Domesticar los páramos: en busca de la fotografía de aventuras al aire libre perfecta

De paisajes épicos a acampadas en lugares remotos, descubre cómo la aventurera y fotógrafa Anna Blackwell utiliza el equipo fotográfico de Canon para capturar el espíritu único de la naturaleza.
Una persona con equipo de senderismo y una gran mochila sobre un afloramiento rocoso con su perro. Al fondo puede verse un vasto paisaje de páramos remotos.

Ya se trate de la práctica de senderismo sobre acantilados, de kayak en lagos o de natación en la naturaleza, las actividades deportivas al aire libre ofrecen todo un abanico de oportunidades a los fotógrafos de corazón intrépido.

Una de esas creadoras es Anna Blackwell, aventurera, fotógrafa, escritora y oradora con sede en el Reino Unido que se desarrolla explorando sus límites hasta tal punto que lo ha convertido en su carrera profesional, capturando imágenes y vídeos para las principales marcas de deportes al aire libre, como Lowe Alpine y Peak UK. Sus asombrosas aventuras incluyen travesías de 1000 millas sola a través de Francia y España, recorriendo antiguos caminos de peregrinación, una travesía de 4000 km en kayak por 11 países y cinco capitales y la escalada del Monte Toubkal, la cumbre más alta del norte de África.

«En una de mis primeras aventuras empecé a hacer fotos y a escribir un blog, principalmente para que mis amistades y familiares pudieran ver cómo iba mi travesía de larga distancia», explica Anna, cuando le preguntamos cómo convirtió esta afición en su profesión. «Mantuve esta iniciativa en marcha durante unos años, compartiendo mis aventuras en línea a través de imágenes y palabras, y fue captando interés. Pronto empecé a dar charlas sobre mis aventuras en eventos y festivales, así como en empresas y escuelas. A continuación, empecé a ponerme en contacto con marcas para colaborar con ellas en mis siguientes viajes y, poco a poco, pude generar ingresos suficientes a partir de la fotografía, la escritura, la grabación de documentales de aventura, charlas y redes sociales como para convertirlo en un trabajo a tiempo completo.»

El viaje de senderismo y acampada más reciente de Anna la llevó a ella, su compañero Sam y su perro Bilbo al paisaje rocoso del norte de Dartmoor, en Inglaterra, con una EOS R6 y dos objetivos, el RF 24-105mm F4-7.1 IS STM y el RF 50mm F1.8 STM de Canon como compañía. Comparte con nosotros por qué le gusta alejarse de todo, su mejor consejo para hacer senderismo en la naturaleza y nos revela cómo llevarse las aventuras favoritas a casa a través de espectaculares fotografías.

La ubicación perfecta

Una gran formación de roca tor en los páramos remotos en un día soleado.

«Dartmoor es el tipo de espacio natural donde puedo sentirme pequeña e insignificante», explica la aventurera y fotógrafa Anna Blackwell. Esta meseta situada en el sur de Devon, Inglaterra, es famosa por sus páramos remotos y ha demostrado ser la ubicación ideal para el primer reportaje de Anna con la Canon EOS R6. Imagen tomada con una EOS R6 y un objetivo RF 24-105mm F4-7.1 IS STM de Canon a 105 mm, con una configuración de exposición de 1/320 s a f/7,1 e ISO 100. © Anna Blackwell

En esta imagen tomada con baja iluminación pueden verse los rayos de luz solar a través de una formación de roca independiente.

«La razón por la que empecé a vivir estas aventuras es porque quería retarme a mí misma», confiesa Anna. «Quería probar mis límites para conocer los extremos de mi zona de confort. Pero me lo pasé muy bien, fue una experiencia realmente reconfortante». Imagen tomada con una EOS R6 y un objetivo RF 50mm F1.8 STM de Canon, con una configuración de exposición de 1/200 s a f/22 e ISO 100. © Anna Blackwell

Anna, Sam y Bilbo comenzaron su exploración del norte de Dartmoor en un pueblo llamado Belstone debido a su fantástico acceso a las formaciones rocosas denominadas tor. Anna siempre se ha sentido atraída por estos enormes afloramientos rocosos independientes.

«Para mí supuso descubrir una perspectiva totalmente nueva de Dartmoor, lo que fue muy emocionante. Atraviesas este idílico pueblecito y enseguida estás en los páramos», explica. «Me sentí inmersa en la naturaleza y aislada, que es exactamente lo que deseaba.

