Todos los años se celebran festivales de todos los tamaños que muestran el trabajo de nuevos cineastas y directores de fotografía con talento. Desde Cannes y Sundance hasta Berlín y Toronto, los festivales presentan al público cientos de nuevas historias y personajes que nos entretienen y dan forma a nuestra manera de entender el mundo.
El realizador de documentales alemán y embajador de Canon Marcel Mettelsiefen estaba trabajando en su película «Watani: My Homeland» cuando descubrió la existencia del Premio Óscar al Mejor Corto Documental. Después de haber recibido varios premios de televisión por documentar el conflicto bélico en Siria, Marcel quería ver si podía repetir este éxito en el sector cinematográfico.
Sin embargo, para poder optar a este premio se requiere un trabajo rápido, ya que una película tiene que haber tenido un recorrido comercial en las salas de cine estadounidense o haber ganado un premio en uno de los festivales de cine específicos (o una medalla en los Premios de la Academia para estudiantes). «O bien pasas por festivales o bien te presentas y haces una carrera cinematográfica durante un par de semanas», explica Marcel. «Me preseleccionaron y a partir de ahí la gente empezó a acercarse a mí y a ayudarme económicamente a organizar proyecciones. La gente se incorpora a cambio de tener crédito como productor», añade. «Es algo inteligente [por su parte] porque entonces consigues una nominación a los Óscar». Efectivamente, la película de Marcel sobre una familia siria en primera línea de fuego en Alepo acabaría recibiendo una nominación al Óscar en 2016 como Mejor Corto Documental.
«No importa realmente quién seas o tu experiencia, lo importante es la historia», dice Marcel. «Si estás pensando en participar en un festival, tienes que preguntarte si has elegido el tema adecuado». ¿Tiene potencial para convertirse en algo grande? Si es así, si tienes un acceso único y la historia es universal, entonces cree en ella y persevera».
Seis años después de su nominación, la última obra de Marcel, aún sin nombre cuando se redactó este artículo, se estrenará en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) de 2022 la primera semana de septiembre y está previsto que llegue a todo el mundo a través de Netflix.
En este artículo, Marcel comparte lo que aprendió navegando por el circuito de festivales con «Watani: My Homeland». En particular, él y Aron Randhawa, especialista en productos de Canon Europe, hablan sobre los elementos prácticos y técnicos clave de la grabación de vídeos que sustentan cada historia dirigida a los festivales, sin olvidar los requisitos de admisión que deben cumplir los cineastas de documentales.
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Encontrar una historia de actualidad
La historia es fundamental, pero para estar a la altura en los festivales tiene que haber una demanda de esa historia, lo que suele significar que debe tratarse de un tema que esté actualmente en las noticias mundiales. Marcel llevaba 18 meses acompañando a la familia siria que aparece en su documental antes de que la guerra se intensificara en el país, y ya había filmado cientos de horas en primera línea.
Su documental ganó el premio Pare Lorentz en los Premios IDA de documentales y el premio al mejor documental en los Deutscher Fernsehpreis (Premios de la Televisión Alemana), además de recibir una nominación en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA), que finalmente le valió la nominación al Óscar.
«Una nominación al Óscar te abre nuevas puertas para estar en el gran escenario por las historias que haces», dice Marcel. «Estamos en una época en la que hay un gran impulso a la grabación de documentales. Los presupuestos son mayores, la gente ve más documentales hoy en día y es posible para alguien que trabaja en solitario como yo contar historias de una forma más cinematográfica, gracias a equipos fotográfico como la EOS C300 Mark III de Canon».
Aun así, tardó cinco años en encontrar su siguiente gran proyecto. «Lo empecé en 2020 y volví de Afganistán con acceso a los talibanes y a una protagonista femenina fuerte. Pensé: Esta historia será grande, pero entonces empezó la pandemia mundial [COVID-19] y a nadie le importó».
«Pero creí en la historia, seguí trabajando en ella y en 2022 Kabul ha caído y es la siguiente gran historia», continúa. «Hay intervalos de interés muy cortos. Hay que entender lo que funciona y lo que no, luego elegir el proyecto adecuado y persistir [en él]».
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Si encontrar una historia universalmente atractiva que coincida con un momento de interés mundial no es ya lo suficientemente difícil, los cineastas tienen que ser estratégicos a la hora de introducir su película en un calendario de festivales abarrotado. El cumplimiento de los requisitos prácticos y técnicos es fundamental, y hay que investigar antes de compartirlos públicamente. «Cada categoría tiene unos requisitos básicos y unas condiciones para acceder a ella», dice Marcel. «Los documentales cortos no pueden durar más de 40 minutos, así que hicimos uno de 39 minutos y 30 segundos. Además, no se puede utilizar más de un 15 % de grabación que ya se haya emitido en otro lugar».
Los plazos de solicitud suelen ser tres meses antes de que comience cada festival, y si quieres que te tengan en cuenta para los grandes premios, como los Óscar, tendrás que saber qué premios de los festivales permiten que tu película participe y cuáles no. Entre los más de 7000 festivales de cine de todo el mundo, unos 100 figuran en la lista de clasificación publicada en la página web de los premios Óscar. De lo contrario, necesitarás una semana de exhibición en cines, lo que puede costar mucho dinero.
