Muy poca gente se interesa por el rodaje de documentales para hacerse rica o famosa. A un director de documentales le apasiona descubrir historias que importan y compartirlas con el mundo. Los documentales cada vez tienen más público, y las series de no ficción encuentran su hogar en las plataformas de streaming, donde rivalizan en número de espectadores con las grandes superproducciones cinematográficas. Pero nadie llega a ese punto de la noche a la mañana.
La Beca de vídeo de Canon para cortometrajes documentales, lanzada en 2020, otorga a fotoperiodistas y videógrafos emergentes de todo el mundo cierta ventaja en forma de subvención en metálico y préstamo de equipos Canon para rodar un cortometraje sobre un tema social, económico, político o cultural. Aquí, Michaël Zumstein, Camille Millerand e Irene Baqué, tres anteriores beneficiarios de la beca, hablan sobre sus experiencias en cuanto a la financiación y materialización de sus proyectos.
Financiación de documentales: los cineastas comparten sus mejores consejos
¿Cuál es vuestra experiencia con los documentales y cómo financiáis vuestro trabajo?
Irene: «Trabajé internamente como documentalista en The Guardian durante seis años antes de hacerme autónoma en 2019. Cuando trabajas para cualquier periódico, hay ciertas historias que quieren cubrir y yo quería explorar mi propio estilo, hacer trabajos más largos que me permitieran pasar más tiempo con los sujetos».
Camille: «Codirigí otro documental, "Derwisha", con Leïla Beratto. La película cuenta la historia de una casa de dos plantas sin tejado situada a 30 km de Argel donde vivían unas 30 personas, en su mayoría cameruneses y marfileños, que iban de camino a Europa. Autofinanciamos el proyecto durante tres años antes de asociarnos con Lumento Films, una productora francesa que se encargó del montaje, la corrección de color y la posproducción. A menudo, consigo financiar mis exploraciones mediante encargos de fotos para la prensa, lo que me permite redactar una nota de intenciones, y luego intento reunirme con los productores. Además, obtener becas relacionadas con la fotografía me permite pasar a un proyecto de cine documental».
Michaël: «Normalmente, hago documentales para cadenas de televisión como France Télévisions y ARTE. Siempre trabajo con un productor que gestiona la financiación y el presupuesto, y se encarga de encontrar un canal de televisión que financie el proyecto. Normalmente, el productor lo tiene todo previsto antes de que empieces a rodar: gastos, desplazamientos, salarios. Como realizador de vídeo independiente no estás constituido como empresa, así que no puedes pagar sueldos ni impuestos. Los presupuestos de televisión son más elevados que los del fotoperiodismo, por lo que hay más en juego. Una cadena no querrá arriesgarse con un realizador independiente. Si algo va mal en el proceso de rodaje que pueda hacerte perder dinero, el productor lidia con ello. Siempre he trabajado con la misma productora, que resulta ser mi mujer, y sus colegas. Al buscar un productor, no se trata solo del dinero, sino también de trabajar con alguien en quien confías».
¿En qué gastan el presupuesto los cineastas?
Irene: «En vuelos y alojamiento, y también en contratar un sonidista y un guía. Voy a editar mi proyecto actual yo misma, pero voy a gastar un poco más en la corrección de color y el diseño de sonido».
Michaël: «En el caso de mi último proyecto, el presupuesto se gastó en desplazamiento y alojamiento para dos viajes: el primero de seis días y el segundo de dos semanas y media. Cuando trabajas en África, las cosas pueden llevar mucho tiempo, porque hay que hacer muchas gestiones administrativas. Los fondos también se destinaron a pagar al guía y a un editor».
Camille: «En tiempo dedicado a explorar, en alquiler de micrófonos, en sesiones de escritura con un guionista de documentales y, en mi caso, en escribir una secuencia para una versión de 52 minutos de la película. Dedicar tiempo a escribir fue un lujo. Pero también nos abrió puertas, pues nos dio acceso a la productora 416 Production y a la del canal de televisión ARTE».
¿Estás estudiando fotografía o cinematografía?
¿Qué os llevo a solicitar la Beca de vídeo de Canon? ¿Y cómo os sentisteis cuando ganasteis?
Irene (becada en 2022): «Hasta 2021 no descubrí que había becas para documentales que podía solicitar. En comparación con otras, la Beca de vídeo de Canon es bastante abierta en cuanto a lo que puedes proponer, y decidí presentar una historia que quería rodar en México. Ganar fue increíble. Desde entonces, he conseguido bastantes becas para financiar mis documentales. Nunca es mucho dinero, así que suelo invertir toda la beca en conseguir buen equipo para hacer la película y equilibrar mis ingresos dirigiendo anuncios. Aconsejaría a los cineastas más noveles que intentaran tener siempre algún trabajo extra para equilibrar los ingresos y que buscaran subvenciones por Internet».
