Los glaciares, las montañas, los bosques y la tundra ártica contribuyen a crear un ecosistema en Alaska solo habitable en algunos puntos y accesible por carretera en un 20 %. Una red de pilotos de avioneta, los denominados «bush pilots», se dedica a recorrer este terreno salvaje y a ayudar a las comunidades remotas.
La ganadora de la beca para mujeres fotoperiodistas de Canon de 2021, Acacia Johnson, creció en una familia de pilotos de avioneta en Anchorage, Alaska. Es la ciudad con la mayor base de hidroaviones privados del mundo. Acacia descubrió que muchas representaciones de los pilotos alaskeños en los medios de comunicación contradecían sus propias experiencias.
Con la beca de 8000 €, pasará este invierno escrutando y fotografiando los rostros que desafían los estereotipos de quién y qué es un piloto de avioneta, centrándose en crear una nueva narrativa de diversidad y seguridad en la aviación. «Menos del 6 % de pilotos son mujeres», nos cuenta. «Creo que, hasta cierto punto, eso tiene que ver con los efectos de los estereotipos a largo plazo». A Acacia también le parece importante documentar el papel fundamental que desempeñan estos «bush pilots» a la hora de transportar comida y medicina, y permitir el acceso de emergencia a las personas en las zonas más remotas del estado.
Acacia trabajaba como guía de fotografía en barcos en el Ártico y el Antártico. «Creo que la distancia que me separaba de mi hogar me hizo darme cuenta de lo mucho que adoro estar en Alaska, y lo que quería documentar», comenta la escritora, artista y fotógrafa de 31 años.
Acacia Johnson: fotografía de los pilotos que conectan la Alaska rural
Actitudes persistentes
Las leyendas idealizadas de pilotos de avionetas proceden en gran medida de lo que se considera la época dorada del vuelo de avionetas, desde los años 20 hasta los años 50. «A principios de esta época, estaban estos hombres temerarios que corrían riesgos disparatados con los aviones y el tiempo, que sobrevivían a varios accidentes o sobrevivían solos semanas en la naturaleza salvaje», nos explica Acacia. «Eso dio lugar a una especie de actitud de vaquero, que en parte sigue existiendo hoy en día».
A pesar de los avances en la tecnología de la seguridad, los accidentes de avión siguen siendo más frecuentes en Alaska que en cualquier otro lugar en los Estados Unidos, un hecho que Acacia cree que se puede atribuir en parte a la idealización de estas «aventuras peligrosas de hombres».
«Mi objetivo es honrar y preservar la profusa historia de la aviación en Alaska y centrarme, al mismo tiempo, en la aviación como servicio esencial», afirma. «Un sujeto fotográfico increíblemente fácil de hacer destacar, eso será parte del reto». Pero también la razón por la que está interesada en hacerlo. «Quiero enfrentarme directamente a esa imagen idealizada y descubrir lo que es realmente importante. Contar lo que no se está contando.»
Acacia busca captar a los pilotos de avioneta de hoy en día, no por sus emocionantes aventuras, sino por su afinidad con el entorno y por el hecho de que hacen viable la vida en lugares remotos. «Las personas a las que quiero encontrar son aquellas que vuelan a donde nadie más lo hace. En realidad, es su vida entera: su pasión y sus habilidades».
El proyecto comenzará en Anchorage, con las conexiones ya existentes de Acacia en la comunidad de la aviación, para luego trasladarse a las comunidades en las que espera encontrar pilotos especializados por ubicación, incluido el vuelo sobre glaciares. También tiene previsto visitar el centro de transporte principal de los pueblos nativos de Alaska.
«Al ir de comunidad en comunidad, podré conocer pilotos que hayan viajado a muchas zonas remotas, que ofrezcan los servicios esenciales que permiten a las personas seguir viviendo en estos lugares lejanos», nos explica.
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La beca para mujeres fotoperiodistas de Canon
Esta beca ha llegado en el momento justo para Acacia, lo que le ha permitido contar las muchas historias que de otra forma se habrían perdido. «Muchos de los pilotos que tienen historias increíbles están casi en el final de sus vidas, y nosotros en el final de una era», nos cuenta. «No creo que hubiéramos podido llevar a cabo un proyecto de esta envergadura sin financiación».
Y quiere ser ella la que cuente esta historia. «Me encanta ver los proyectos que hacen otros fotógrafos en sus comunidades de origen. Creo que abre otras oportunidades y un tipo diferente de narración al que se daría si los hace un forastero».
