Anunciada la ganadora del premio a la mejor fotoperiodista de Canon de 2019

Anush empezó a trabajar en la región del Cáucaso Meridional durante la Guerra de los cuatro días de 2016, en pleno estallido de violencia. «Me di cuenta de que había muchas familias que tenían cinco, seis, incluso más hijos», nos comenta. «Me puse a investigar. Quería saber por qué había tantas familias numerosas».

Anush utiliza una Canon EOS 5D Mark IV con objetivos Canon EF 24mm f/1.4L II USM, Canon EF 35mm f/1.4L II USM y Canon EF 50mm f/1.2L USM. La beca le permitirá inmortalizar a más sujetos y en más lugares y desarrollar el proyecto en torno a distintos temas. «Para mí este premio significa que contaré con apoyo para atender mejor a las familias que he estado fotografiando», declara. «Este reconocimiento es un consuelo adicional, en ocasiones muy necesario».

Además de en Turquía y en las regiones del Cáucaso, Anush trabaja en Oriente Medio y África Occidental para The New York Times, The Washington Post o National Geographic, entre otras publicaciones. En los últimos diez años también ha participado en alguna tarea de consolidación de la paz entre Turquía y Armenia, y así pone en marcha junto a otros compañeros el proyecto #BridgingStories, que aúna fotógrafos de Turquía y Armenia en 2016. «No se puede hacer lo mismo en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, porque es muy reciente y, de hecho, sigue en curso. Pero creo en el poder de la comunicación entre las personas, incluso en este problema que lleva 25 años sin resolver», añade.

«Me niego a pensar que soy simplemente una periodista y que mi tarea se limita a documentar gráficamente lo que está ocurriendo».

Antes de entrar a formar parte de la VII Photo Agency, Anush, defensora de mujeres y minorías, fundó 4Plus, un colectivo para fotógrafas en Armenia. «En el fotoperiodismo se han dado pasos agigantados para apoyar a las mujeres, y seguir recibiendo apoyos como el Canon con este premio a la mejor fotoperiodista es clave. El apoyo, y lo que es más importante, el reconocimiento, de todo este trabajo sigue siendo necesario, en especial en países en los que los derechos de la mujer en general están restringidos».

Su consejo a todas las fotoperiodistas en ciernes es que confíen, no solo en sí mismas, sino también en las historias que las mueven. «Todo lo que importa es de lo que te preocupas, lo que en tu opinión es un problema o una historia interesante, de lo que quieres que la gente se entere. Y mientras lo haces, vas desarrollando tu lenguaje visual. Lo que ves entra en ti, afecta a tus sentimientos, a tu personalidad, a tu lenguaje visual y se acaba convirtiendo en una fotografía».

Aunque no sabía nada de esta zona hasta hace pocos años, Anush ha establecido una sólida conexión con el lugar y toda la gente que ha conocido. «A veces he oído decir que este sitio no aparece en los mapas. Casi que no entiendo esa expresión y me dan ganas de decir '¿En el mapa de quién?'. Quiero atraer la atención de todos los que pueda y que descubran la belleza y el dolor que se respiran en esta zona aún en conflicto. Eso es lo que me interesa de este sitio. Una maravilla que nunca acaba. Como si al respirar inspiras, pero no expulsas el aire».