«Me apasiona hacer senderismo,» continúa. Me encanta llevar una pesada mochila a la espalda y perderme por ahí. No se trata de ir a ningún sitio especialmente rápido, sino de apreciar por completo los lugares en calma. Caminamos, luego montamos la tienda y pasamos una noche en la naturaleza.»

La pasión de Anna por estar al aire libre viene del amor de su familia por caminar y hacer senderismo, así como de sus raíces suecas. «Mi madre es sueca y creo que pasar mucho tiempo en el exterior y apreciar el entorno natural es algo muy arraigado en la cultura sueca. Crecí haciendo un montón de caminatas y explorando y, cuando estábamos en Suecia, salíamos en canoa y acampábamos y comíamos al aire libre. Así que pienso que, desde una edad muy temprana, esto ha sido una parte integral de mi vida.»

Aventura en solitario frente a compañeros de viaje

En esta espectacular imagen de paisaje pueden verse las montañas cubiertas de nieve reflejadas en las tranquilas aguas de un gran río.

Anna tomó esta fotografía durante una travesía en solitario por el Ártico de Suecia en 2020. «Lo más complejo de haber convertido mi pasión en mi trabajo es que la línea entre el trabajo y el placer suele difuminarse, aunque la mayoría de las veces no supone un problema, ya que sigo disfrutando del proceso de fotografía y creación de contenido además de las aventuras», afirma. «También procuro mantener algunos límites. Me embarco en pequeñas aventuras personales que no documento de ninguna forma, ni siquiera para Instagram, así que sigo haciéndolo tanto "para mí" como por trabajo.» Imagen tomada con una EOS 5D Mark IV y un objetivo EF 24-70mm f/2.8L II USM de Canon a 33 mm, con una configuración de exposición de 1/100 s a f/8 e ISO 1250. © Anna Blackwell

Un perro negro de tamaño medio con manchas marrones y blancas y un arnés rojo está sentado mirando a la cámara sobre un afloramiento rocoso.

A menudo, Anna se lleva a su joven perro Bilbo a sus expediciones, que siempre está encantado de posar para las fotografías. Sus otras inseparables compañeras son una cámara y un objetivo de Canon. Imagen tomada con una EOS R6 y un objetivo RF 50mm F1.8 STM de Canon, con una configuración de exposición de 1/4000 s a f/1,8 e ISO 100. © Anna Blackwell

Anna estuvo acompañada en su viaje a Dartmoor, pero a menudo viaja sola, incluyendo una travesía en solitario al Ártico de Suecia en el otoño de 2020 (ver imagen superior izquierda). «En un nivel más profundo, me encantan las aventuras en solitario porque constituyen una experiencia única», explica. «He pasado 10 días sin ni siquiera ver otra huella. Cuando estás sola tienes que lidiar con los altibajos. Así que, si estás teniendo un día realmente horrible, si estás desmotivada, cansada y hambrienta, eres la única responsable de conseguir sobreponerte a la situación. Pero al final, sabrás que has conseguido llegar del punto A al B sana y salva.»

Sin embargo, el trekking con otra persona puede ayudar a la fotografía. «Es mucho más fácil hacer fotografías porque automáticamente tienes un tema», afirma Anna. «Esto también vale para Bilbo, ya que a menudo es el tema de mis fotos. Que haya una persona o un perro en el paisaje te invita a participar de él de una forma que la fotografía de paisaje clásica no hace.»

Al preguntarle qué fue primero, su pasión por la fotografía o los viajes de aventura, Anna no duda. «La fotografía fue lo primero», responde con entusiasmo. «Mi abuelo era un fantástico fotógrafo, así que crecí ojeando sus álbumes de fotos, lo que desde muy pequeña me infundió amor por la fotografía. Conseguí mi primera cámara cuando tenía 15 años y estudié fotografía en la escuela. Sin embargo, no fotografié mis primeras aventuras. Empecé a combinar estas dos cosas después de algunos años.»

Contar una historia visual

Una persona sentada fuera de su tienda al atardecer, bebiendo una taza de chocolate caliente, iluminada por un rayo de luz de su linterna frontal.

