El inicio de la pandemia obligó a las organizaciones a experimentar con el trabajo remoto de forma inesperada. Sin embargo, a pesar de este repentino trastorno, muchas organizaciones demostraron su capacidad para adaptarse rápidamente al cambio, aunque el trabajo remoto no estuviese en sus planes inmediatos. En última instancia, la clave de este éxito fue la tecnología, que ha transformado por completo la forma en la que trabajamos: si se hubieran producido confinamientos hace apenas cinco años, probablemente las empresas se hubieran enfrentado a una situación mucho más grave.

Para muchos directivos, los últimos años han tenido un impacto significativo en la configuración de su estrategia futura, proporcionando el caso práctico perfecto que demuestra que el trabajo no tiene que estar vinculado a una sola ubicación.

Sin embargo, el trabajo híbrido solo representa una parte de una discusión más amplia sobre adaptabilidad. No es solo que las empresas con las herramientas adecuadas se adaptaron rápidamente y de forma específica al trabajo remoto, sino que consiguieron adaptarse a cualquier cambio con mayor rapidez porque su modelo de negocio presentaba una mayor resiliencia frente a lo inesperado.

Uno de los principales legados de la pandemia es la nueva conciencia adquirida por las organizaciones de que sus mercados y formas de trabajar pueden revolucionarse de la noche a la mañana.

Si bien la magnitud de este trastorno puede considerarse única, la realidad es que el cambio se está convirtiendo en el nuevo «negocio habitual». Las tendencias sociales y las innovaciones tecnológicas avanzan cada vez más rápido y traen nuevas oportunidades con ellas. Lo que su organización necesita es una mayor preparación para el futuro: conseguir la capacidad de adaptarse a estos cambios con mayor facilidad, permitiendo a la empresa ser más ágil y resistente tanto en la actualidad, como a largo plazo.

Seguir el ritmo de un panorama en rápida evolución y aprovechar las nuevas tecnologías y capacidades implica adoptar un nuevo enfoque. En lugar de crear planes quinquenales, las consultorías hace tiempo que aconsejan un enfoque de «evolución continua». En lugar de entender el cambio como un «acontecimiento», debería enfocarse como un estado constante que implique que las organizaciones introduzcan la transformación digital en curso.

A fin de respaldar un modelo de negocio más ágil, los responsables deben tratar de identificar formas de trabajo que limiten su adaptación y sustituirlas por procesos más novedosos y eficientes que reflejen los tiempos con precisión:

• De procesos rígidos a flujos de trabajo digitales: algunos buenos ejemplos son los procesos administrativos que dependen del procesamiento de documentación física y de la presencia in situ del personal para gestionarlos, como la integración de cuentas por pagar y las incorporaciones en RR. HH. A fin de ganar agilidad, los responsables deben tratar de optimizar la forma en la que se gestionan estos procesos para lograr una mayor eficiencia. Además de vincular la empresa a una ubicación centralizada y física, los flujos de trabajo que impliquen una gran cantidad de documentación manual e intervención física de su equipo consumirán mucho tiempo. Las tecnologías de flujo de trabajo digital no solo permiten a su personal centrarse en tareas más valiosas, sino que también garantizan que pueda supervisar el trabajo desde cualquier lugar
• De una infraestructura física a la nube: no es ningún secreto que la infraestructura basada en la nube ofrece muchos beneficios a las organizaciones actuales. Sin embargo, el trabajo híbrido puede presentar el incentivo final para transformar la infraestructura local en modo propietario. Esto tendrá muchas ventajas, más allá de permitir que los equipos trabajen desde cualquier lugar, incluyendo la posibilidad de implementar y escalar con mayor facilidad nuevas innovaciones relevantes basadas en la nube a medida que estén disponibles en el mercado, en lugar de tener que preocuparse por la compleja (y laboriosa) integración heredada

Inmediatamente después de la pandemia, las organizaciones que prosperaron fueron aquellas con suficientes herramientas digitales para adoptar rápidamente las ventas online, el trabajo remoto e incluso flujos de ingresos y modelos de negocio completamente nuevos.

Todos estos cambios se basaron en gran medida en la transformación digital avanzada: las organizaciones con capacidades de venta directa online bien desarrolladas pudieron interrumpir las operaciones en sus tiendas físicas con facilidad y ampliar su oferta online. Las empresas de oficina con flujos de trabajo digitales avanzados y herramientas de colaboración pudieron adoptar rápidamente el trabajo remoto a gran escala, sin tener que revisar los complejos procesos manuales y volver a formar a su personal. Desde el paso al trabajo híbrido hasta la adaptación a cambios futuros imprevistos, la clave del éxito a prueba de futuro es establecer la agilidad en su organización a través de la transformación digital continua.