha filmado y fotografiado la naturaleza en todo el mundo, desde Perú a Papúa Nueva Guinea, normalmente con un punto de vista conservacionista en mente. En esta ocasión, Robert salió a realizar una sesión sobre la gran variedad de fauna con la que se cruza. Le hacía especial ilusión documentar marrajos, una especie rara, escurridiza y en peligro de extinción, así como el resto de fauna de esta región.
El viaje fue también su primera oportunidad de utilizar la EOS R5 Mark II de Canon. En aquel momento, la cámara era demasiado nueva para contar con una carcasa subacuática, por lo que no pudo captar tiburones con ella. En su lugar, utilizó la EOS R5 Mark II para captar la fauna de la costa, como aves marinas planeando, cormoranes buceando y focas rechonchas descansando sobre las rocas.
¿Cuál fue su veredicto?
«Esta cámara nos va a permitir documentar la naturaleza de formas que nunca antes habíamos podido, ampliando los límites de lo que es posible en la fotografía y videografía de conservación», afirma. «Es una herramienta realmente pensada para el futuro».