La pandemia del coronavirus ha paralizado el mundo con confinamientos y restricciones de viajes, por lo que las cámaras han dejado de rodar y las producciones se han detenido. «El impacto de la Covid-19 en nuestro trabajo ha sido enorme», afirma Stitch Richardson, productor ejecutivo y socio del estudio de producción creativa Spindle. «Perdimos unos seis meses de trabajo contratado en el transcurso de tres días. Da bastante miedo».
El director de fotografía Patrick Smith estaba trabajando en varias producciones de Netflix antes del confinamiento. «Se cancelaron todas las grabaciones que tenía en la agenda», cuenta. «Guardé la cámara en mi caja fuerte y no la saqué durante un tiempo».
Algo parecido le ocurrió al director francés y embajador de Canon Sébastien Devaud, que tenía previsto viajar a Australia para rodar un programa de aventura para Amazon Prime, y también a la realizadora de documentales independiente italiana Francesca Tosarelli, que planeaba grabar un nuevo documental en Irak. «Obviamente todo se canceló, así que me vi en una situación en la que debía reinventarme», explica la realizadora.
«Parece que el sector creativo al completo, incluida la industria del cine y de la televisión, se ha visto especialmente afectado por esta pandemia», reflexiona Alex Pumfrey, director ejecutivo de The Film and TV Charity, una organización benéfica del Reino Unido. A finales de marzo, se produjo un aumento de tal magnitud en las llamadas a su teléfono de asistencia ininterrumpida que en tres días recibieron las llamadas que normalmente recibían en tres meses. «Como es normal, mucha gente tenía una ansiedad y una preocupación enormes; muchos habían perdido su modo de vida prácticamente de la noche a la mañana.»
A continuación, estos cineastas y expertos de la industria nos cuentan algunas de las adaptaciones creativas que han puesto en marcha, cómo ha sido la experiencia de volver a los rodajes y cómo creen que el coronavirus cambiará el panorama de la industria cinematográfica.