La fotografía gastronómica es increíblemente popular en redes sociales. Basta con echar un vistazo a Instagram para darse cuenta de que nos encanta compartir fotos de comida. Compartir una foto de comida quizá esté a solo unos pasos de compartir esa comida con los demás. Tiene algo de comunal, casi como si estuvieras partiendo el pan con los demás.
La publicación online de fotos de comida surgió como tendencia al mismo tiempo que la popularidad de Instagram (la red social basada en imágenes) se disparaba.
Para los fotógrafos interesados en captar fotos de apetitosas comidas, supone un reto porque es difícil que tu contenido destaque entre tantas fotos de comida. Yasmin Albatoul, fotógrafa profesional e influencer de fotografía gastronómica afincada en Argelia, conoce bien este desafío. También se ha enfrentado a otros retos.
«Siendo mujer, donde yo vivo, no puedo viajar sola ni moverme por la ciudad para realizar fotografía urbana», afirma. «Cuando estaba en la universidad, mis amigos siempre me decían: "No se puede vivir de la fotografía, es solo un afición". Pero les dije: "Sí que se puede. Fotografiaré en casa".»
Consejos y trucos para elevar tu nivel de fotografía gastronómica
Resulta que Yasmin tenía razón. Ahora es fotógrafa profesional. Sus fotos dinámicas, coloridas y, a menudo, surrealistas captan tu atención y pueden hacerte la boca agua. Su estilo único y sus imágenes cautivadoras le han valido numerosos encargos de fotografía comercial. Su Instagram tiene una audiencia de 105 mil seguidores (y subiendo).
Parte de lo que hace que la fotografía de Yasmin destaque en Instagram es su prestigio profesional. Según ella, existe una diferencia significativa entre hacerle una foto a la comida de un restaurante antes de comértela y preparar la comida para una rodaje publicitario y fotografiarla con la cámara adecuada.
«La mayoría de la gente hace fotos de su comida en los restaurantes con un teléfono, sin planificación previa ni equipo adicional», afirma. «Son imágenes espontáneas que comparten a través de sus historias en redes sociales, pero cuando hablamos de fotografía gastronómica profesional o comercial, la cosa cambia».
Según Yasmin, si te interesa elevar tu nivel de fotografía gastronómica a profesional, la clave es abordar la tarea con creatividad. Yasmin se centra sobre todo en componer sus imágenes a través del color e incorporando movimiento, y lo logra gracias a una combinación de accesorios tan sorprendentes como cuerdas y aceite.
«Ya no puedo prescindir de una botella de aceite y un pincel, porque quiero que la comida sea sorprendentemente brillante».
Sigue leyendo para descubrir en detalle sus consejos y trucos para captar fotografías gastronómicas del más alto nivel.
1. Ten en cuenta el color de cada alimento al diseñar tu fotografía.
En cuanto a la visión en color, el ser humano tiene ventaja sobre la mayoría de los animales. La mayoría de los científicos están de acuerdo en una cosa: una de las razones por las que podemos ver en color es para que nuestros antepasados pudieran detectar la fruta y determinar su madurez.
«Elijo los colores en función del ambiente general del restaurante o de la comida, así como del entorno del que procede. Por ejemplo, prefiero el azul como fondo para el marisco, ya que sugiere su origen de forma sutil».
Es lógico que el color sea una consideración principal a tener en cuenta en la fotografía gastronómica. Los colores captan nuestra atención. Además, elegir los colores adecuados para combinarlos puede hacer que toda la composición destaque, con un aspecto vivo y brillante.
«El azul queda de maravilla con el naranja de las gambas, por ejemplo. La elección de los elementos de cada fotografía, incluido el color de fondo, gira en torno al tema principal».
2. Diseña con estilo toda la toma, no te centres solo en la comida.
Como fotógrafo gastronómico, querrás captar algo más que la comida. Utensilios y cubiertos son dos ejemplos del tipo de elementos que suelen acompañar a la comida. Pero lo normal es que el cuenco donde vas a fotografiar la comida no sea el que usas a diario. Debe complementar al resto de la composición. Otra buena regla general sería encontrar un cuenco que sea ligeramente más grande que la media para exponer cómodamente una gran cantidad de comida.
«Cuando comemos, servimos la comida en un plato que suele ser blanco y liso. Por eso es especialmente importante elegir la vajilla y la cubertería para que tengan un aspecto lujoso y que la comida parezca más bonita».
Cuando pienses en los accesorios que aportarán estilo a tu fotografía gastronómica, debes contemplar algo más que el color. También debes tener en cuenta el material y la estética general del elemento. Las cucharas de madera, por ejemplo, aportan un aspecto más natural que las de metal y no reflejan la luz, por lo que son una mejor opción en muchos casos.
