Le gusta viajar ligero de equipaje, por lo que lleva un trípode de fibra de carbono, junto con un par de cabezales con giro e inclinación. También tiene un dron, que resulta útil para las fotos aéreas en excursiones de senderismo. Siempre lleva dos objetivos a todas partes: el Canon EF 24-70mm f/2.8L II USM y un Canon EF 16-35mm f/2.8L II USM. Y en ocasiones lleva un tercero, el Canon EF 70-200mm f/4L USM, que le gusta por su diseño ligero y su alcance de teleobjetivo. Callum intenta hacer el trabajo duro al aire libre con la cámara, en lugar de en un lugar cerrado con el ordenador, como comenta.
«Nunca estoy totalmente satisfecho con lo que hago», dice, «pero eso me hace esforzarme más. Tengo un período de atención corto, por lo que intento mantener el trabajo de postproducción al mínimo. Para mí, el verdadero placer es estar ahí fuera, así que me gusta capturar exposiciones largas con filtros físicos a través del objetivo en lugar de jugar con la foto más tarde».
Casi todos los años, Callum viaja gran parte del año. Pero también intenta dar cabida a proyectos personales, porque es el motivo inicial por el que empezó en la fotografía, mucho antes del éxito en las redes sociales, y es lo que mantiene su interés actualmente. Su mensaje es simple: si no te gusta tu propia fotografía, no puedes esperar que le guste a alguien más.
«Soy muy egoísta con mi fotografía y es algo que hago principalmente por mí mismo. Creo que tienes que ser decidido en tu enfoque si quieres tener éxito en la vida. Sal ahí fuera todo lo que puedas. Haz fotos principalmente para ti mismo. Intenta no forzar las cosas. Fotografía lo que te apasiona».