Camille (becada en 2021): «No me lo podía creer. Me sorprendió muchísimo ganar. Antes de solicitar la beca, buscábamos ubicaciones que teníamos que financiar nosotros. Eso cambió con la beca».
Michaël (becado en 2020): «Fue fantástico. Todo el proceso de solicitud fue muy sencillo, a diferencia de cuando intentas que un canal de televisión apruebe un documental, que puede llevar mucho tiempo. Era la primera beca para documentales que encontraba. En mis 20 años como fotoperiodista, había fotografiado con Canon, y tenía curiosidad por explorar su equipo de vídeo».
Contadnos sobre vuestras películas realizadas con la Beca de vídeo de Canon y cómo las rodasteis.
Camille: «Mi película cuenta la historia de Makan Baradji, un trabajador maliense que tiene dos trabajos como lavaplatos y repartidor en París. Le seguimos durante un año durante el que obtiene sus papeles oficiales y encuentra a su familia a la que no veía desde hace cuatro años».
Irene: «Grabé con las inquilinas de la Casa Xochiquetzal [una residencia para trabajadoras sexuales] de Ciudad de México. Conseguí acceso para rodar allí a través de un intermediario antes de ganar la beca, pero en ese momento no conocía a ninguna de las mujeres. Solía rodarlo todo yo misma y luego, cuando me hice autónoma, empecé a trabajar con directores de fotografía con cámaras más grandes. Pero esta era una película íntima, y mi relación con las mujeres forma parte de la historia, así que volví a rodar sola, aunque trabajé con un sonidista y un intermediario. Entrevisté a las mujeres mayores en sus habitaciones y rodé escenas de observación».
Michaël: «Me interesaba saber cómo trabajan las empresas chinas en África Occidental. Quería hacer un reportaje sobre los jóvenes de Senegal, antigua colonia francesa, que no sienten ninguna conexión con Francia y ahora miran a China como una forma de encontrar trabajo. Pensé que una forma impactante de reflejar esto era seguir a estudiantes senegaleses que aprenden chino en el Institut Confucius de Dakar. Contraté a un guía, Abdullai, que trabajó como mi asistente, intérprete y conductor. Hubo un día en el que yo estaba muy enferma y me tumbé en el suelo mientras él lo hacía todo como yo le indicaba. ¡Su ayuda fue crucial!».
¿Cómo de importante fue la elección del equipo a la hora de alcanzar los resultados que buscabais?
Irene: «Me gustó mucho la Canon EOS C70 porque es pequeña, pero sigue siendo una cámara de cine, con un objetivo Canon CN-E24mm T1.5 L F. Para mí era importante mostrar cómo vivían las mujeres y cómo organizaban sus habitaciones, así que este objetivo fijo gran angular era perfecto para moverme en un espacio pequeño».
Camille: «Rodamos con la cámara Canon EOS C70 y dos objetivos Canon: un RF 24-70mm F2.8L IS USM y un RF 70-200mm F2.8L IS USM. Preferíamos la EOS C70 por la miniclavija de entrada de audio estéreo, y elegimos los objetivos de 24-70 mm y 70-200 mm por su complementariedad: el primero para tener tomas amplias y medias, y el segundo para centrarnos en los gestos en la cocina y en las expresiones faciales de Makan».
¿Qué consejos tenéis sobre el presupuesto de un documental?
Camille: «Es bueno trabajar con una productora para establecer un presupuesto y gestionar todos los aspectos de la película. No puedes gestionarlo todo por tu cuenta. Tienes que centrarte en la historia que estás contando».
Michaël: «Cuando haces un cortometraje documental como este, no dispones de mucho tiempo, así que tienes que organizarte bien. Haz primero un viaje de investigación para encontrar a tus personajes. Asegúrate de que incluirlo todo en el presupuesto. Y familiarízate con el equipo. Tienes que confiar en la cámara y en el micrófono, porque no te puedes permitir perder un día si no funcionan».
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¿Algunos consejos cinematográficos para cineastas con poco presupuesto?
Irene: «Hay cosas simples que puedes hacer, como aprovechar la luz disponible. Piensa sobre dónde posicionar a la gente en la sala. Siéntala cerca de la ventana, abre o cierra las cortinas y las puertas, enciende una lámpara de una mesita de noche... lo que sea. Eso, sumado a una corrección del color, ayudará a que la película tenga un aspecto más cinematográfico».
Lee nuestro artículo sobre la Beca de vídeo de Canon para cortometrajes documentales para saber más.
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