Claro que puedes presentar la comida en un plato, pero también existen otras opciones. Una losa de mármol puede añadir un poco de robustez, grandeza y sofisticación. (También son excelentes para colocar alimentos congelados, como helados, y mantenerlos fríos). Los soportes para tartas también brindan una llamativa forma de disponer los alimentos con un énfasis destacado.
Otros accesorios, como las hierbas frescas, sugieren frescura y sabor, además de aportar una nueva dimensión de color y textura. Las especias y los aderezos pueden sugerir aún más sabores. No te olvides de los manteles y de otros artículos de cocina para añadir el color deseado a la imagen.
3. Descubre formas creativas de escenificar y decorar tu comida con elementos inesperados.
En cualquier género fotográfico, hay ciertos trucos que solo se aprenden con la experiencia. En este caso, le hemos preguntado a Yasmin, por lo que podemos desvelar algunos secretos profesionales sobre cómo escenificar y decorar la comida.
«Una de las cosas más importantes en la fotografía gastronómica es añadir algunos trucos para que la comida tenga un aspecto delicioso y dure lo máximo posible», afirma Yasmin.
Algunos de estos trucos para hacer que la comida parezca deliciosa no suenan necesariamente deliciosos como, por ejemplo, rociar aceite de motor sobre unas tortitas.
«Podemos utilizar líquido lavavajillas para que la espuma del café dure el mayor tiempo posible. También untamos la carne con aceite para que tenga un aspecto más brillante y delicioso. Además, sustituimos la nata montada por espuma de gel de ducha porque dura más y no le afecta el calor de la iluminación».
4. Añade movimiento a la toma con unos accesorios y una edición inteligentes.
En términos generales, la comida no se mueve. Por esta razón, las representaciones de alimentos en cuadros se componen la mayoría de las veces como «naturaleza muerta». Pero la fotografía moderna puede aportar más vida a las imágenes de lo que pintores como Monet jamás hubieran imaginado.
«El movimiento en la imagen nos cuenta una historia convincente. Una imagen con una composición estática puede parecer aburrida. No sucede nada. Puede que más adelante ni recuerdes la foto. Pero al añadir movimiento a la imagen se convierte en única e inolvidable».
Observar las imágenes de comida de Yasmin, muchas de las cuales parecen captadas en movimiento, demuestra lo llamativa que puede ser una toma dinámica en el ámbito de la fotografía gastronómica. En gran parte de su obra, parece que la comida se está ensamblando y que sobre ella cae un último espolvoreado captado justo en el aire. Otras veces, Yasmin crea imágenes en las que parece que la comida se muestra desmontada para así desvelar sus ingredientes, tal como podemos ver arriba.
Yasmin nos cuenta que utiliza palos finos de madera y pegamento para colocar pequeños trozos de comida en determinadas posiciones y crear la ilusión de movimiento en la fotografía. Más tarde, elimina hábilmente los palos con un programa de edición. También puedes utilizar cuerda si quieres suspender algo en el aire.
«Los elementos de la imagen como, por ejemplo, galletas o cualquier tarta, se pueden fijar con finos palos de madera», afirma Yasmin.
Este tipo de trucos son útiles para captar escenarios llenos de acción, como preparar la cena en un wok. Y recuerda: la acción puede adoptar muchas formas, desde el queso que se pega al plato al retirar una porción de pizza, hasta el vapor que emerge suavemente de una taza de café.
5. Capta el proceso detrás de las cámaras para compartirlo en redes sociales.
Una gran tendencia en redes sociales entre los fotógrafos profesionales es «el montaje frente a la toma». Estos vídeos o carruseles de imágenes revelan el proceso que hay detrás de unas fotos impresionantes, descorriendo el telón para mostrar parte del trabajo que hay detrás de cada composición.
Estas revelaciones son fuente de inspiración para otros fotógrafos, ya que muestran la casi magia que hay antes de que el obturador de la cámara haga clic.
Recuerda: compartiendo fotos de alimentos podemos forjar relaciones. La comida es algo que asociamos con el apego, y es una de las razones por las que la fotografía gastronómica se ha vuelto tan popular. Al compartir fotos de comida, una experiencia gastronómica privada se puede transformar en un reconocimiento mutuo.
Según un estudio, fotografiar comida también puede tener un impacto positivo en el sabor. Los científicos pidieron a un grupo de comensales que fotografiaran su comida antes de comerla. Otro grupo comió la misma comida, pero sin fotografiarla. El primer grupo, el que había fotografiado la comida, manifestó que sabía mejor.
La fotografía gastronómica es algo que hay que celebrar, ya que contribuye a unirnos a todos. Y, quizá lo más importante, hace que la comida sepa mejor.
Para obtener más información sobre cómo Yasmin capta impresionantes fotografías de comida, echa un vistazo a su equipo para fotografía gastronómica.*
* Disponible solo en determinados idiomas.
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