Las capacidades en condiciones de baja iluminación de la EOS R6 permitieron a su compañero Sam capturar esta imagen de Anna con una bebida caliente durante la hora azul, un momento muy fotogénico que tiene lugar todos los días justo antes del amanecer o después de la puesta de sol. Imagen tomada con una EOS R6 y un objetivo RF 50mm F1.8 STM de Canon, con una configuración de exposición de 1/160 s a f/1,8 e ISO 1000. © Sam Rogers

Para Anna, documentar sus travesías significa ser flexible, tener un equipo mínimo e improvisar sobre la marcha. Además de las vistas espectaculares, también sugiere fotografiar o grabar vídeos de los pequeños momentos, como ponerse la mochila, clavar las piquetas de la tienda o disfrutar de una taza de chocolate caliente, que cree que puede contribuir a la narración visual.

«Me encanta el lado narrativo de las aventuras», explica. «A menudo estoy completamente sola en lugares remotos, pero me encanta compartir la experiencia y la fotografía constituye una plataforma fantástica para comunicarlo.»

«En este viaje, durante la hora azul nos centramos mucho en hacer fotos de la linterna frontal y en ver cómo salía el vapor de una taza de chocolate caliente o del agua hirviendo, porque era una forma creativa de capturar esa hora del día.»

Un equipo listo para cualquier cosa

Una persona con equipo de senderismo y una gran mochila a la espalda se acuclilla entre la hierba alta para tomar una fotografía con una cámara Canon.

Con un peso de tan solo 680 g (con tarjeta y batería), la EOS R6 de Canon es la compañera de viaje perfecta, especialmente para aventureros en constante movimiento, como Anna. Sin embargo, para quienes acaben de embarcarse en este tipo de fotografía, Anna recomienda decidir primero qué quieren fotografiar y escoger las opciones del equipo en función de eso. «A medida que se desarrollan tus habilidades e intereses y descubres tu estilo o lo que más te gusta fotografiar, tu equipo puede evolucionar en consecuencia», afirma. © Sam Rogers

En medio de un páramo remoto puede verse a una persona y un perro junto a una tienda de campaña azul que casi se funde con el vasto telón de fondo.

El objetivo multiusos RF 24-105mm F4-7.1 IS STM de Canon es adecuado para una amplia gama de planos, desde pequeños detalles hasta épicas vistas como esta. Imagen tomada con una EOS R6 y un objetivo RF 24-105mm F4-7.1 IS STM de Canon a 30 mm, con una configuración de exposición de 1/320 s a f/5 e ISO 200. © Sam Rogers

El uso de funciones como ráfagas de alta velocidad y aprovechar el sistema de estabilización de imagen de la cámara mirrorless Full Frame EOS R6 de Canon no supuso un problema cuando Anna olvidó su trípode en condiciones de baja iluminación.

«La estabilización y la resolución de 20,1 MP durante la hora azul fueron fantásticas, ya que nos olvidamos de llevar un trípode. Al final resulta que no lo necesitamos, porque la cámara pudo hacer frente a esas condiciones de escasa iluminación de forma brillante», afirma.

En línea con su filosofía de viajar ligera, Anna solo suele llevar un objetivo que ofrece versatilidad tanto para retratos como para amplios paisajes, algo en lo que destaca el ligero RF 24-105mm F4-7.1 IS STM de Canon.

«Me encanta llevar un objetivo como este porque te ofrece flexibilidad. Llevar el 24 mm fue genial para los primeros planos de Bilbo, pero también me permitió conseguir un poco más de compresión en algunos de los paisajes. Cuando estoy en una aventura, me centro en querer hacerlo todo con un único objetivo.»

El reto del tiempo impredecible

Una persona con equipo de senderismo tira de un trineo cargado de equipaje mientras se abre paso a través de la nieve profunda en un entorno boscoso.

«Esta fotografía es de un viaje de esquí por el Ártico de Finlandia en marzo de 2022», comenta Anna. «Aquí, mi amigo y guía de la naturaleza Chris está explorando nuestra ruta. Me encanta esta imagen porque captura la sensación mágica de estar rodeada de árboles cubiertos de nieve y de un vasto paisaje invernal.» Imagen tomada con una EOS 5D Mark IV y un objetivo EF 24-70mm f/2.8L II USM de Canon a 65 mm, con una configuración de exposición de 1/320 s a f/2,8 e ISO 125. © Anna Blackwell

Un rebaño de renos busca algo para comer en un paisaje congelado.