Tampoco puedes dejar de lado un proyecto durante demasiado tiempo. Normalmente se estipula que la solicitud debe presentarse en los dos años siguientes a la finalización del proyecto. Por lo tanto, es crucial ser proactivo. «Si te das cuenta de que tienes un tema extraordinario y universal, y eres capaz de elaborar una estrategia de marketing, planificar una campaña impactante y crear ruido, entonces tendrás una buena oportunidad de entrar en los principales festivales», explica Marcel.
Cumplir los requisitos técnicos
A pesar de lo que se pueda pensar, los requisitos técnicos son asequibles para la mayoría de los cineastas, incluso para los prestigiosos premios Óscar, que exigen que los archivos se presenten como un paquete de cine digital (DCP) con una resolución de imagen mínima de 1920 x 1080 píxeles y audio de tres canales (izquierdo, derecho y central). La mayoría de festivales son más abiertos. Todas las cámaras EOS Cinema de Canon y la mayoría de las cámaras híbridas de Canon graban vídeo en 4K, lo que da mucho margen para cumplir los requisitos.
«En su día, los festivales especificaban 24 fps, pero hoy en día todo es más abierto: las inscripciones pueden variar desde proyecciones digitales de alta definición (HD) hasta formatos físicos como películas analógicas, DVD o incluso VHS», dice Aron. «Muchos festivales no suelen requerir 4K debido al creciente volumen de participantes y a los grandes requisitos de almacenamiento de datos necesarios para procesarlos».
Sin embargo, los cineastas deben tener en cuenta que participar en un festival puede abrir otras oportunidades para su película, como atraer la atención de las cadenas de televisión y los servicios de streaming, que pueden tener requisitos técnicos diferentes. Si la producción de Marcel fuera únicamente de alta definición con vistas a los premios de los festivales, no podría entonces conceder la licencia de su película a un servicio de streaming que exija 4K, por ejemplo. Las ediciones se pueden exportar a una resolución inferior, pero es mucho más difícil hacerlo a la inversa.
«Un documental puede rodarse a 25p para cumplir la norma de vídeo PAL para la televisión de la región EMEA, mientras que en otra región, como Estados Unidos, la norma de vídeo es el formato NTSC de 30p», explica Aron. «Eso, sumado a la era digital en la que nos encontramos, ha hecho que la mayoría de festivales se muestren más relajados en cuanto a la velocidad de grabación. Sin embargo, 24 fps sigue siendo el estándar de la industria para el cine tradicional y el estreno en salas cinematográficas, tanto si se trata de un corto como de un largometraje.
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«A diferencia de muchas otras marcas, la grabación en 24p es algo que las cámaras de Canon sí ofrecen, independientemente de si se trata de una cámara de cine o de la mayoría de nuestras cámaras mirrorless. Todavía hay algunos festivales que mantienen ese estricto requisito».
Sacar el máximo partido a la calidad de Canon
Las cámaras EOS Cinema de Canon y la mayoría de las cámaras híbridas de Canon superan las exigencias técnicas para participar en festivales. Los creativos pueden aprovechar la resolución extra que se les ofrece en la fase de captura y luego exportar la edición a la resolución requerida.
«Aunque la mayoría de los festivales de cine sigan exigiendo Full HD o menos, el 4K da más libertad a la hora de utilizar esa resolución para las producciones de alta definición», explica Aron. «Es posible utilizar un zoom digital para conseguir un efecto cinematográfico o para acercarse sin perder resolución. O tal vez tengas un presupuesto ajustado y no utilices un cardán. El 4K da más espacio para recortar en las producciones en HD para lograr la estabilización de imagen en postproducción».
Marcel coincide, sobre todo desde que vuelve a trabajar en solitario en su último proyecto realizado con la EOS C300 Mark III de Canon. La ambición personal que tenía entre Watani y este momento era mejorar y trabajar en mi cinematografía», dice. «Filmé en 4K RAW y Canon Log para obtener la mayor calidad posible de la EOS C300 Mark III, porque vengo del mundo de la fotografía y estoy grabando por mi cuenta y tratando de crear un lenguaje visual que sea cinematográfico».
«Canon es muy fiable en condiciones realmente extremas», añade. «Se puede rodar en 4K con enormes cantidades de datos y proxies al mismo tiempo, y manejar estos datos de manera eficiente después de 14 horas en el terreno. El enorme rango dinámico es tremendamente útil en Oriente Medio, donde el contraste en verano es muy intenso. Y con los filtros ND incorporados tengo la posibilidad de ser cinematográfico sin necesidad de una gran instalación. Es increíble».
Marcel cree que los documentales desempeñan un papel crucial a la hora de desgranar historias complicadas y permitir que el espectador se involucre con un problema a nivel emocional. «Los espectadores se dan cuenta de que la gente no es tan diferente», explica. «Watani es la historia de una familia, pero abarca un contexto más amplio. Como persona que trabaja en solitario con una EOS C300 Mark III, soy capaz de contar historias de forma cinematográfica y esa es la razón por la que los documentales llegan a un público más amplio».
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