La cámara EOS R8 de Canon en manos de profesionales

Ian, que suele usar la cámara EOS R5 de Canon, puso a prueba la EOS R8 en una sesión de moda en un lugar en el que quería trabajar desde hacía tiempo; una capilla en ruinas con mampostería desgastada y vidrieras que inspiraba una estética tenue y evocadora. Mezcló esta descarnada ubicación con vestidos femeninos combinados con botas y accesorios rústicos que reflejaban el lado más provocador del fondo, y todos ellos influyeron en las poses que pidió hacer a las modelos.

En las últimas tomas de Ian también influyeron las personalidades de sus dos modelos, con quienes pasó tiempo durante la sesión para conocerlos y responder sus dudas. «Me fijé en que tenían estilos distintos, rollos distintos. Teníamos dos vestidos y le asigné a cada uno una especie de personaje», comenta. «Con la modelo con el vestido amarillo hicimos algunas tomas con algo más de carácter, pero decidimos incluir mucho más movimiento. Así que se puso a moverse y dar vueltas por allí, e introdujimos humo, y ese fue el momento en el que el sol entraba por la ventana. Con la segunda modelo fuimos más provocadores. Llevaba los guantes y las botas de cebra, que era un estilo más refinado y con más carácter».

Las dos partes de la sesión presentaron desafíos creativos y técnicos que la cámara EOS R8 ayudó a resolver. Para congelar el movimiento e inmortalizar el fotograma perfecto de la primera modelo girando, Ian aprovechó la rápida velocidad de disparos en serie de la EOS R8, capaz de grabar hasta a 40 fps con el obturador electrónico. Esto, en combinación con el enfoque automático con detección de ojos asistido por IA, le permitió conseguir muchas tomas nítidas con el sensor Full Frame. «Implicaba que podía enfocar directamente a la modelo y, tras comprobar cómo era el movimiento, hacer disparos en serie y comprobar si había salido bien», afirma. «Eso contribuyó a que el ritmo de la sesión continuara con fluidez».

Mientras las sesiones de Ian giran en torno a su dirección y aportación creativa, la fotografía documental familiar de Marisa se centra en gran medida en sus protagonistas, es decir, los niños, y lo que hacen. Ha podido grabar varias sesiones con la cámara EOS R8, incluido un día con uno de sus clientes habituales, cerca de su casa en Lisboa, una sesión posterior con la misma familia de vacaciones en Marrakech, e incluso se la llevó a sus propias vacaciones familiares a Italia. Su manera de trabajar consiste en seguir familias de la mañana a la noche mientras intenta que su equipo y ella pasen lo más desapercibidos posible, para así inmortalizar momentos de conexión genuinos en lugar de hacer fotografías planificadas con un pelo perfecto irreal y una ropa impoluta.

Al igual que Aline e Ian, Marisa es de la opinión de que el tamaño reducido y el peso ligero de la cámara resultan ideales en estas situaciones. Añade que le ayuda a seguir grabando sea donde sea que tenga que ir la familia ese día. «Imagina que voy a un supermercado y fotografío a la familia de compras. No quiero que la gente me venga a decir que no puedo hacer fotos ahí porque soy una profesional. La cámara EOS R8 es más pequeña y discreta, pero tiene la misma calidad a la que estoy acostumbrada con la EOS R6».

El estilo documental de Marisa implica que trabaja exclusivamente con la luz que hay disponible, ya sea la luz de un día nublado, franjas de luz poco favorecedoras o la tenue luz de una lámpara de mesita de noche, «así que tengo que contar con una buena herramienta para captar esto», afirma. «Tengo que estar cómoda sea cual sea la luz y la situación en la que me encuentre, porque no sé qué va a pasar». La cámara EOS R8 ha rendido bien en muchas situaciones de baja iluminación en las que Marisa ha fotografiado con valores ISO más altos, pero no ha visto granulación al procesar las imágenes. La cámara también transmite los colores que le hicieron elegir cámaras Canon por encima de otras marcas. «Me apasionan los colores de Canon, me gustan las fotografías reales y naturales y esa es la única manera que tengo de conseguir los tonos que corresponden a lo que ven mis ojos», afirma.

Para Marisa, la autenticidad es la clave, de modo que inmortalizar momentos espontáneos y fugaces es una parte importante de su trabajo. El enfoque automático inteligente con detección de caras de la EOS R8 le ayudó a captar más momentos de esos con facilidad. «A veces, en el pasado, ha habido momentos tan rápidos que no he sido capaz de enfocar. Era imposible, especialmente con baja iluminación, incluso con 10 años de experiencia como especialista en fotografías familiares. Ahora, sin embargo, la cámara EOS R8 sigue a los sujetos vayan donde vayan, de modo que siempre los tengo enfocados. Me parece impresionante», comenta. Marisa suele imprimir sus fotografías para exhibirlas, para los clientes o para participar en concursos, por lo que es fundamental contar con archivos de imagen nítidos y de alta resolución, con un rango dinámico alto y colores y tonos de piel realistas.


El peso ligero de la cámara EOS R8 disimula su versatilidad, puesto que la cámara demuestra un buen rendimiento en multitud de situaciones en las que antes habrías necesitado una cámara más grande. Cuando se combina con los rápidos objetivos RF, es fácil tener siempre en la mochila una herramienta de calidad y con todo tipo de funciones.