Otra imagen de la travesía en solitario de Anna por el Ártico de Suecia en 2020. «Pude reaccionar rápidamente para conseguir esta foto porque mi cámara estaba sujeta a la correa para el hombro de mi mochila, a pesar de que estábamos a -8° C y nevaba bastante», dice. «Fue un momento absolutamente surrealista y sereno, solo estaba yo y el rebaño de renos avanzando al trote. Escarbaban en la nieve tratando de encontrar algo para comer, ¡no pudo importarles menos el hecho de que yo estuviese allí!» Imagen tomada con una EOS 5D Mark IV y un objetivo EF 24-70mm f/2.8L II USM de Canon a 70 mm, con una configuración de exposición de 1/320 s a f/7,1 e ISO 640. © Anna Blackwell

Tener un equipo que pueda seguir el ritmo de Anna y las condiciones impredecibles de sus aventuras puede ser todo un reto.

Durante un reciente viaje de esquí al Ártico de Finlandia, por ejemplo, las temperaturas cayeron hasta los -22° C. «Cuando las temperaturas son tan bajas, todo es más difícil, desde ponerse los esquís hasta parar para tomar un tentempié», explica. «Hacer fotos se convierte en una operación militar en términos de eficiencia, por lo que las manos se exponen al frío lo menos posible, para poder proseguir de nuevo la marcha.»

Sin embargo, insiste Anna, tener esos recuerdos documentados vale la pena.

«Lo mejor de fotografiar deportes al aire libre es tener esos recuerdos para siempre. Todavía miro las fotos de mis primeras aventuras y puedo recordar exactamente dónde estaba, qué estaba sintiendo y con quién estaba. Es algo muy potente.»

«Lo malo de las aventuras que emprendo es que a veces existe cierta presión por conseguir determinadas fotografías. Ha habido viajes en los que pensé que tendría un tiempo magnífico y que podría conseguir un contenido realmente inspirador en entornos de montaña increíbles y al final tuve 10 días de lluvia torrencial. Hacer fotografías en esas condiciones puede ser todo un reto, ya que no puedes irte a casa para cambiarte y secar tu equipo fotográfico. Estás en una tienda de campaña y no hay ninguna forma de mantener las cosas secas. Ese es uno de los motivos por los que me gusta Canon, porque mi cámara es muy resistente.»

Dar el primer paso

Una persona vestida con equipo de senderismo, con una gran mochila y bastones de trekking atraviesa un épico paisaje de montaña.

Este autorretrato, realizado durante una travesía en solitario de 1000 km por el Ártico y el norte de Escandinavia, es uno de los favoritos de Anna. «En ese momento cargaba alrededor de 30 kg, ya que mi mochila contenía todo lo que necesitaría durante 10 días, incluyendo la comida. Cargar esa cantidad de peso implica que parar y configurar la cámara suele ser una lucha mental, especialmente en un entorno como este. Sin embargo, estuve encantada con el resultado; creo que el momento quedó capturado tal y como yo esperaba». Imagen tomada con una EOS 5D Mark III (a la que ahora sucede la EOS 5D Mark IV) y un objetivo EF 24-70mm f/2.8L II USM de Canon a 24 mm, con una configuración de exposición de 1/640 s a f/7,1 e ISO 320. © Anna Blackwell

Para quienes desean vivir sus propias aventuras inolvidables, pero que no están seguros de por dónde empezar, Anna tiene este consejo: «Si es la falta de confianza lo que te impide vivir una aventura, no te avergüences por empezar a pequeña escala y adquirir ese valor con el tiempo. Por ejemplo, puedes pasar una noche de acampada al aire libre con amigos, con alguien que sepa lo que hace, o empezar con excursiones de un día de forma independiente a algún lugar nuevo para acostumbrarte a ser autosuficiente. Los cursos son también una gran manera de desarrollar habilidades y de conocer a nuevas amistades de aventura. Por último, no tengas miedo a cometer errores. Incluso nosotros, los profesionales, metemos la pata de vez en cuando, así que siempre que aprendas de ello no debes considerarlo un fracaso.»

En última instancia, el salto hacia lo desconocido valdrá la pena.

«Las aventuras siguen siendo una de las mejores formas que tengo de desconectar y cargar las pilas. En especial, las que hago en solitario, aunque solo se trate de un día explorando un lugar nuevo», concluye Anna. «Esos son los viajes que impulsan mi creatividad y mi voluntad, de modo que los necesitaría aunque no fuesen mi trabajo.»

Escrito por Lorna Dockerill

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