La democratización del arte: la misión de Aïda Muluneh de empoderar al público y a los fotógrafos

La reconocida fotógrafa y embajadora de Canon Aïda Muluneh no solo tiene un talento extraordinario, sino que también es una inspiración que empodera a fotógrafos de todo el mundo. Su atractivo viaje desde su tierra natal en Etiopía al panorama internacional se teje en su vibrante tapiz de imágenes impactantes. Aïda es una maestra de la narración, que utiliza su objetivo no solo para retratar una escena, sino también para despertar una nueva comprensión de su querido continente.

En la década de 1980, el viaje de Aïda la llevó de su Etiopía natal a Canadá, lo que amplió su perspectiva y le ayudó a dar forma a su voz visual única. Siguió perfeccionando sus habilidades en la conocida Howard University en Washington D. C. y posteriormente fue fotoperiodista en The Washington Post. Hoy en día, su obra resuena desde las salas del Museo Nacional de Arte Africano en el Smithsonian al Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York, reflejando el alcance y el impacto global de su talento.

Actualmente, Aïda vive en Abiyán, Costa de Marfil, y trabaja entre allí y Etiopía con una nueva misión: inspirar y empoderar a la siguiente generación de fotógrafos. A través de las iniciativas que ha creado con su obra como Addis Foto Fest, Africa Print House y Africa Foto Fair, está promoviendo el talento y transformando la narrativa de la fotografía en África. Aïda está muy comprometida con su visión, utilizando su influencia para cambiar las percepciones, romper estereotipos e iluminar las historias inéditas de África.

Para Aïda es muy importante utilizar su experiencia y educación para llevar ese conocimiento a África, pero el tiempo que pasó en Etiopía también fue crucial para el desarrollo de su propia obra. «Creo que si me hubiera quedado en Nueva York o en Toronto no hubiera desarrollado la misma obra», dice. «Ha sido una gran ventaja apostar por el continente porque hay muchos tópicos en los que he ahondado y no podría haberlo hecho si no hubiera interactuado con las personas, respirado el mismo aire, bebido el mismo agua y conectado con mi propia sociedad».

La fotografía es una forma excelente de acabar con los estereotipos y de presentar una visión más equilibrada, especialmente para un país a menudo incomprendido como Etiopía, o África en su conjunto. Pero es algo en lo que Aïda necesita ayuda para que funcione bien. «En mi opinión, la pobreza es lo más fácil de documentar y muchos fotógrafos extranjeros vienen al continente atraídos directamente por esto. No me interesa eso. Me interesa el trasfondo. ¿Cómo llegamos a estos puntos? ¿Cuáles son las deficiencias de nuestra sociedad? ¿Cómo nos adentramos en una perspectiva más profunda? Esa ha sido mi misión y he entendido que no puedo hacerlo sola. Por eso enseño, porque cuantos más de nosotros haya, más perspectivas habrá. Yo solo tengo una perspectiva porque me he educado en occidente y he vivido en diferentes partes del mundo. La forma en la que veo las cosas es distinta de la de otra persona que nació y creció en otra parte».

Una forma de llegar a un público mayor y cambiar percepciones es a través de las instalaciones de arte públicas, que Aïda ha creado en varias ubicaciones, utilizando sobre todo marquesinas de autobuses como lugares de exhibición junto con Public Art Fund en Nueva York, Boston, Chicago y Abiyán. «Mi enfoque definitivo es la universalidad del mensaje que expongo. También es cuestionar nuestra propia humanidad independientemente de nuestra ubicación geográfica», afirma. «Estoy muy a favor de las instalación de obras en lugares públicos. Vivo gracias a los museos, las galerías y las instalaciones en exteriores, que ha sido una forma de poder hacer una defensa mucho más amplia y de atraer a las personas».

El material impreso también es una forma importante de interactuar con la comunidad, como demostró Aïda con un proyecto para la organización sin ánimo de lucro WaterAid en 2018. «En mi caso, estoy empezando, solo imprimo fotos, pero a largo plazo quiero publicar», dice Aïda. «Nos encontramos en un continente donde la mayoría de los problemas residen en la falta de información y hay que dársela a las personas. Imagina que estás en un pueblo en el que no hay electricidad ni red fiable. El material impreso es un componente muy importante. Es fascinante que las personas se aferren al papel. En el mundo occidental, el papel está empezando a quedarse obsoleto, pero en los países emergentes es muy importante porque perdura más que cualquier cosa digital».

A pesar de todos sus logros, Aïda tiene que seguir con su misión. «Ha sido un viaje maravilloso, pero queda mucho más por hacer. Esto solo es la punta del iceberg». El próximo gran evento será la Africa Foto Fair, cuya segunda edición tendrá lugar en noviembre de 2023 en Abiyán. Parece que será incluso más impresionante que la primera y será una forma ideal de mostrar la fotografía en África y más allá.