Para lograr fotos de estudio con un resultado impecable y de aspecto profesional, no siempre se necesita contar con un espacio específico o un conjunto de flashes excesivamente caros. Con unos pocos elementos y un espacio en el que poder trabajar, cualquiera puede disponer de un estudio básico en su propia casa. A continuación, te explicamos cómo crear tu propio estudio de forma económica y sencilla. También aprovecharemos para explorar algunos fundamentos de la fotografía de estudio, como el uso de modificadores de luz y la configuración de la exposición del flash. Con el equipo adecuado y algunas habilidades sencillas, podrás crear todo tipo de imágenes asombrosas, desde retratos de gran calidad hasta imágenes de productos y naturaleza muerta con un acabado impecable.
PROYECTOS DOMÉSTICOS
Cómo montar tu propio estudio en casa
1. Lista de equipo básico
Un estudio en casa con una configuración sencilla como este no te supondrá un gasto excesivo y te permitirá ahorrar espacio. Básicamente, además de la cámara, también necesitarás una o dos unidades Speedlite independientes. Aunque un soporte de luz resulta ideal, también puedes utilizar un trípode de repuesto para sujetar el flash (el soporte de plástico que se incluye con la mayoría de flashes Speedlite se puede fijar a la rosca del trípode). Otro elemento que resulta muy económico y eficaz consiste en utilizar un sencillo paraguas blanco para conseguir una luz favorecedora. Recuerda que necesitarás fijarlo de algún modo, como por ejemplo con un soporte. Por último, también deberás ser capaz de activar los flashes independientes mediante disparadores inalámbricos. Si tienes dos Speedlites compatibles, puedes fijar uno a la zapata para accesorios de la cámara y utilizarlo para disparar el otro. Esto tiene la ventaja añadida de poder controlar la potencia del flash desconectado de la cámara de forma remota. Si tu cámara de Canon cuenta con un flash emergente compatible, también puedes utilizarlo para activar y controlar las unidades Speedlite independientes.
2. Escoge un espacio adecuado
Una habitación con una pared lisa de color blanco o crema resulta ideal para un estudio en casa. Si las paredes no son lisas, siempre puedes colocar una sábana blanca, o lo que es mejor, invertir en un fondo desplegable como este. A la hora de escoger la habitación en la que vas a fotografiar, resulta bastante útil que esta cuente con un techo muy alto. De esta forma podrás elevar la luz para iluminar la cara del sujeto desde una perspectiva cenital, lo que tiende a ser más atractivo. Ten en cuenta que la luz capta parte del color de las superficies en las que rebota, así que si las paredes tienen un color intenso, teñirán la luz que incida sobre el sujeto.
No obstante, no deberías limitarte a un único tipo de habitación. Si dispones de unas escaleras cuyo diseño resulte fotogénico, puedes utilizarlas para capturar fotos de grupo. Además, fotografiar al sujeto desde arriba te permitirá obtener retratos atractivos y naturales.
3. Escoge un objetivo para retratos
Los objetivos con diferentes longitudes focales pueden tener un efecto muy marcado en el aspecto del sujeto. Un objetivo gran angular puede exagerar los rasgos faciales de una persona al alargar de forma poco natural la nariz y la frente, especialmente si se utiliza para primeros planos. A veces, las perspectivas exageradas permiten conseguir efectos muy buenos, pero en general las longitudes focales más largas tienden a ser más favorecedoras. Por lo tanto, si utilizas un objetivo zoom, deberás alejarte y ampliar el zoom hasta el extremo más largo del objetivo. Si tienes pensado hacer muchos retratos, utiliza un objetivo específico para este tipo de fotografía. Una longitud focal de 85 mm (o un objetivo de 50 mm en una cámara con sensor con factor de recorte) se considera la mejor opción a la hora de realizar retratos, ya que captura la cara con las proporciones más favorecedoras.
4. Amplía la fuente de luz
Al igual que una simple bombilla, un flash Speedlite es una fuente de luz relativamente pequeña. Por lo tanto, produce una luz con bordes muy acentuados, lo que genera sombras profundas y un contraste llamativo. A menudo, con los retratos, querrás difuminar la luz para que caiga más suavemente sobre el rostro. Para ello puedes utilizar un modificador. Al igual que una ventana grande, un modificador sencillo como un paraguas o una caja de luz ampliarán la fuente de luz, lo que te permitirá rodear al sujeto y rellenar suavemente las sombras.
Puedes inclinar el paraguas hacia tus sujetos o alejarlo para que la luz rebote hacia ellos. Con los retratos a veces es mejor acercar la luz a la cara, ya que esto amplía la fuente de luz en comparación con el sujeto.
5. Ajuste de la exposición y la potencia del flash
El uso de un flash te proporcionará una gran libertad sobre la exposición. Puedes configurarlo para que se sobreponga a la luz ambiente o hacer que funcionen en armonía. Una forma muy sencilla de configurar la exposición del flash consiste en ajustarlo en modo Manual (M) y seleccionar una potencia de salida de ¼, la cual es un buen punto de partida. En cuanto a los ajustes de exposición, configura la cámara en modo de exposición Manual y establece la velocidad de obturación en 1/160 segundos, o selecciona la máxima velocidad de sincronización del flash.
Establece el valor ISO en 100 y la abertura en f/8. Realiza un disparo de prueba y, a continuación, ajusta la potencia del flash hasta que la luz sobre la cara parezca correcta. Puedes cambiar la potencia del flash ajustando la salida o acercando y alejando la luz del sujeto.
6. Posición del flash
Una de las principales ventajas de utilizar un flash independiente en la fotografía de retratos es el control que proporciona. Dependiendo del lugar donde lo coloques, lograrás un efecto dramático en el aspecto del rostro.
7. Experimenta con la relación de aspecto
Si lo que buscas es llevar tu fotografía con flash al siguiente nivel, utiliza un segundo flash y experimenta con la relación de aspecto. Practica colocando un flash inclinado hacia el fondo y otro hacia el sujeto. Con una potencia baja, el flash trasero creará una luz puntual de aspecto sutil en el fondo. Por el contrario, si se ajusta a una potencia alta, el flash es capaz de ocultar el fondo para lograr un acabado de clave alta. Asimismo, también puedes utilizar el segundo flash para resaltar algún elemento del sujeto. Por ejemplo, si lo colocas detrás de ti y lo inclinas hacia el sujeto, puedes crear una atractiva luz de contorno.
8. Utiliza láminas de colores
Para obtener colores llamativos, prueba a añadir láminas al flash. Estas piezas baratas de acetato de colores se pueden colocar delante del flash para teñir la luz que incide sobre el sujeto o para crear fondos llamativos en tus fotos de estudio. Al experimentar con los colores, piensa de qué forma puedes combinar los accesorios y los atuendos para complementar el esquema de color y utiliza una rueda de colores para determinar el mejor acabado. En esta imagen, la boina azul añade un toque de color secundario a la composición. Seguro que en casa encuentras numerosos accesorios y adornos con los que aportar carácter e interés a tus retratos, además de personalizar tus propios modificadores de luz. Nuestro artículo sobre trucos de bricolaje para fotografía te enseña a crear accesorios fotográficos como una caja de luz y un tubo de luz puntual a partir de una caja de cartón y un tubo cilíndrico forrado con papel de aluminio. Y si buscas algo más sencillo, puedes crear tu propio reflector con algo de cartón y papel de aluminio para así hacer rebotar la luz del Speedlite y eliminar las sombras del sujeto.
Escrito por James Paterson
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