También es una forma de trabajar cada vez más solicitada. «A principios de este año, hablé con varios editores de diferentes publicaciones influyentes en una revisión de carteras, y les pregunté qué buscaban. Muchísimos editores dijeron que querían historias locales, más pequeñas y próximas a las comunidades de los fotógrafos».
Acacia afirma que las becas desempeñan un papel fundamental para los fotógrafos. «Que un proyecto más lento y poético encuentre apoyo puede ser complicado. Las becas te permiten encontrar tu voz sin dejarte influir por la presión de las editoriales». Y, como escritora, disfruta el proceso de solicitud, que forma parte del desarrollo de sus ideas. «A menudo, tengo una idea de cómo es un proyecto, y cuando lo plasmo en un papel, es un batiburrillo sin sentido». Pero trabajar con plazos le ayuda a aclararlo, y con cada solicitud lo perfecciona y lo desarrolla más a fondo.
«Tengo la receta», dice. «Una buena solicitud de beca tiene que ser muy clara acerca de qué es el proyecto, por qué es importante, cómo puedes hacerlo de forma factible en el tiempo programado... y explicar "por qué debes ser tú". Eso es muy importante. Debe haber una razón por la que tú seas el fotógrafo adecuado para ese proyecto o por la que ese sea el proyecto adecuado para ti».
En el interior una comunidad aislada de Siberia
Aviones vintage
El proyecto consistirá de una serie de retratos de gran formato de pilotos y aviones. Las avionetas son aviones monomotor equipados para aterrizar sin una pista adecuada en grava, agua, arena o nieve. «Los aviones que se siguen prefiriendo hoy en día se construyeron entre los años 40 y 60», explica Acacia. «Mi tía lo describe como la sensación de volar en una caja de cartón: son muy frágiles, algunos de ellos son solo lonas estiradas sobre una estructura ligera. Son bonitos y delicados».
Los retratos se enmarcarán en el dramático paisaje, con el océano invernal, la amplitud de la tundra y el Denali de fondo. «Ver el paisaje de Alaska al completo desde arriba es impresionante», comenta Acacia, que, además de una cámara de cine de gran formato, utilizará su adorada EOS 5D Mark IV de Canon para capturar el proyecto.
Al desplazarse de comunidad en comunidad alrededor de Alaska cámara en mano, Acacia espera encontrarse con un gran número de conexiones familiares, así como a personas que recuerden a su abuelo. Explica su importancia: «Además de ser piloto de aviación y haber sobrevivido varios accidentes, era artista y siempre me animaba a conseguir mi visión creativa, en lugar de la excelencia técnica. Es fantástico llevar a cabo un proyecto fotográfico relacionado con eso».
Este proyecto es más personal para Acacia que el resto de sus trabajos. Es una contribución prolongada a su comunidad de origen y «podría ser solo el primer capítulo».
El equipo de Acacia Johnson
El equipo clave que utilizan los profesionales para capturar sus imágenes
Cámaras
Canon EOS 5D Mark IV
Diseñada para rendir en cada situación, la EOS 5D Mark IV es una atractiva cámara muy completa. «La Mark IV es mi cámara de trabajo por excelencia», explica Acacia. «Aguanta todo. Le exijo mucho en las expediciones y nunca me falla».
Objetivos
Canon EF 24-105mm f/4 L IS II USM
Esta versión actualizada del EF 24-105mm f/4 L IS USM que utiliza Acacia ofrece una calidad de imagen excepcional con una estabilización de imagen avanzada. «Es mi objetivo para el día a día, el que más utilizo», dice. «Si no estoy segura de qué esperar en una situación que estoy a punto de fotografiar, empiezo con este. Es versátil».
Canon EF 50mm f/1.4 USM
Con su sistema de enfoque rápido y abertura máxima rápida, el objetivo estándar EF 50mm f/1.4 USM compacto ofrece un excelente rendimiento en cualquier campo de fotografía. «Suelo utilizarlo en proyectos en invierno con poca luz», dice Acacia. «Con la abertura hasta el máximo, literalmente puedo utilizarlo para fotografiar en la oscuridad, en cuyo caso uso la pantalla con visión en directo de la parte posterior de la cámara para poder enfocar de forma manual».
Canon EF 100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
Un objetivo zoom de 100-400 mm compacto y de alto rendimiento ideal para la fotografía de deportes, acción y naturaleza. «Es un objetivo que uso a menudo para fotografías aéreas, especialmente cuando quiero hacer zoom en los patrones naturales del paisaje que solo se pueden ver desde arriba», apunta Acacia.