Imagen tomada con una Canon EOS R y un objetivo Canon RF 50mm F1.2L USM, con una configuración de exposición de 1/250 s a f/2,5 e ISO 800. © Jake Baggaley
Los negocios de comercio electrónico están navegando aguas en constante cambio, ya sea por los rápidos avances tecnológicos o las volátiles preferencias de los consumidores. Pero en los últimos años, el reto es aún mayor.
El volumen de ventas del comercio electrónico se ha disparado, lo que ha transformado el sector de un simple dominio de ventas a un dominio primario en el que las marcas compiten de forma más agresiva que nunca.
Mientras tanto, las líneas entre marca y cliente son cada vez más difusas, dado que los influencers de las redes sociales se están convirtiendo en expertos en la crítica y el estilo fotográficos. A su vez, los consumidores son más conscientes que nunca de lo que implica sacar una marca adelante.
Entre cada vez más ruido en el espacio cada vez más saturado del mercado digital, las imágenes de producto adquieren mayor significado como poderosas tácticas a disposición de las marcas de comercio electrónico modernas. En el extenso panorama de las tiendas virtuales y las estanterías digitales, las imágenes son lo que más llama la atención del cliente.
En consecuencia, los negocios están invirtiendo en sus imágenes de comercio electrónico, explorando formas más innovadoras de interactuar, inspirar y, en última instancia, vender.