Canon desvela cinco pasos fundamentales para garantizar la ciberhigiene en la era de la Inteligencia Artificial

Madrid, 27 de enero de 2025.- En un entorno donde los ciberataques son cada vez más comunes, las empresas deben estar preparadas para proteger sus operaciones, sus datos y salvaguardar su reputación. Es decir, la ciberseguridad debe ser un pilar fundamental para poder protegerse contra estos riesgos. Actualmente, tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) ofrecen nuevas herramientas en este sentido, pero sigue siendo muy importante no perder de vista otras cuestiones imprescindibles para lograr una estrategia de seguridad efectiva.

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En este sentido, actualmente, los responsables de la toma de decisiones de TI (ITDM, por sus siglas en inglés) dedican más tiempo que nunca a gestionar la seguridad de la información. De hecho, investigaciones de Canon muestran que para la mitad (50%) de los ITDM esta es su tarea más laboriosa. Por ello, es crucial que los líderes de seguridad continúen monitorizando aspectos básicos, ya que solo implantando buenas prácticas de seguridad diarias en el corazón de su estrategia de ciberseguridad, e integrándolas en la cultura de la empresa, podrán enfrentar las amenazas que afrontan las empresas hoy en día.

Teniendo esto en cuenta, Canon ha identificado cinco puntos clave para establecer una estrategia de seguridad efectiva basada en una buena ciberhigiene este 2025:

1. Reforzar las bases de la ciberseguridad: Las prácticas fundamentales, como la autenticación multifactorial (MFA), las actualizaciones regulares de software y la aplicación de parches, son imprescindibles para minimizar vulnerabilidades. La mayoría de los ataques no dependen de métodos avanzados, sino de errores en estas áreas básicas. Además, implementar una buena gestión del ciclo de vida de las contraseñas es clave, así como fomentar el uso de contraseñas únicas y robustas e informar a los empleados sobre los riesgos de reutilizar credenciales. Estos son los pilares de una primera línea de defensa contra ciberataques.

2. Conocer y gestionar el entorno digital con precisión: Comprender el perfil de riesgo de la organización es vital para proteger los activos digitales. Esto implica identificar qué datos se almacenan, dónde se encuentran y cómo se accede a ellos. Además, es necesario complementar este conocimiento con un modelo de confianza cero, que centralice los inicios de sesión y realice verificaciones continuas de los permisos de los usuarios. A medida que los entornos remotos y los dispositivos conectados aumentan en los entornos de trabajo híbrido, es imprescindible mantener bajo control qué servicios y servidores expuestos a Internet. Sin una comprensión básica de los datos en riesgo, las empresas no podrán responder de manera efectiva.

3. Promover una cultura de seguridad empresarial: La ciberseguridad no debe ser responsabilidad exclusiva de los equipos técnicos; debe integrarse en el día a día de toda la organización. Para ello, es necesario involucrar a los empleados como primera línea de defensa mediante formación constante y comunicación clara sobre las mejores prácticas. Esto es especialmente relevante en entornos híbridos, donde las brechas de seguridad pueden ser más frecuentes. Una cultura empresarial que valore y priorice la seguridad facilita la identificación y disminución de riesgos a todos los niveles. Además, es importante adoptar una cultura de cero culpabilidad donde los empleados sean recompensados por informar problemas tan pronto como puedan, sin temor a represalias. Esto permite a las empresas responder rápidamente a los ataques.

4. Anticipar y responder a los riesgos: La preparación es clave para poder hacer frente a los ciberataques, por ello, es necesario diseñar planes de respuesta ante incidentes que permitan reaccionar rápidamente y minimizar el impacto en la organización. Estos ejercicios de anticipación y respuesta garantizan que la empresa esté preparada para lo inesperado y pueda actuar con rapidez y eficacia en caso de un ataque. Además, es fundamental realizar auditorías periódicas y simulaciones de ataques para identificar y solucionar vulnerabilidades. De esta forma, se asegura una respuesta eficiente en el momento que ocurra.

5. Aprovechar las nuevas tecnologías con precaución: A pesar de que nuevas tecnologías como la IA ofrecen nuevas oportunidades, también plantean riesgos si no se utilizan de forma adecuada. Sin embargo, los métodos más utilizados en los ciberataques siguen siendo los tradicionales, por lo que es crucial mantener una base sólida de seguridad, así como evaluar detenidamente la implementación de nuevas herramientas y asegurarse de que se integren de manera segura en la infraestructura existente.

En definitiva, conseguir una buena higiene cibernética es imprescindible. Ya no se trata de si los ataques se producirán, sino de cuándo, por lo tanto, las organizaciones deben prepararse para el ataque inevitable y asegurarse de tener todas las herramientas y procesos preparados para responder. Fortalecer los conceptos básicos de seguridad y asegurar una buena ciberhigiene puede proteger a las organizaciones de la mayoría de los ataques.

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